Tomás paso su cumpleaños solo con su liry Moon, ya que sus padres no se encontraban en la casa, por lo que decidió hacer una maldad; pedir pollo asado con papas fritas, para compartir con su liry, quien amaba la carne.
Ambos comieron con mucha emoción, en especial Tomás ya que no consumía carne hace más de 10 meses.
Después de comer, Tomás decidió transformarse para pasear un rato por la ciudad que estaba muy tranquila esta tarde.
Por primera vez en mucho tiempo, se sentía libre, feliz, sin ningún problema, pero por instante recordó la última pelea, por lo que decidió detenerse en un edificio cercano y se sentó.
De pronto sintió que tenía compañía, pero no quiso voltear hasta que estuviese más cerca.
– Hola Moonlight, ¿cómo estás? – dijo con voz femenina.
– De salud estoy bien, pero... – es interrumpida.
– Estas confundida, ¿cierto? – se sienta al lado de Moonlight
– No lo sé Taimin, yo amo con todo mi corazón a mi novia, pero en este último tiempo siento que esa conexión que tenía con ella, se está perdiendo. Por otra parte, cada día pienso más en Sunny, no sé quién es, pero siento esa conexión tan profunda que llega a ser inevitable el abrazarlo y.... besarle.
– Comprendo – se pone seria – eso se llama intermisión de la conexión
– ¿Y qué es eso? – pregunto atónita Moonlight.
– Que, por un hecho en concreto, cambiaron la persona en la cual estaban predestinadas. Esto solo puede pasar cuando uno es poseedor de un liry. Es una capacidad escondida que muy pocos saben. También, que es muy difícil lograrlo ya que puede ser un hecho tan simple como una mirada o tan complejo como la muerte de alguien. Es difícil establecer que hecho puede cambiar el destino de una persona. Y es irreversible, ya que al menos los pocos que sabemos de esto, lo han logrado hacer solo una vez.
– Comprendo – se pone triste Moonlight.
En eso Moonlight recuerda inmediatamente un suceso que sucedió hace un tiempo atrás, y que hasta ahora no lo había recordado. Fue la situación en la cual con Sunny se dieron el primer beso, en aquella tarde en la que él estaba de cumpleaños y también descubrió la manera en la que uno se podía destransformar.
Miró fijamente a Taimin y por inercia se acercó abrazándola, y a medida en la cual ella correspondía, las lágrimas comenzaban a surgir como si saliera del alma.
Se dio cuenta del hecho que cambio su destino, y de sus sentimientos... se había enamorado de Sunny a pesar de no conocerlo y de querer mucho a su novia.
Después de un rato, se soltaron del abrazo y Moonlight le agradeció, se puso de pie y se fue a su casa, para poder dormir, e intentar olvidar por un rato todas aquellas emociones que surgieron, y aquellos sentimientos en la cual tenía, pero no se había dado cuenta.
Llego a su ventana para poder entrar a su habitación, al estar dentro de ella, prefirió no destransformarse para poder pender la luz y al hacerlo noto inmediatamente la figura en el espejo. Aun no podía creer la figura que tenía siendo mujer y lo distinta que se veía, en general nadie podría reconocer quien es en realidad, a excepción que cometiera algún error, pero ha sido bastante cuidadoso con el tema.
Después de un par de segundos observándose, decidió destransformarse para poder cambiarse de ropa y acostarse.
Al destransformarse, Tomás noto que inmediatamente su liry se convirtió en su collar, e inmediatamente iba a decirle que no era necesario, pero al darse la vuelta se encontró frente a su madre, que al parecer estaba ahí desde hace un rato y vio todo.
– Madre... ¿qué tanto has visto? – dijo Tomás algo temeroso.
– Lo suficiente como para darme cuenta que eres una heroína – en el momento abraza a Tomás y éste corresponde.
– ¿No estas molesta? te lo oculte siempre... soy mal hijo – decía Tomás llorando.
– No te preocupes mi hijo, entiendo las razones y tu secreto está a salvo conmigo, pero habrá que contarle algún día a tu padre y eso lo sabes.
– Lo sé, pero tengo miedo.
– Entiendo tu temor... sabes hijo, me hubiese gustado tener una hija muy en el fondo y te veías muy linda como Moonlight.
– ¡Mamá!... ¿como le puedes decir eso a tu hijo? – decía avergonzado Tomás.
– Bueno, tu sabes que las madres en el fondo queremos una niña, pero mientras más uno lo quiere, salen todos niños – se ríe un poco – ojalá cuando tengas hijos salgan niñas y así seré una abuela feliz.
– ¡Mamá! soy muy pequeño para ser padre – se avergüenza un poco – déjame al menos terminar una carrera y trabajar para tener estabilidad económica.
– No te estoy pidiendo ser abuela ahora... aunque no es mala idea.
Ese día Tomás descubrió que su madre quiere ser abuela y tendrá que soportar eso hasta que se case... o tal vez antes.