Mis últimos días

Prólogo: El día que supe de ti.

Mi vida era bastante acelerada, desde mis veinte años recuerdo que todo cambio, entré a trabajar en una famosa empresa. Y soy una de las mejores abogadas de mi país incluso me atreveria a decir que la mejor porque lo soy, es obvio, ninguno de mis compañeros seria digno de apodarse el mejor ya que ninguno está a mi nivel para hacer competencia conmigo. Esa tarde estaba sentada en una sala llena de mucho aburrimiento, las personas se veian horrible, aun así mi presencia hacia que todo el lugar se llenará de al menos algo hermoso. Miraba a la anciana que estaba en recepción parecia ya demasiado grande, además de que quizá ya no estaba en edad para laborar pues atiende de manera torpe ni siquiera es eficiente. En ese momento la puerta del consultorio del doctor se abre, tras la salida de los pacientes que atendia sale el médico y dice mi nombre. Me levantó algo contenta, pues lo deprimente de la sala de espera de los pacientes ya me estaba aburriendo.

Al entrar el doctor me indica que me siente en lo que el acomoda sus cosas. Me lanza una sonrisa pero puedo ver que en su rostro hay cierta pizca deprimente.

—Buenas tardes doctor.

Digo al sentarme, mientras lo veo dar vuelta al escritorio para acomodarse en su asiento. Al tomar asiento lo veo darle una hojeada a mi expendiente y supongo que a los estudios que me hice hace un par de semanas atrás,niega con la cabeza un par de veces y después su mirada se encuentra con la mía.

—Señora Kaela, seré sincero usted está en un estado bastante grave. Además no seré cuidadoso ya que usted ha sido bastante grosera con la mayoria del personal de este lugar.

Me ofende demasiado.

—Oiga, si me va a faltar al respeto de esa manera lo voy a denunciar por este mal servicio, idiota.

Estoy a punto de levantarme para largarme de este lugar, camino hacia la puerta molesta cuando lo dice.

—No le queda mucho tiempo de vida.

En ese momento en mis oidos se oye un silbido, mi corazón comienza a latir, siento que estoy a punto de caerme de espaldas, a mis pulmones les hace falta aire y siento como se esfuerzan más de lo normal para poder hacer bien su trabajo.

—No, esto debe ser una broma. No se pase de idiota.

Me giro de nuevo para mirarlo.

—Pues no lo es, pero al fin al cabo la que se va a morir es usted.

Lo miro. Y en su cara no hay signos de que quiera reirse o esto no vaya enserio. Decido volver a sentarme, y le indico con la cabeza que continué.

—Cirrosis hepatica y cancer en los pulmones. Debido a las 2 situaciones, desafortunadamente no le doy más de noventa días con vida.

Juro que quiero desmayarme, pero me pongo tensa. Realmente aun no puedo creer que me esté pasando esto a mí, mi boda será dentro de un mes, y yo, estoy enferma a punto de morir, me pregunto porque si yo me he esforzado en ser la mejor de la mejor. Quisiera llorar pero no puedo.

—Generalmente, se le ofrece un tratamiento al paciente pero en su caso como es tan complejo está en la libertad de decidir si quiere tratarse y poder vivir unos meses más o no tratarse pero morir pronto.

—¿Qué sería lo mejor?

—Ciertamente, recibir un tratamiento no le asegura que vaya a vivir más tiempo o que vaya a funcionar.

Me pongo las manos en la cara, pero supongo que esto se lo debo a todas esas noches en las que desahogaba mis penas con el alcohol y el tabaco. Ahora mis pulmones y mi higado se han visto afectados. Sali del consultorio con esa pinta de deprimencia con la que se veian las personas antes. Caminaba por la calle cercana a mi casa, cuando me di cuenta que no tardaría en llegar a casa de mi mejor amiga Kris, donde me esperaba junto con mi prometido Jimmy y otras personas, hablar de mi prometido me gustaba demasiado, es bastante apuesto y además tiene una familia bastante adinerada. Al entrar puse una enorme sonrisa en mi cara como si ese doctor idiota no me acabará de joder la existencia diciendome que me voy a morir.

—Hola Kae, te ves preciosa hoy. Mi hijo se sacó la loteria contigo.

Mi suegra fue la primera en recibirme. Después, fui con mis amistades, si en efecto está era una fiesta para celebrar que Jimmy y yo nos casariamos pronto. Mi mejor amiga Kris me tomo del brazo y me llevo con ella hasta donde estaba el pequeño bar que tenia en su casa, dejó el vaso de cristal que llevaba en la mano sobre la pequeña barra que ahora teniamos delante. Tomo otro vaso y lo relleno de no sé cuanta bebida pudo, enserio eso sería un desastre si entraba a mi organismo, sería como poner una granada dentro de mi. Me extendió el vaso al tope de liquido que podia contener. Lo tomé pero lo volvi a dejar en la barra.

—Sabes, Jimmy es un cuerazo. Además tiene todo lo que una mujer puede querer, tiene el dinero, musculos y debe tener un paquetote.

La miro hacer una seña obscena con sus manos indicando que debe ser grande. La verdad era que sí, Jimmy era un buen partido y era el chico ideal, cuando estaba con el me sentia como en un cuento de hadas. Me daba cuenta porque Kris era mi mejor amiga, ella me entendía y era tan facil dialogar con ella. Teniamos los mismos intereses eso era algo muy cierto. En ese momento cruzó por mi cabeza mi ex mejor amiga, que por cierto tenia alrededor de 10 años que supe de ella por última vez. La habia dejado de ver después de que mi vida cambio, un simple día dejó de responder a mis mensajes y nos alejamos, de cualquier modo ella era lo contrario a mi, una idiota, egoista, grosera y demás. No tenia tantas cosas buenas.

La noche se fue en un abrir y cerrar de ojos. Mientras yo evitaba beber la mayoria de personas parecia que solo habian asistido a saciar su sed del vicio, no lo habia notado hasta esta noche, la primera noche en la que ya sabia que no me quedaba bastante tiempo. Sali de la casa, sin que nadie lo notará siquiera, camine a mi casa que no estaba tan lejos de ahi, mire la noche por primera vez estaba contemplando lo que muchas veces ignore, la luna estaba bastante bella y redonda. Entré a casa, no queria pensar más asi que me duche, me vesti y me arrope para dormir. Hoy era la primera noche en la ya sabia que cada día era uno menos y no uno más, se sentia extraño pero no quedaba más que aceptarlo. Cerré mis ojos y ya no pensé más.



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En el texto hay: despedida, romance, amor

Editado: 12.12.2024

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