Todas mis cosas llegan por fin a mi nuevo apartamento en Alemania, mi cuñada, Max y Andrómeda me han ayudado a instalarme adecuadamente. Einar quería ayudar, ya puede levantarse y andar correctamente pero sigue con mucho dolor así que aunque sé que le gustaría no lo dejé, primero debe recuperarse al noventa por cierto y luego podrá hacer esfuerzos mayores.
– Pues ya está.- sonrío.
– Ahora tienes que aprender el idioma.- se ríen de mi los cuatro por las palabras de Einar.- Intenta no ser tan nefasto como tu hermana.
– ¿Nunca la perdonarás?- la mira Moonlight.
– Evidentemente no, ella destroza nuestro lindo idioma.- las dos hermanas niegan aunque debo darle la razón a mi cuñado, mi hermana habla muy mal alemán.
Hace poco mi hermana quiso retomar las clases de alemán ya que yo empezaba las mías, no las ha dejado, sigue estudiando allí en Estados Unidos, pero el primer día la profesora le dijo que era muy mala y que necesitarían muchas clases. No es que yo sea mucho mejor pero al menos no me miran con tan mala cara, me miraba mal pero no tanto.
– ¿Queréis comer algo?
– Yo tengo que irme, voy a comer con mamá.- dice Candela con una hermosa sonrisa.
– ¿Y Kwang?- ese es el sobrino de uno de los guardaespaldas de su madre.
– Volvió a Estados Unidos.- dice ella como si nada.
Creo que hablo por todos cuando digo que creía que ella tenía o iba a tener una relación con ese chico, se veían unidos, con mucha seguridad el uno en el otro y el chico la miraba como si no hubiesen más mujeres en el mundo. Quizás es ella quien no quiere, solo me resulta extraño porque pensaba que él le gustaba.
– Bueno, me voy, papá está abajo.- se despide de sus hermanos.
Me alegra que todos estén ya bien, dentro de lo que cabe. Eleanor come por si sola pero todavía tiene la mano destrozada, Candela parece ser feliz, Einar se recupera, Max tiene una hermosa familia que lo acepta y mi novia aunque sigue con pesadillas ha avanzado mucho, muchísimo y eso me enorgullece.
– ¿El resto os quedáis?
– Si luego puedes llevarme a la casa de mi amiga, si, sino me voy ya para ir en autobús.
– Puedo llevarte.- me río.
– También me quedo.- dice mi mejor amigo y ahora cuñado.
– Por supuesto que me quedo.- me sonríe Andrómeda antes de darme un beso en la mejilla.- Pero, ¿tienes comida?
– No, pedimos a domicilio, yo invito.- ellos asienten.
Cada uno me dice lo que quiere para comer y yo lo voy pidiendo, después me siento con ellos para ver la televisión. Los Emerson ya no son noticia, o bueno, ya no tan mediática como antes, de vez en cuando sigue saliendo el tema del secuestro pero ahora hablan más de la recuperación de toda la familia y del trabajo que ellos desempeñan.
Antes la prensa acosaba a la familia al punto en que Eleanor salió a decir que si seguían con ese tipo de acoso comenzaría a demandar a noticiarios por invasión a la privacidad y por allanamiento ya que algunos llegaron a colarse en el jardín de su casa.
Cuando suena el timbre abro rápido y le doy las gracias al repartidor antes de cerrar la puerta y poner las cosas sobre la mesa.
– Russell.- miro a Einar.- Eres el único chico que voy a aceptar como novio de mi hermana.- sonríe, estoy seguro que con esa sonrisa tiene a muchas chicas y chicos detrás de él.
– Gracias Einar, significa mucho para mí.
– No te fíes mucho, habla dulce porque le gusta la comida y porque lo vas a llevar en coche, él odia el autobús.
– Diría que es mentira, pero lleva razón.
Todos reímos, Einar se puede ver muy serio pero también es muy bromista, cuando ya entra en confianza es como el típico chico de su edad, solo que superdotado pero seriamente, ¿qué Hoffman no lo es? Einar solo es el más inteligente entre inteligentes.
Max fue el primero en irse, quería estar con Eleanor. Andrómeda y yo llevamos a Einar hasta la casa o más bien mansión de su amiga, Daniela y ya que he sacado el coche aprovechamos para ir a hacer la compra.
Andrómeda está concentrada en hacer bien la compra, yo estoy concentrado en él. Se ve hermosa con su corte de pelo, me sorprendió mucho cuando al llegar a Alemania mi novia no tenía el pelo por la cintura sino casi por los hombros pero de igual manera estaba y está preciosa. Solo fue un cambio que no esperaba.
– ¿Andrómeda?- ella y yo nos giramos al escuchar una voz masculina.
– Tú.- lo mira con asco.- No tengo nada que hablar contigo.- sonrío con rabia.
– No tienes que hablarle así de mal a mi novio, te recuerdo que tu hermano le rompió la mandíbula.
– Tendría que haberse quedado callado cuando decidió burlarse de mí, y es mi ex novio chica, si quiero lo miro mal.
– Amor vamonos.
– No, quería pedirle disculpas porque tiene razón. Fui un cabrón y merecí lo de su hermano.- dice con lo que parece arrepentimiento.- Me alegra que estés bien después de todo lo que has pasado, adiós.
– Adiós.
Ella se da la vuelta y sigue comprando como si nada, la miro para ver si está o no bien, a diferencia de su madre o de Einar ella no es buena ocultando sus emociones, pero parece genuinamente feliz. Creo que ella necesitaba esas disculpas.
– Russell.- la miro.- Te amo.