Al día siguiente, al ser su único día de descanso, Maia decidió pasarla con los chicos con quienes disfrutó el día platicando y relajándose. Fue al día siguiente que volvió lo pesado de las prácticas, pero para Maia cada día era mejor ya que sentía como mejoraba, así que estaba emocionada por las prácticas de la tarde.
Ese día después de la clase el chico le pidió de nuevo hablar con ella. Cuando todos sus compañeros salieron él le dijo:
—Hoy te veo hasta el departamento.
—No se preocupe yo te veo allá—le contestó ella.
—Bien, espero que hayas practicado, aunque te veo mejor.
—Si, me siento más segura, supongo que es eso —confesó ella.
—Me alegro— dijo él mientras tomaba sus cosas, y comenzó a caminar hacia la salida seguido por la chica—esto significa que están funcionando los ejercicios. Entonces nos vemos al rato.
—Si —le contestó ella mientras veía como el chico se alejaba.
En eso sintió como alguien le tocaba el hombro, Maia volteo y vio que era Andrew quien le preguntó:
—¿Qué haces aquí?
— Acabando mi clase ¿y tú? —le contestó la chica,
—Igual, pensaba ir a comprar algo a la tienda ¿quieres acompañarme? —le sugirió el.
—Si, pero... ¿no tienes una clase a la que deberías de asistir? — le preguntó ella.
— Si, aún así ¿quieres ir?—le volvió a decir él.
—Bueno — aceptó ella, pensando en que ya que había mejorado, podía no sentirse mal si faltaba a la clase de teoría.
Ambos chicos salieron de la academia y comenzaron a caminar.
—¿A dónde vamos? — preguntó ella.
—Iba a ir a la tienda, ¿qué se te antoja?.
— mm lo que sea, sólo que ahora viendolo bien tengo antojo de algo más internacional estilo americano.
—Podríamos ir a comer hamburguesas—sugirió él.
—Me agrada esa idea —dijo ella. Por lo cual ambos chicos se dirigieron hacia donde sabían que había varios restaurantes.
—¿Y cómo te va con la práctica?—le preguntó Maia al chico mientras caminaban.
—Bien. Sólo que la verdad, está bien pesado, no creí que estuviera tanto—confesó él.
—¿En serio te sorprende que esté tan pesado? si es considerado un curso de alto rendimiento.
—Ya sé pero no creía que sería tanto. ¿Y tú cómo vas? —dijo el chico con pesadez
—Bien, ahi sufriendo como siempre.
—¿ sigues sufriendo por el profesor? ¿los trae igual que antes?
—Si, pero actúa un poco distinto.
—¿En serio? Escuche a tres profesores que él es muy estricto.
—Lo es pero es buena onda una vez que lo conoces—confesó ella.
—¿En serio? no se, tal vez ya te lavo el cerebro, ya que antes te quejabas mucho.
—Tal vez— dijo ella sonriendo.
Su conversación fue interrumpida cuando llegaron al lugar donde estaban los restaurantes y en los cuales se tardaron en encontrar uno en donde vendieran hamburguesas, terminando en un Mcdonalds.
—Ya extrañaba este tipo de comida— dijo él, una vez que ya estaban comiendo.
—Yo igual, creo que es normal ya que hemos pasado casi tres meses comiendo comida de la cafetería y es cuando uno comienza a extrañar algunas cosas—dijo ella.
—mmm pero casi ya nos vamos así que sería mejor aprovechar y comer algunas de la comida de aquí—afirmó el
—tienes razón, para la próxima le preguntamos a Soon-Hee que nos recomienda —sugirió la chica.
—Estaría bien— terminó de decir él y después ambos chicos se quedaron en silencio mientras comían. Al terminar su comida se quedaron un rato disfrutando del lugar.
—¿qué vas hacer cuando regreses a tu casa?—le preguntó Maia
—terminar la escuela, voy para mi último año en la prepa ¿y tú ?
— Igual tengo que terminar la escuela— confesó la chica aunque nunca le dijo el grado que debía de terminar, por lo cual quiso sincerarse un poco más— debo ser sincera, no sé que voy hacer después de esto. Pero tú ¿vas a continuar tocando, vas a buscar para entrar a un conservatorio o algo así ¿no?, me acuerdo que una vez mencionaste algo—dijo la chica recordando sus conversaciones previas.
— Pensaba en continuar en el conservatorio de música de Sidney, y tocar a nivel ya profesional ¿y tu no piensas en seguir estudiando música? —le preguntó el chico
—Me encantaría, pero no creo poder.
—¿Por qué lo crees?
— Porque ya sabes que no es lo que los padres quieren, también está lo de sentir que no tengo tanto talento para esto, aunque te voy a decir la verdad una parte de mi me encantaría tener la posibilidad de dedicarme a esto—le dijo Maia, mientras que en su mente agregaba la problemática de la edad.
—En lo personal creo que si te gusta tanto no deberías dejar que algo externo te influya a dejarlo.