Por fin pisé el suelo del pasillo del palacio en el cual se encontraba el espejo. Caí de bruces ante los pies de Balder, quien se agachó de inmediato para ayudarme a ponerme en pie.
Aún no me había levantado del todo cuando ya miraba hacia el portal abierto en el espejo.
Acabé de incorporarme y me separé un poco de Balder para poner toda mi atención en el portal.
Suplicaba mentalmente que fuera el elfo normal el que saliera por el portal, y no el Sigmalita, por nuestro bien.
Del portal apareció una esbelta y larga silueta. No se distinguían bien los rasgos, pero el tamaño lo decía todo, estábamos de suerte, Ivar volvía a tener su forma original.
Se acercó a nosotros portando el colgante en la mano.
_Debemos darnos prisa_ dijo nada más llegar a nuestro lado.
Continuó su camino sin detenerse siquiera a explicarnos su destino, tuvimos que seguirlo para averiguarlo. Llegamos a la biblioteca. Balder y yo estábamos hechos un lío, sin saber cómo teníamos que actuar, pero al parecer Ivar no tenía esa duda. Se dirigió a una estantería y empezó a pasar sus largos dedos por los libros, buscando algo. Por fin dio con el deseado, lo abrió y le echó una rápida ojeada.
_Este es_ dijo más para sí mismo que para nosotros.
Volvió a donde nos había dejado a Balder y a mí y abrió el libro por la página que había marcado con el dedo.
_Necesito que hagáis este dibujo en el suelo_ dijo mostrándonos una especie de símbolo de invocación.
Balder y yo cogimos el libro para verlo mejor.
_Vale_ dijimos al fin.
Ivar sonrió, aunque no esbozó aquella sonrisa llena de vida y alegría que él solía esbozar, esta reflejaba abatimiento, cansancio, sensación de preocupación y, detrás de todo eso, una pizca de esperanza.
_Perfecto_ dijo sin más_. Empezad vosotros, enseguida me uniré y os explicaré lo que vamos a hacer.
Balder y yo asentimos de nuevo, pero no dijimos nada.
_Nos vemos luego_ dijo con cierto nerviosismo en la voz.
Ivar desapareció en milésimas de segundo, dejándonos a Balder y a mí con el libro entre las manos y llenos de perplejidad. Salimos de la biblioteca y corrimos en dirección al pasillo del espejo con unos carboncillos que habíamos encontrado entre los restos de la chimenea.
_Bien, empecemos_ dijo Balder mientras depositaba el libro entre los dos.
Empezamos a trazar líneas con los carboncillos, de vez en cuando echábamos un ojo al libro, pero pronto lo tuvimos, el extraño símbolo dibujado en el suelo.
Nos levantamos y retrocedimos un poco para ver mejor nuestro trabajo.
_Perfecto_ dijo Balder.
En ese mismo instante apareció Ivar con un par de libros y algunas velas. Se detuvo y contempló el símbolo dibujado.
_Veo que ya lo tenéis _ dijo con una sonrisa mientras depositaba los dos libros y las velas en el suelo.
_¿Para qué es todo esto? _ pregunté.
Ivar pasaba las páginas a tanta velocidad que pensé que se acabarían rompiendo.
_Debemos hacer un ritual para pasar al ente de un objeto a otro. Para ello, primero debemos realizar uno de liberación y retención_ dijo señalando una página con el dedo_. Una vez atrapado dentro del símbolo, debemos introducirlo en el otro objeto _ dijo mientras buscaba el otro conjuro.
Una vez que ambos conjuros estuvieron localizados, cogió las velas y comenzó a encenderlas.
_Id poniéndolas en torno al círculo exterior, serán las que formen la barrera que impedirá salir al espíritu.
Balder y yo obedecimos.
Todo estaba listo ya, cada uno nos sentamos en una parte del círculo exterior, tratando de no dejar ningún hueco por el que se pudiera salir. Estábamos a punto de comenzar cuando Ivar cayó en algo importante.
_El objeto al que queremos traspasarlo, no lo tenemos.
_¿Tiene que ser algo en especial?_ preguntó Balder.
_No, ¿por?
_Porque tengo una idea_. Se estiró un poco hasta llegar a coger una de las gemas mágicas que abrieron el portal y que separamos del espejo Balder y yo cuando volvimos para realizar el dibujo. Cogió la gema azul_. Podemos introducirlo aquí.
Ivar pereció dudar un momento, pero finalmente la cogió entre sus manos.
_Está bien_. Sacó el colgante de nuevo y depositó ambos objetos en el centro del símbolo_. Empecemos_ dijo estirando sus manos hacia nosotros.
Balder y yo las cogimos y cogimos las nuestras también, creando una segunda barrera.
_Nalath kalh iistha_ dijo Ivar supongo que en la lengua Sigmalita_. Debéis repetir esas palabras a lo largo de este primer ritual.
Balder y yo empezamos a formularlas . Mientras nosotros dos repetíamos esas palabras, Ivar comenzó a formular el conjuro del libro. Al cabo de unos minutos vimos como una especie de humo negro abandonaba el colgante de Tarwe y empezaba a recorrer el interior del círculo, buscando una salida. Pude sentir como se cabreaba cada vez más y lanzaba estridentes chillidos de frustración y rabia, supongo que estaría maldiciéndonos a nosotros y al resto de nuestras generaciones, pero no nos detuvimos. Terminamos el conjuro, había sido un éxito, el espíritu estaba ante nosotros, encerrado tras las barreras mágicas. Ivar lo miró y luego a nosotros.
_Ahora viene la parte difícil. Debemos asegurarnos de que queda atrapado dentro de la piedra.
_¿De algún modo especial?
_Sí, uno de nosotros debe introducir la mano dentro de la barrera y sacar el colgante.
_Eso puede ser peligroso_ dije.
_Puede no, lo es, piensa que si lo hace mal, la barrera se romperá y el espíritu quedará libre.
_¿Entonces?
_Tampoco podemos soltarnos..._ Ivar lo analizaba todo mientras pensaba.
_Yo tengo el brazo más largo, no me costará tanto cogerlo_ dijo Balder.
Ivar lo miró.
_¿Seguro?
El otro se encogió de hombros.
_Uno tiene que hacerlo.