Moonlight Serenade

Extraña en el paraíso (Stranger in paradise) Tercera parte

A la mañana siguiente Maia se despertó a la misma hora que los otros días, 5:30. « Lo detestaba» pensó ella, ya que a veces quería dormir más, pero igual que antes no consiguió dormirse de nuevo así que decidió quedarse en cama hasta que fuera la hora en que se debían de levantarse. Tras una hora fue que sonó la alarma de su compañera anunciando que debían de apurarse y vestirse, así Maia se levantó y se cambió. A su regreso del baño fue que vió a Soon-hee  ya arreglada  quien le dijo:

Hola buenos días.

Buenos días. ¿Ya estás lista para salir?  Le preguntó Maia a su compañera, quien asintió por lo que ambas tomaron sus cosas y fueron a desayunar junto a todos los otros chicos.

Durante el desayuno se les unieron dos chicas que jamás había visto, una de ellas provenía de Estados Unidos y la otra de Hong Kong, ambas eran violinistas y compañeras de Soon-Hee, quien se las presentó:

Ella es Melany — le dijo presentándole a la chica quien tenía un maravilloso y hermoso cabello negro — y ella es Lin Yen —le dijo presentándole a la otra chica, quien solo asintió en forma tímida como forma de saludarla.

—Hola—les contestó Maia.

—Y ella es mi compañera de cuarto Maia — les dijo a ambas chicas.

Las otras chicas asintieron. Mientras comían Maia pensó en cómo a pesar que el primer día Soon-Hee se mostró un poco más tímida había conseguido acercarse con ambas chicas en tan sólo la primera semana, eso la alegró ya que significaba que iba a pasar más tiempo su compañera con esas chicas que con ella por lo tanto se podría desvincular de ella un poco y no peligraba que pudiera ser descubierta.

Después de almorzar y de una serie de interrogatorios que tuvo por parte de la chica llamada Melany acerca de dónde venía Maia, el instrumento que tocaba y demás preguntas, las cuatro chicas se dirigieron al estacionamiento donde les esperaba un autobús. En la puerta de este se encontraba la maestra Yoon y el maestro Choi, quienes iban a ser los encargados de cuidar de todos ellos.

Tras organizarlos en fila los alumnos se subieron al camión, donde Maia se dirigió a un asiento que estaba a lado de la ventana sentándose junto a ella Soon-Hee, del otro lado se sentaron Melany y Lin Yen quienes se pasaron platicando durante todo el camino. Gracias a esto fue que Maia pudo enfocarse y disfrutar del paisaje citadino, el cual era completado por el despejado y soleado día que había.

Después de veinte minutos el camión se detuvo enfrente de un lugar amurallado que abarcaba toda una cuadra. Los alumnos comenzaron a descender y en el momento en que todos habían bajado siguieron a la maestra Yoon quien los hizo rodear la muralla hasta llegar a un arco de tres puertas que en la parte superior estaba decorado con un techo típico de la arquitectura coreana y decorado con colores rojo y azul. Esta infraestructura les daba la bienvenida al recinto que dirigía a los visitantes a una explanada de tierra y al fondo se encontraban construcciones antiguas, las cuales como algunos de los póster que había cerca de las taquillas les anunciaban que estaban en el palacio de Gyeongbokgung.

A pesar que en ese momento sólo se observaba la entrada, para Maia y todos sus demás compañeros era sorprendente y hermoso el lugar, tanto que mientras la maestra Yoon fue a buscar al guía, muchos de los chicos comenzaron a tomarse fotos en la entrada. Entre ellos estaban las cuatro chicas quienes se turnaban para tomarse fotos solas y después de hacer una juntas, se tuvieron que apurar para poder unirse a uno de los dos grupos que se habían formado. 

Cuando lograron unirse a un grupo, el guía ya había empezado. Les estaba contando un poco de la historia del lugar, este los llevó después al palacio principal, el cual consiste en una sala hecha de madera y pintada con unos magníficos colores que iban de los tonos rojizos a azules, pasando por el dorado y verde, adentro se encontraba el trono. La siguiente parada fueron las viviendas de los reyes y después fueron llevados a una especie de lago en donde en medio de éste se encontraba un pabellón, lugar preferido de muchas personas para tomarse fotografías.

Lo que le llamó más la atención a Maia era el modo que algunas personas iban vestidas ya que traían puestos el traje tradicional coreano, esto lo supo después que Soon-Hee les explicará que al vestirse con esas ropas su entrada era gratuita.

Siguieron caminando y viendo el lugar, el cual era tan enorme que incluso aunque terminó la visita guiada, no habían visto todo. Por lo que los profesores les comunicaron que les iban a dar tiempo libre para que vieran lo que les faltaba. Después de quedar de verse dos horas después en un punto estratégico se separó el grupo y cada quien se fue por su lado.

Maia junto a las otras tres chicas se dirigieron a un sitio en donde había un jardín que las dirigió a un museo en el cual en su entrada se encontraba un grupo de personas con instrumentos y a su alrededor había personas sentadas en unas bancas improvisadas que habían puesto.

Maia les sugirió a sus acompañantes que se quedaran a verlo, pero las otras chicas tenían que ir al sanitario. Así que acordaron que ella se quedaba apartando los lugares mientras las otras chicas entraban, el problema venía que ya no había asientos disponibles por lo cual la chica se quedó parada en una esquina esperando a que comenzara el concierto.




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