Día de Mia
El pequeño quedó estático, sin poder siquiera pronunciar palabra alguna, todo lo que había visto era totalmente irreal, ver primeramente a un hombre con un traje amarillo, para luego convertirse en su hermana mayor, también ver que un ser pequeño convertirse en un pinche para el pelo... se sentía realmente confundido.
Por otra parte Mia, pensaba en la mejor manera de poder decírselo a su hermano, ya que la había descubierto, y no podría negarlo, aunque intentara inventar algún tipo de escusa, ya que su hermano era bastante maduro como para creerse cualquier cosa, así que después de pensar mil veces que la tierra se la tragara, se sentó en el sillón e invitó a su hermano a que hiciera lo mismo, por lo que suspiro y se lo contó todo, desde que llego el día anterior a su casa hasta cuando lo descubrió.
Afortunadamente su hermano reaccionó bastante bien y prometió no decirle nada a nadie sobre el liry, pero con la condición de que de vez en cuando pudiesen compartir los 3, por lo que Mia acepto gustosa.
Ahora Mia tenía que pensar en el resto del año, ya que si falta terminaría repitiendo el año, así que decidió ir a la escuela, para hablar por su situación, ya que, por ser fin de año, requerían que ella trabajara full time, por una parte, le agradaba la idea, pero por otra no tanto.
Cuando llegó a su escuela, se dirigió a la dirección para hablar la situación, afortunadamente no iba sola, su liry internamente le mandaba ánimos para que lo hiciera muy bien.
Salió feliz, ya que la directora era comprensiva, y solo tendría que dar exámenes libres a fin de año, además de que le menciono de que existirá una junta para analizar su situación por lo que había cambios el siguiente año, y por último entregar el informe de la asistente social que estaba a cargo del caso de ella.
Eligió el camino largo para ir a su trabajo; ella hacia entregas en toda la ciudad, y eso hizo que conociera muchos lugares, tal vez incansables para ella.
– Ahora se viene un gran cambio para ti ¿lo sabes Mia?– habló el liry que se sentó en su hombro mientras ella caminaba.
– Lo sé, siento que desde el próximo año serán las cosas mejor ¿cierto... Sun?
– ¡Por fin me pones nombre!... y no sabría decirte si las cosas mejorarán, pero de que será un gran cambio lo será, empezando conmigo a tu lado.
– Bueno contigo, tendré que tener bastante paciencia – se ríe.
– ja ja que graciosa tu.
Mientras caminaba Mia, no se percató que cruzaba la calle con rojo, y se acercaba peligrosamente un automóvil a gran velocidad, y cuando su liry le alarmó, Mia quedo petrificada en ese lugar.
– ¿Sera mi fin?– pensó Mia mientras cerraba los ojos...
Día de Amy y Tomás
Amy no sabía que ocurría en ese momento, recordó inmediatamente a aquel joven que estaba herido al día anterior, sus heridas, su sufrimiento, sus lágrimas, entendió que tendría la oportunidad de cumplir su deseo de ser su amiga, pero empezó a sentir algo que nunca había sentido en su vida, cuando cruzaron miradas por primera vez, pensó que sería alguien muy importante en su vida.
Por otra parte, Tomás sintió por primera vez algo diferente al cariño que sentía por una de sus pocas amigas que tenía, hizo rápidamente esa comparación, por alguna razón extraña, se sintió raro, pensó que, si hubiese hecho lo mismo que su hermano, no la habría conocido, y cuando la vio sintió una necesidad de ser cercano a ella, tendría que dejar al tiempo si sucede algo, ya que, a pesar de empezar a necesitarla, no cree en el destino...hasta ahora.
Ambos jóvenes estaban sin hablarse, con un leve sonrojo en sus rostros mientras estaban en clase, que parecía eterna, pero intentaron poner atención, para no quedarse atrás.
En el receso, cuando Amy salió de la sala, Tomás intentó ir tras ella, pero al notar que sus nuevos compañeros la seguían, él desistió y decidió ir al baño.
Rogaba de sobremanera que no lo pillaran sus antiguos compañeros de curso, pero como si lo presintiera, ellos estaban ahí, esperándolo, quiso huir, pero lamentablemente ellos eran más rápidos y lograron atajarlo antes de bajar las escaleras.
– Así que el niñito se cambió de curso para que no lo molestáramos – dijo uno sonriente
– No sabe que de igual manera podemos desquitarnos, aunque no sea nuestro compañero – dijo otro
Tomás empezó a sentir miedo de nuevo, retrocedió, pero una voz que provenía de su collar en con forma de luna, le dijo que no se preocupara, que él era más fuerte ahora, y entonces Tomás empezó a sentir un poco más de calor, pero del calor agradable.
En ese entonces sus ex compañeros lo empujaron para que cayera de las escaleras, empezaron a reír inmediatamente, pero en el trayecto de la caída, Tomás se transformó e hizo una voltereta hacia atrás cayendo de pie destransformándose.