Durante la mañana del día siguiente mientras Maia se cambiaba alguien marcó al teléfono de la habitación. Su tía, quien todavía estaba arreglándose, contestó. Al colgar le dijo a Maia:
―Te buscan.
―¿A mí? ―preguntó extrañada la chica, ya que no esperaba a nadie.
―Si, a ti, me dijeron que hay alguien que te está buscando en la recepción.
La chica se quedó pasmada por unos segundos ya que la única persona que sabía que podía estar ahí era el maestro Choi.
― ¿No vas a ir? ― le preguntó su tía.
― Si, voy― dijo Maia. Terminó de lavarse los dientes y se puso los zapatos para bajar. Antes que saliera su tía le dijo:
― No te tardes mucho, recuerda que me tengo que ir a la 11 y no quiero que vagues por ahí.
―Si ― contestó la chica saliendo al lobby, en el camino una parte de ella se sentía feliz pero otra se puso nerviosa de volver a verlo. Pero al llegar a la recepción se llevó una sorpresa cuando vió a Soon-Hee, Melany, Lin Yen, Henry y George quienes la estaban esperando ahí. Maia se quedó parada viéndolos un poco shockeada pero en el momento en que los chicos se percataron de su presencia se acercaron a ella alegremente.
―¿Qué hacen aquí? ― les preguntó la chica mientras todos la saludaban.
―Alguien nos comentó que estabas aquí y venimos a platicar ― le dijo Soon-Hee
―Si, queríamos comprobar si lo que Soon-Hee nos dijo era verdad― le dijo Henry
―Porque nos contó algunas historias un poco locas―agregó Melany.
―Perdón, les comenté a ellos lo que me contaste porque creía que debían de saberlo― le dijo su amiga con una cara de disculpa.
― No hay problema, vamos a sentarnos ― les dijo Maia guiándolos a los sillones que se encontraban cerca de ahí.
―Entonces ¿es cierto que en realidad no eres quien decias? ― le preguntó Lin Yen una vez que estaban todos acomodados.
― Es verdad― confesó Maia― Perdón no quería mentirles así pero no podía decirles la verdad porque temía que me pudieran delatar o algo así.
―Pero entonces ¿quién eres? Y ¿cómo pudiste entrar? ―preguntó Melany.
―Mi nombre es Maia Hernandéz tengo 23 años y no estudié trompeta. En realidad estudié la carrera de química la cual la terminé el año pasado. Celeste es mi prima, quien es hija de la trompetista Angela Silva, ella y yo hicimos este intercambio en el cual ella se fue a estudiar inglés a Canadá mientras que yo me vine para acá ― confesó la chica.
―¿Pero cómo pudieron hacerlo, si a todos nos escogieron por audición? ¿Cómo nunca supieron que tú no eras ella?― preguntó George.
― Es porque en realidad mi prima no entró por audición. Mi tía consiguió que ella estudiara aquí porque conoce a la directora y ella le ayudó a que entrará como "oyente" y como nunca había conocida a la hija de ella, fue fácil aparentar ser otra persona― dijo Maia de forma tímida ya que le costaba aceptar que su tía había usado influencia para meter a su hija. Con esto fue que decidió decirles―En verdad lamento el tomar el lugar que le corresponde a alguien de ustedes, se lo mucho que a todos les costó entrar aquí y también por no decirles.
―¿Por qué te deberías de disculpar? ― dijo Henry― no dijiste ¿qué en realidad tu prima entró por palancas? Así que no tomaste el lugar de nadie y mucho menos si dices que a tu prima no le interesó el programa. A parte parecía que a ti te gustaba de verdad.
―Es verdad, te veías muy feliz y al igual que nosotros te pusiste a practicar mucho―agregó Soon-Hee.
―Es cierto. A parte que yo hubiera hecho lo mismo― le dijo Melany.
―¿Qué?―contestó Maia sin entender bien lo que había dicho.
― Yo igual―agregó para la sorpresa de la chica Lin Yen, todos los demás asintieron.
—¿Por qué todos dicen eso?—les preguntó ella intentando entenderlos.
―Porque todos nosotros hubiéramos hecho todo por venir aquí― dijo George.
―Por ejemplo yo hubiera hecho todo por entrar incluido lo que tu hiciste, claro si hubiera tenido la oportunidad y si no hubiera quedado en este año. Principalmente más adelante ya no se puede porque hay un límite de edad ― agregó Lin Yen.
― Sí, no es justo que entre más crezcas más difícil será el entrar― dijo Soon-Hee indignada.
Gracias a estas palabras Maia pudo sonreír y sentirse como si un peso se le hubiera ido de encima. Parecía que ellos entendían perfectamente la situación, eso la sorprendió de verdad, «eran más centrados que ella» pensó Maia. Esta felicidad no fue completa ya que pensó en el modo en que Andrew había reaccionado, así que decidió preguntar.
―¿Saben algo de Andrew? ¿Él habló con ustedes?
― No, en realidad él no dijo nada cuando le comenté lo que Soon-Hee nos dijo― respondió George.
―Y tampoco reaccionó cuando el profesor Choi platicó con nosotros y nos dijo donde estabas―dijo Henry. Estas palabras sorprendieron aún más a Maia, ya que era algo que no esperaba que él hiciera.
― Bueno, también como querías que él respondiera después de casi ser golpeado―comentó Melany.