Capitulo 23
"Si pudieras verte con los ojos que te veo en vez de en el espejo no conocerías jamás el complejo"
Alexander
Llevaba más de media hora esperando a que Sebastián regresara y me estaba impacientando un poco. Al parecer era el único que faltaba por salir. Quise ver si le ocurría algo, me encamine en la dirección del vestuario
—¿Sebas?—Pregunte al aire. Buscando con el sonido de su voz respondiendome, su ubicación—Oni llevas media hora metido en la ducha, tu piel parecerá de abuelito— comenté con burla
—Aqui— respondio mi amigo tras de mi. La sorpresa me hizo dar un pequeño brinco —¿Tan nervioso te pongo?—
Gire para encontrarme con el de frente. Al verlo, ante mi estaba un Sebastián recién bañado con una toalla al rededor de su cuello, traía el torso desnudo y un pantalón deportivo color negro. Me puse bastante nervioso.
Claro que ya había visto a Sebastián sin camiseta, pero nunca lo había tenido tan cerca. Quise hablar pero solo conseguí boquear ya que mis ojos solo podían posarse en el cuerpo de mi amigo
¡Diablos!
—No, no me...e pones ner... Nervioso, solo me asustaste—por fin hablé—Okey... Ehmm te espero fuera, si—
—¿Alex?— Me llamo antes de que pudiera irme
—¿Si?— Pregunté, el pareció dudar si continuar. Empezó a jugar con la toalla y miro el suelo
—No, nada. Olvidalo— Iba a darse la vuelta pero lo impedi. Estaba harto de su actitud. Necesitaba arreglar las cosas ya. El subidón de enojo que me dio, logro que dejara el nerviosismo de lado para encarar a mi amigo
—¿Qué?— volví a preguntar, mientras me acercaba a él y buscaba que su mirada se encontrará con la mía, para evitar que volviera a huir
—Solo olvídalo Alex. No tiene importancia— No iba a dejar que se fuera, lo arrincone a la pared más cercana y no deje espacio que nos separara. Está vez no me dejaría con la duda, además la adrenalina que me recorría el cuerpo al sentir su pecho pegado al mío era agradable
—Dimelo— Exigí
—Alexander, estas invadiendo mi espacio personal—reclamo intentando alejarme. Solo logro que me pegará más a él. El levanto las manos y las puso sobre mi pecho, ratando de empujarme—Muevete—volvio a decir. La sensación de sus manos sobre mi era increíble ¡DIOS! Deseaba que sus manos recorrieran mi cuerpo—Alexander, quítate—
—No, hasta que me digas que está pasando contigo, conmigo... Con nosotros— En ese momento nuestros ojos se encontraron, sentía el aire pesado y mi cuerpo comenzar a temblar
—No te lo repito más. Aléjate—volvio a empujar. Parecía que se estaba molestando conmigo, incluso apretó con sus puños mi playera—Alexander, me estás incomo...
¡LO BESE!
Mierda, No se porqué lo hice, solo me deje llevar, sus manos en mi pecho, su rostro tan cerca del mío, sus labios tan, tan de Sebas. Yo no lo pensé, solo me deje llevar. Lo peor de todo era que no podía parar, sus labios eran finos y suaves, la textura no era diferente a la de otros labios, pero su calor era único
Parecia estúpido. Acababa de cruzar una línea muy delicada con Sebastián, era mi mejor amigo. Quizá todo fue culpa de David y sus locas ideas de la atracción de Oní por mi, era obvio que no era así y ahora la había cagado.
Al menos eso pensé, hasta que los labios del chico a quien besaba comenzaron a moverse regresandome el mejor beso que me han dado en mi vida. Sentí a Sebastián aflojar el agarre de sus manos en mi camisa para llevarlas a mi cintura
Nunca un beso se había sentido así, he besado a unas cuantas personas, pero esto, esto era diferente. Era mejor que tomar agua cuando tienes sed, la sensación era más placentera que recostarse después de un día de arduo trabajo. Era algo tan indescriptible como los pequeños placeres de la vida. Solo que el beso, superaba todo
Fue solo hasta que Sebas quiso profundizar más sel beso que me detuve, me aleje de él y sin decir nada me fui de ahí sin mirarlo, porque si lo hacía volvería a besarlo, me aferraria a sus labios, porque justo en ese momento mi mente lo reclamo como mío y no podía suceder eso con el
Sebastiàn
¿!Maldita sea que hice!? Acababa de llenarme de mierda hasta el cuello, no se cómo paso, no se cómo lo permití, pero, esto termina aquí, no puedo seguir de esta manera. Alexander me encanta y ahora que se lo magnifico que se siente besarlo no podré esconderlo más ¡Mierda!
¡¡¡Eres un estupido Sebastián!!!
Al salir del vestuario, Alexander ya no estaba ahí. Con la cabeza hecha un lío me dirigí a la casa de Hanna. Ayer habíamos quedado en vernos después de mi entrenamiento
No tenía ganas de verla, me sentía tan culpable de haberle fallado, pero también sabía que poner una excusa para no ir, no serviría de nada, por el contrario me haría sentir peor
Necesitaba compensarla de alguna manera y esperaba que unas rosas pudieran controlar un poco mi culpabilidad
Compré los mejores girasoles que encontré, los chocolates y las golosinas favoritas de Hanna. Quería comprarle todo lo que encontraba. Peluches, no se, cualquier cosa que me quitará la opresión que tenía en el pecho, pero por el contrario cada vez se hacía más grande
"Mi mirada sigue la perfecta forma de tus labios, No imaginas que sentí el primer momento tras rozarlos"
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Editado: 20.01.2023