Moonlight Serenade

Historia de una noche de tormenta (Story Of Stormy Night) Primera parte

Una año antes....

Maia estaba en la playa parada y paralizada observando como dos de los ocho chicos, con quienes habían ido a ese viaje, se metían al mar intentando llegar al lugar donde se había visto la última vez a su amigo Joaquin pero eran regresados por las olas que los golpeaban. En eso llegó uno de los salvavidas quienes con su gran experiencia pudo llegar al punto y sacar al chico inconsciente.

Al llegar a la playa todos ellos incluida Maia se acercaron a ellos corriendo.

—¿Cómo está? —preguntó una de las chicas.

—No respira —dijo el salvavidas y comenzó a darle respiración de boca a boca. El chico frustrado comenzó a decir:

–¡Vamos, reacciona chico ! —él seguía haciendo lo mismo apretando el pecho del joven sin ningún progreso.

Alrededor de los chicos se empezaron a juntar los lugareños quienes intentaban ayudar, uno de ellos debió de haber llamado a emergencias ya que tiempo después dos paramédicos llegaron, quienes les pidieron que se alejaran para poder trabajar.

El salvavidas se alejó y se puso a un lado de todos los demás quienes veían la escena, algunos de ellos lloraban mientras que Maia no podía reaccionar solo estaba ahí, esperando un milagro. Después de una eternidad, uno de los paramédicos dijo las palabras más duras y devastadoras que Maia había escuchado en su vida:

—Lo sentimos, ya falleció—los paramédicos continuaron diciéndoles, mientras el grupo de chicos estaba en shock ante esta noticias—Debemos de avisar a las autoridades mientras llevamos el cuerpo a la morgue de la ciudad para hacerle la autopsia. Necesitamos que sus familiares esten presentes para firmar los papeles, si quieren pueden venir unos de ustedes con nosotros para dejarlos ahí y que ellos les expliquen qué es lo que deben de hacer.

Uno de los chicos, Alan, que se había metido al mar fue el único que pudo reaccionar y organizar todo.

—Ustedes váyanse por las cosas y regresen a la ciudad, yo iré y les avisaré cuando estén las cosas ordenadas— les dijo a los chicos—Maia ¿puedes venir conmigo?—Le dijo a la chica quien sólo pudo asentir.

Después de estas indicaciones todos se empezaron a movilizar mientras que los paramédicos ponían el cuerpo en una camilla cubriendola con una tela blanca, después la subieron a la ambulancia mientras un grupo de personas curiosas se reunían a ver la escena.

Maia y Alan se subieron en la parte de atrás de la ambulancia la cual comenzó a moverse. Todo estaba en silencio, ninguno de los dos hablaba, principalmente porque el cuerpo de su amigo estaba en la camilla que estaba enfrente de ellos, Maia no soportaba ver eso por lo que volteo hacia la puerta de la ambulancia. El chico de repente rompió el silencio y le dijo:

—Creo que deberías de marcarle a su familia, ¿tú tienes los números verdad?

—Si—dijo la chica mientras sacaba su celular y buscaba el teléfono de la mamá de él, no sabía cómo iba a decirle, así que mejor le marcó a su mamá para que ella le hablara. Ella le contestó en seguida.

—Hola, mi vida ¿qué pasó?

—Mamá—comenzó a decirle entrecortadamente, ya que las lágrimas comenzaban a salirle.

—Maia, ¡¿qué pasó?!—le preguntó alterada la madre de la chica al otro lado del teléfono.

—mamá algo pasó, Joaquin tuvo un accidente.

— ¿cómo está?

—él, él falleció mamá.

—Dios mío no puede ser, ¿dónde están?

—Vamos camino a la morgue de la ciudad.

—ok, tú quédate ahí veremos cómo lo hacemos y vamos para allá.

Ella colgó mientras lloraba, pudo ver de reojo al otro chico que hacía lo mismo pero silenciosamente, ninguno habló por el resto del camino hasta llegar a su destino.

En la puerta del lugar les impidieron entrar a ambos chicos, así que se quedaron en la banqueta un rato hasta que salió una persona a quien interceptaron y le explicaron su situación. El chico fue muy amable con ellos y les dijo acerca de todos los papeles que necesitaban y les explicó que debían de esperar a que un familiar llegará para el reconocimiento del cuerpo.

Con esto, lo único que pudieron hacer fue esperar, tomando la decisión de regresar a la casa que habían rentado, ahí se encontraron con los otros chicos quienes acababan de terminar de guardar sus cosas y estaban a punto de regresar a la ciudad, todos salieron dejándolos a ambos chicos en la casa en silencio. Unos minutos después el chico estaba tan desesperado que decidió salir y dar una vuelta, mientras Maia llamó de nuevo a su casa para preguntar lo que había pasado, quedando así que el primo de Joaquin sería quien iría por ellos.

Maia quien estaba sola en ese momento no pudo llorar por más que quisiera, por lo cual se dedicó a guardar sus cosas y cuando terminó se sentó en el sofá en donde se quedó dormida. La chica se despertó cuando el muchacho regresó, él traía consigo un poco de comida y unas hojas, se sentó y le dijo:

—Es información de una funeraria que hay cerca de aquí— le dijo mientras le enseñaba los papeles— me dijeron que ellos nos ayudan con el papeleo y el traslado a la funeraria que queramos incluso a la capital.




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