Despierto pensando que todo fue un bonito y fugaz sueño, abro los ojos observo mi teléfono y veo tu número grabado en él; en ese momento la duda me invade, no sé qué hacer, si escribirte es lo indicado o simplemente dejar que las cosas pasen es lo ideal. Me levanto de la cama, toda despeinada, me miro al espejo y me rio de mi cara trasnochada, me hago un café y decido no pensar más; recuerdo que tengo que ir a una actividad me preparo, salgo a caminar; me visto deportiva, como quien sabe que el verte no es lo que va a pasar. Llego veo a unos cuantos amigos, realizo mi actividad, me divierto, veo mi celular y ninguna señal de ti, hablo con los demás y no paro de pensarte.
De repente en el bus al regresar a casa suena nuestra canción, bueno la canción con la que me sacaste a bailar, pienso claramente esto es una señal. Pregunto: Hola como estas; de tu parte no hay respuesta, la incertidumbre toca a mi puerta al pensar, que sí, en realidad todo fue un sueño de una mágica velada; me sorprendo al oír sonar mi celular y ver tu número, mis manos sudan y siento los nervios recorrer mi cuerpo, contesto y dices: Hola te invito a almorzar, al menos que tengas algo más importante que hacer además de comer; yo rio y te respondo: Pero tu escoges el lugar; tu respondes con una leve carcajada y dices topamos en aquel lugar, yo sonrió y te contesto con incógnita clara: Qué lugar?; me dices en el que te vi por primera vez pasar; mi cabeza da vueltas y en mi mente digo él está totalmente confundido si apenas anoche lo conocí, es claro mi silencio lo dice todo; él nota mi incertidumbre y ríe, habla en voz baja, diciendo, anoche no fue la primera vez que te vi; yo me quedo totalmente estupefacta, (ya lo había visto antes, me parece que fue en la época del colegio, mientras era bastonera, lo veía en los repasos pero jamás se me ocurrió que él se había fijado en mí); pregunto, entonces, me dirás el lugar, tu comentas en un tono un poco burlón, nos vemos en el mall hay mucho de qué hablar.
Editado: 10.07.2018