Año 2098 en la capital de México, un día normal como cualquier otro, Mario, un chico de 10 años estaba durmiendo, hasta que empieza a escuchar la alarma para ir a la escuela, —mmm, no llegare tarde solo por dormir 15 minutos más— pensó Mario con dificultad por el sueño que tenía así que dice —apagar alarma— pero no sé apaga, así que vuelve a ver otra vez la alarma pero ahora con más atención y ve que para apagarse necesita que ponga un código que está escondido en su cuarto y lo empieza a buscar; levanta su ropa, su mochila, revisa abajo de la cama y ve un papel con el código así que lo pone en la alarma y al apagarse Mario dice —ay papá, cada vez te quieres asegurar de que me despierte a esta hora— y se ríe un poco, se recuesta y seguido de ello se duerme, al dormirse empieza a soñar, soñar imágenes muy extrañas; una persona advirtiéndole algo, personas corriendo desesperadas, piedras que caen desde el cielo, autos y otros vehículos explotando pero de repente empieza a escuchar la voz de su papá y con las insignificantes ganas de abrir los ojos, lo hace y ve a su papá intentando despertarlo y escucha como es que su papá apurado le dice —Mario despiértate ya es hora de que te levantes, faltan 30 minutos para que entres a clases— Mario sorprendido mira el reloj, corre hasta su armario y se empieza a poner su uniforme escolar lo más rápido que puede, agarra su mochila y va hasta la cocina corriendo mientras que su papá también apurado trata de ponerse la corbata, Mario de la mesa solo recoge una manzana la parte en 2 , se despide de su papá y se va a la escuela.
En el camino va pensando sobre lo que soñó y se empieza a preguntar — ¿de dónde saca mi mente esas imágenes? ¿mi subconsciente me querrá decir algo o solo será otro de los sueños que eh tenido?— Mario un poco intrigado por su sueño mejor se despreocupa y acelera el paso al mismo tiempo que saca el celular de su pantalón, ve la hora y se pone a contar cuanto tiempo le falta para que comiencen las clases. Al llegar a la escuela se percata de que todos los alumnos de su primaria están fuera de sus salones de clases y muchos de sus compañeros están platicando como si de un día normal se tratara pero en el momento en el que Mario empieza a hablar con sus amigos llega una chica y les dice a Mario y a sus compañeros —hola, soy Atena de 5°B y les quería hacer una encuesta, ¿quieren?— a lo que los compañeros de Mario se miran entre si y uno de ellos responde —pero ¿cómo serán las preguntas o de qué?— a lo que Atena responde —será sobre cuantas veces en un lapso de tiempo haces un hábito familiar especifico— y los compañeros de Mario mejor dicen que no, pero él dice —yo si quiero hacer la encuesta— Atena feliz de que Mario allá aceptado empieza la encuesta pero primero le pregunta—¿cómo te llamas?— —yo me llamo Mario— —okey Mario voy a empezar ¿tienes hermanos?— —no, soy hijo único——okey, ¿cuántas veces a la semana le agradeces a tus papás lo que hacen por ti?— —1 o 2 veces— —okey, ¿con quién pasas más tiempo, con tu mamá o tu papá?— Mario se incomoda y baja la mirada —¿hay algún problema?— pregunta Atena un poco confundida —No ninguno, sigue con las demás preguntas— —bueno, ¿cuántas veces al día tus papás te demuestran su cariño?— —mi papá 1 o 2 veces al día— —okey, ¿y tú mamá?— Mario voltea hacia otro lado, uno de sus amigos lo ve y le pide a Atena que se retire, Atena confundida le pregunta a Mario —¿dije algo indebido?— el amigo de Mario lleva a Atena a unos metros alejado de Mario y le dice —te pedí que no siguieras porque la mamá de Mario… Murió hace 2 años— Atena sorprendida y avergonzada va con Mario y le dice —perdona Mario… ya me contaron lo de tu mamá, entiendo cómo te sientes—Mario suspira y dice —créeme no sabes, el perder a tu madre es como si… si perdieras parte del sentido de vivir, como…— —como si una mitad de ti se hubiera ido— Mario rápido voltea a ver a Atena y le dice —si… ¿tú también viviste algo parecido?— —sí, mis dos papás… en un accidente de auto cuando tenía solo 6 años— Mario un poco sorprendido y apenado le dice —perdón enserio no sabía que te había pasado eso— —no te preocupes por eso… bueno creo que ya no tengo nada que hacer aquí, adiós— —no espera, mmm… me gustaría que habláramos más seguido— Atena sonríe y le dice a Mario —bueno que tal si en receso hablamos ¿sí?— Mario más feliz le contesta —sí, está bien, en receso aquí mismo— —bueno adiós— y Atena va a su grupo y Mario solo le dice —adiós— el un poco emocionado por su nueva amistad va con sus amigos y en ese momento toca el timbre para entrar a clases.