El haber tocado de nuevo su canción favorita provocó que Maia se sintiera con más confianza y con la energía necesaria para enfocarse mejor en sus clases y no sentir la presión de antes, comprobando lo dicho por Rebeca era verdad que mientras la chica recordará las verdaderas razones de porqué había comenzado a tocar la trompeta podía disfrutar mejor las clases.
Con esta energía renovada disfrutó de nuevo su estancia en ese lugar en especial el sábado en la mañana, día que junto a los chicos decidieron salir a pasear por los alrededores de la academia, en la tarde fueron convocados en al auditorio donde la maestra Yoon les dio un comunicado:
—Mañana se va hacer un viaje al templo de Naksansa el cual se encuentra dentro del Parque Nacional de Seroksan, el cual se encuentra a tres horas de camino por lo que el camión partirá más temprano de lo normal. Saldremos de aquí a las siete y media de la mañana, por lo tanto se espera que estén a tiempo. Les pedimos que lleven ropa y calzado cómodo ya que hay que caminar un poco. Eso es todo— dijo la maestra Yoon.
Al terminar empezaron a salir los alumnos quienes se habían conglomerado en el auditorio. Maia junto a los chicos y chicas, con quienes se había sentado y había pasado jugando toda la asamblea el juego de cruz y cero, se quedaron en sus asientos esperando a que la mayor parte de los alumnos salieran. Mientras esperaban Maia se dedicó a observar a su alrededor prestando especial atención al maestro Choi quien se había acercado a la directora y la estaba saludando. La chica al compararlo en ese momento con la directora y los demás profesores podía percatarse mejor de lo joven que era, ya que recordando lo que una de sus compañeras les había dicho él apenas era dos años mayor que ella, pero por su actitud la hacía sentir que trataba con una persona mucho más grande y amargada. Mientras pensaba en eso el maestro parecía que había sentido su mirada ya que levantó su vista y cruzó su mirada con la de ella. La chica automáticamente aparentó esar viendo otra cosa y se sintió un poco abrumada de ser sorprendida por él, así fue que aparentó que nada había pasado y les sugirió a los chicos el irse de ahí, ya que la mayoría de los alumnos habían salido.
—¿Entonces alguien entendió lo que dijeron?— preguntó Andrew, una vez que habían salido del auditorio.
—Ni idea— contestó Henry.
—Yo tampoco sé, no presté atención— contestó Melany.
—Yo si se— dijo Maia, ya que a diferencia de ellos, había escuchado atentamente lo que la maestra les comunicó— dijeron que mañana la excursión se va hacer a un lugar un poco retirado de Seúl, por lo cual hay que estar en la puerta de la escuela a las 6:30 ya que el camión sale a las 7—mintió la chica para jugarles una broma y saber si verdaderamente no habían escuchado nada.
—¡¡¡No!! Es muy temprano— se quejaron los chicos y las chicas, comprobando que era real que no habían prestado nada de atención. Soon-Hee fue la única quien captó está broma ya que también había escuchado lo que la maestra les había dicho.
—Realmente no pusieron atención ¿verdad?—les dijo Maia.
— es que era muy aburrido— contestó Henry.
—A parte sabíamos que nos íbamos a enterar tarde o temprano—le dijo Andrew mientras rodeaba su brazo en los hombros de la chica, quien lo miro y le dijo
— y qué pasaría si lo que les digo es mentira ¿confían tanto en mí? —les preguntó ella con una pequeña sonrisa. El chico por unos momentos se quedó mirándola intentando descifrar si había sido verdad o no lo que le había preguntado, cuando tomó una decisión y le iba a decir fueron interrumpidos por la compañera de salón de Maia, Nguyeng.
— hola, perdona— comenzó a decir la chica.
— hola, — le contestó Maia deteniéndose mientras los otros chicos se adelantaron al comedor—¿Qué pasa? —le preguntó.
—¿Quería saber si tienes la partitura que nos dio ayer el maestro para ensayar? Es que no encuentro las mías.
—Si, las tengo en mi cuarto ¿quieres ir?—le sugirió Maia
—Si porfavor, ya ves como es el maestro que no me puedo darme el lujo de no practicarla.
—Tienes toda la razón—admitió Maia y decidieron dirigirse a los dormitorios.
—Perdona te desvíe de tus planes con tus amigos— se disculpó su compañera.
—No te preocupes, en realidad yo no iba a ir, tengo una llamada con mi prima —dijo Maia
—Que bien, así ya no me siento tan mal. Es que a pesar que el maestro en estos días es más relajado, me da un poco de miedo que vuelva a cambiar , a ti ¿no?— le pregunto la chica.
—Si también a mi, creó que puede estar aparentando — aceptó Maia. Después ya no dijeron nada ya que en ese momento que cruzaban el estacionamiento se encontraron con la directora y el maestro Choi, quien este último las saludo:
—Buenas tardes
—Buenas tardes—le contestaron ambas chicas un poco incómodas y sorprendidas ya que esperaban que las ignorara y continuaron su camino en silencio hasta llegar a la puerta donde parecía que todo ese tiempo ambas chicas habían sostenido la respiración.
—Eso fue raro—dijo Nguyeng.
—Absolutamente—coincidió Maia con ella y siguieron su camino hasta el dormitorio de la muchacha.