Maia se despertó con un ruido en el dormitorio, era su tía quien se estaba arreglando para salir.
―¿Qué pasa? — preguntó la muchacha a su tía ya que le extrañaba que se estuviera vistiendo.
―Nada, tu sigue durmiendo. Tengo una reunión con el director de la filarmónica de Seúl por lo que voy a estar afuera un buen rato. Si quieres desayunar y comer puedes bajar al restaurante, da el número de la habitación y que te lo pongan en la cuenta.
―Si, gracias―dijo ella.
―Bueno ya me voy —dijo su tía tomando sus cosas y acercándose a la salida, antes de salir volteo y le dijo:
—Quiero que te quedes aquí en el hotel y no salgas ¿ok? Ya tengo suficiente con ustedes dos.
Con estas últimas palabras dejó a Maia sola en la habitación donde disfrutó unas horas más de no tener que levantarse para ir a clase, sensación que se convirtió en un sentimiento agridulce. Para apartar esos sentimientos decidió vestirse para ir a desayunar y seguir las instrucciones que su tía le había dicho .
De camino hacia su destino pasó por la recepción en donde se detuvo en seco al ver la figura del maestro Choi preguntando algo a la señorita del mostrador. El chico sintió la mirada de Maia ya que volteó a verla y al reconocerla le sonrió, dando gracias a la señorita se dirigió a ella.
―¿Qué haces aquí? —preguntó Maia una vez que él se había acercado a ella.
―Vine a buscarte ya que ayer no pudimos acabar nuestra plática.
―Pero, ¿no tienes clase?
―No. Recuerda que en unos días será el concierto así que les toca practicar ya directamente con el director de orquesta.
―ahh ― fue lo único que Maia pudo contestarle ya que se le había olvidado que tenían ensayo.
―Vamos a sentarnos― sugirió él.
Ambos se dirigieron al restaurante donde la chica pudo desayunar mientras él sólo tomaba café. Mientras esperaban que les sirvieran fue que le preguntó Maia al chico:
― ¿Por qué estás aquí?
―Vine por ti, para que regreses a la academia, porque supongo que ya meditaste lo que te dije ayer y decidiste regresar ¿verdad?
―En realidad, no voy a ir―le dijo Maia más convencida que antes.
―¿Qué? ¿Por qué decidiste eso? Si has practicado mucho para ello. No tires tu esfuerzo a la basura―la animó el chico.
―Lo sé. Pero la verdad creó que tiene razón Andrew y no debería de haber venido y quitarle el lugar a otra persona que en verdad lo quiera―confesó ella.
―¿ Andrew? ¿Ese niño te dijo eso?
―Algo así. Pero no lo llames así―dijo defendiendo a su amigo
―Pero si es un niño y esto lo comprueba. Así que no le hagas caso y vuelve―le dijo el chico. Maia no sabía qué pensar estaba tan confundida por más que quería decir que si, le venían a la mente las palabras que le había dicho su amigo y la hacían dudar.
―Mira. Lo que me dijo fue sólo la verdad y desde el primer momento que estuve aquí ya lo había pensado, era un pensamiento que me perseguía, así que no es su culpa. Sino la mía y por lo tanto voy a tomar la responsabilidad de mis decisiones —dijo Maia recordando también lo que le había dicho su tía.
—¿Aunque esta decisión vaya al contrario de lo que en verdad quieres?
―Si—dijo conclusiva Maia—Es como tu una vez me dijiste que tengo que ser realista, que no soy tan buena como todos mis compañeros. Y es verdad esto lo estoy tomando como un hobbie, no podría dedicarme a esto, ya no tengo la edad para que me acepten con mis conocimientos en una escuela de música o decidir el cambiar todo para dedicarme a esto. Es mejor dejarlo así.
―Creo que lo estás malentendiendo, yo a lo que me refería era que si no te ibas a comprometer era mejor que lo dejaras. Pero eso cambió cuando te esforzaste por mejorar.
― Pero a pesar que me esforcé en realidad no me lo estoy tomando en serio y tenías razón en ese entonces debí dejarlo y que no perdieras tu tiempo.
―El único modo en que hubiera perdido mi tiempo es si no te presentas y botas todo lo que has hecho―terminó diciendo el chico
Estas palabras hicieron dudar a Maia, quien por un instante fue convencida por el chico pero en eso apareció la imagen de su tía y las palabras que le había dicho acerca de cómo esto le afectaba a ella, ese pensamiento hizo que reafirmará su decisión, así que dijo:
―Puede ser, pero ya lo decidí ― dijo levantándose dispuesta a salir de ahí y acabar con la conversación, pero antes quiso decirle―Tengo que decirte que me alegro de que hayas venido, porque quería agradecerte por todo lo que me ayudaste. De verdad aprendí mucho y no sabes cuánto te lo agradezco. Aunque se que para ti sólo fue tu trabajo como maestro pero para mi significó mucho así que gracias.
―No lo hice sólo por mi trabajo―dijo el chico levantándose ― Lo hice porque creo que eres bueno para el nivel que tienes. No debes rendirte porque trabajaste duro para este concierto asi que deberias de participar en el y no te debe de importar lo que te digan otras personas —dijo sorpresivamente el chico con mucha pasión y ánimo que provocaron que la chica le costará más trabajo decir las siguientes palabras: