Vacaciones.... playa, sol, arena y tal vez un hermoso bronceado que cualquiera quisiera tener, aunque para Tomás es algo que ni siquiera se le ocurriría, ya que ahora que no tiene que ir a clases, debe ayudar en el restaurant de sus padres, aunque estos siempre dejan que tenga libre a partir de las 5, pero Tomás prefiere quedarse en casa haciendo diferentes cosas.
Entre las cosas que amaba hacer con su hermano era hacer manualidades, ya que lo tranquilizaba bastante y además de que se le daba muy bien reparar cosas.
Con respecto a Amy, no la ha visto hace una semana, ya que ésta se encuentra en el extranjero porque sus padres decidieron que por las vacaciones tomara cursos especiales para aprender alemán.
Tomás no menciono nunca más el tema de ese día fatídico, además que tampoco ha vuelto a ver a Sunny, y al parecer el dutsu que estaba corrompiendo a la gente se calmó un poco.
Tomás estaba consciente de que al día siguiente era su cumpleaños número 17 y que hubiese deseado que la gente que quiere estuviese presente, pero lamentablemente ni sus padres estarán ya que tienen que viajar por temas de negocios.
Cuando terminó quiso ir a pasear, pero recordó que este día debía llegar el camión de la entrega especial para el restaurant, así que se sentó a esperar.
No tardó mucho en esperar ya que divisó rápidamente el camión que estaba llegando así que lo fue a recibir, y de inmediato reconoció a la chica que estaba entregando...era Mia.
Ambos se saludaron con un abrazo muy fuerte y en el instante sintieron una electricidad que provoco que se separaran instantáneamente.
Era la última entrega de Mia del día así que decidió quedarse con Tomás, para ponerse al día en estos meses sin contacto y este acepto.
Ambos salieron a pasear mientras conversaban cosas triviales, riendo y recordando cosas del pasado.
– Mia y ¿como te va?, ¿estás con alguien? – preguntó Tomás algo contento.
– Bueno... – recordando lo que paso hace 1 semana atrás – sí, estoy con alguien que me quiere por quien soy y tu Tomás ¿cómo te va con Amy?
– Bueno, regular, ya que no la veré en las vacaciones y eso me deprime un poco.
– Tranquilo... si quieres yo tomo su lugar – acercándose a Tomás.
– ¡Pero si tienes novio! – dijo medio asustado.
– Caíste, hubieses visto tu cara, Tomás sigues siento tan inocente como antes – riéndose a carcajadas.
– No es chistoso – haciendo un puchero.
– Lo más chistoso es que no pensaste en ti, sino que en mi – sigue riéndose – ¿en verdad amas a Amy?
– ¡Claro que sí! – dice avergonzado – solo que han pasado muchas cosas, y por favor no me molestes... igual mi ánimo no está al 100% por ciento.
– Lo siento, sé que a veces me paso de la raya, pero sabes que soy impulsiva – lo abraza.
– No te preocupes, sabes que soy inseguro – corresponde el abrazo.
– ¿Estas mejor Tomás?
– Sí, gracias Mia... por cierto ¿te puedo preguntar algo?
– Claro, sabes que soy un libro abierto.
– Conoces a Moonlight?
– ¿Y quién no? – se ríe de mala manera – es una de las heroínas de la cuidad, ¿por qué?
– ¿Qué piensas sobre ella?
– Bueno – pensando – ella es una buena persona, muy tierna, algo insegura, pero que transmite ese calor que tal vez a uno le hace falta y además de que be... – se interrumpe a si misma – bueno de que es una buena persona y confiable – se da la vuelta algo avergonzada.
Tomás se sonroja inmediatamente ante las palabras de su amiga, a pesar de que no ha tratado con ella como Moonlight, sus palabras hacen como si hubiesen compartido muchas cosas, a pesar de no haberse visto hace meses.
– Y tú ¿conoces a Sunny? – pregunta Mia, mirando fijamente a los ojos a Tomás.
– Sí, lo conozco.
– ¿Qué piensas de él, Tomás? – pregunta ansiosa Mia.
– Bueno, el... representa al sol ¿cierto? – Mia asiente – se ve que es una buena persona, muy impulsivo y que está ahí para ayudarte siempre cuando lo necesites, además de que sus be... – se interrumpe – bueno de que ayudara a todos en contra del malo ¿cierto?
– Suenas como si fueras Moonlight – lo dice riendo.
– Y tu como Sunny, pero es imposible ¿cierto? – se ríe también.
En eso ambos de pronto paran de reír, debido a que dejo de causarles gracia y ahora vino el miedo de que ambos fuesen descubiertos y se miraron fijamente como tratando de ocultar su secreto.
En el caso de Mia porque lo sabía su hermano y su novio, ahora también que lo supiera Tomás, le causaba mucho miedo.
Por parte de Tomás, tenía mucho miedo de que tal vez Mia lo condenara o dejara de ser su amiga.
Ambos decidieron irse porque cada uno tenía que hacer y decidieron transformarse en otro lugar, sin que el otro lo viera, para escapar.
En el Olimpo Central llegaron ambos héroes, se miraron nuevamente y sintieron mucho dolor, pena y soledad.