Monocromático

Capítulo XIV: Destrozados.

Cassandra no comprendía si lo que hizo al culminar la clase de Antoine fue un acto de valentía, o si fue provocado por un simple impulso de estupidez humana. Daba igual, el resultado había sido una confrontación silenciosa con Lysander.

Antoine los había despedido con una gran carga de trabajo para la próxima clase y Cassie se había lanzado en una precipitada carrera desde su puesto hasta el lugar donde el joven estaba sentado, aún con la mirada clavada en el vacío, ausente y ajeno a la importuna actividad emocional de Cassie. Él la había dibujado ¿Cómo en su sano juicio se le ocurría hacerlo? A Cassie le incomodaba en sobremanera, a pesar de que en el fondo, muy en el fondo de su ser, se sentía un tanto elogiada. 

Pero la incomodidad y vergüenza superaba por mucho aquel sentimiento. 

Cassie no se molestó en decir algo o pedir una explicación, simplemente le arrebató el dibujo y detalló cada trazo. Era simple en realidad, aunque eso de cierta manera era una eufemismo, porque cada línea coincidía a la perfección con el rostro de Cassandra: era un retrato de perfil, o eso intuyó ella considerando su poco conocimiento sobre el arte y como veía el dibujo; a blanco y negro pero con tal finura y realismo que era imposible no admirarlo. 

Si se hubiese tratado de una fotografía, la mirada de Cassie habría estado mirando directamente hacía el lente, ya que sus ojos en el dibujo la miraban con curiosidad y algo de serenidad. Incluso estaban las pocas pecas que tenía en el puente de la nariz, las delgadas y casi imperceptibles líneas de expresión y un pequeño lunar que tenía cerca de la comisura de los labios.

Ella miró con incredulidad a Lysander con intención de reprocharle sobre aquello, sin embargo, el semblante del joven la dejó muda. Lysander lucía oscuras ojeras bajo los ojos, su pálida piel resaltaba con una tonalidad grisácea y sus gélidos ojos azules lucían aún más parcos de lo habitual. 

Cassie, olvidando por completo la razón por la cual iba a confrotarlo, dijo: — ¿Qué sucede?

Más no obtuvo una respuesta.

Lysander simplemente se levantó del asiento, incomodando a la joven con su estatura, con gran cuidado le quitó el papel de las manos y se encaminó hacia la salida del auditorio. Pasó entre los demás estudiantes como si nada hubiera ocurrido, sus ojos incluso habían evitado a Cassandra y ahora él se alejaba, luciendo ajeno a todo o queriendo aparentarlo. 

Ella se dispuso a seguirle, no obstante, una mano en su brazo la retuvo. 

 Charlie la detuvo, sus ojos marrones la observaban con curiosidad y cautela. 

— ¿Cassie? 

—  Ahora no, Charles — soltó Cassandra con un deje de molestia.

El joven mostró sorpresa por un segundo, puesto que su amiga había empleado su nombre y Cassandra sabía como él lo detestaba. Además, la actitud de Cassie había sido extraña los últimos días, incluso podía afirmar que no era para nada la chica que conocía, se había aislado y mostraba comportamientos erráticos, tales como mirar a todos lados como si esperara ser atacada en cualquier instante.... Charlie era un chico introvertido pero era observador y deductivo, algo le había ocurrido a su amiga y a juzgar por la manera en que iba a hacerle frente a Lysander Aldrich, supuso que él estaba implicado. 

Cassie salió del auditorio sin molestarse en despedirse de Charlie, en ese momento su mente se hallaba centrada en Lysander y en por qué la había dibujado. En cuanto salió al pasillo no lo vio por ningún lado, se había desvanecido en la marea de estudiantes que salían o intercambiaban de clase de acuerdo a su horario... Aun así la joven se concentró en su objetivo y su mente arrojó una respuesta bastante obvia: seguramente había ido a aquella sala que reservaba para él, dónde podía dejarse llevar por su soledad e imaginación para crear hermosas obras de arte a su gusto, dónde sabía que los demás no le molestarían ni le mirarían como si fuera un adefesio por su apático comportamiento, dónde podía aislarse con total libertad sin ser victima de los juicios y murmullos en los pasillos de L'hiver Institut. 

Cassandra no sabía por qué le daba tanta importancia a un dibujo... tal vez era debido a que en su libreta solo habían dibujos de esa chica, de largo cabello blanquecino, labios finos y tensos en una línea inexpresiva, delgada hasta el punto de hacerle creer a los demás que podría tener alguna enfermedad como la bulimia o anorexia, con el desprecio marcado en sus frívolos ojos jade... O por qué para ella era turbadora la razón por la cuál Lysander la dibujaba, tal vez tenía algunas obsesiones insanas, ella no le conocía en absoluto. 



#13988 en Thriller
#7903 en Misterio
#49919 en Novela romántica

En el texto hay: oscuridad, amorjuvenil, arte

Editado: 25.01.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.