Mayo, un mes en la cual se puede ya ver el otoño en su mayor expresión, además de ser la estación favorita de Mía, por lo que se ponía muy alegre en especial este mes, y eso se reflejaba en sus relaciones con los demás.
Conoció hace un poco más de 1 mes a Teresa, que era la compañera de intercambio y tomó lugar de Tomás, su mejor amigo, aunque no le sorprendía ya que hacía muchos años que quería alguna vez participar en algún intercambio para conocer alguna otra cultura, así que por una parte está feliz por Tomás, pero lo malo es que no podrá verlo por el resto del año.
Aunque había algo que le molestaba de Teresa, ya que se comportaba muy similar a como lo haría Moonlight, y si es así, tendría al amor de su vida al lado de ella casi todos los días, y quería ver si existía alguna relación entre ambas.
Su relación con Amy desde que viajó Tomás, fue congelándose un poco ya que estaba siempre seria, y solo hablaba lo suficiente, podría asumir que no han tenido ningún tipo de comunicación y decidió llamar a Tomás para preguntarle la situación.
Su hermano había salido de paseo de curso, por lo que no se encontraba en la casa, así que aprovecho para hacer una llamada a Tomás... marcaba eternamente, hasta que contestó.
– Aló ¿Tomás? – decía mientras se sentaba en el sillón.
– Sí, soy yo – con una voz fingidamente ronca – perdón por no comunicarme con nadie, pero aun no me acostumbro al ambiente de aquí.
– ¿Estás enfermo?
– No exactamente, estoy con alergia – se escucha suspirar – acabo de averiguar que soy alérgico a la granada.
– Cuídate, no vez siempre encuentras la alergia a algo cuando menos lo imagines.
– Me comí como unas 10 granadas... estaban deliciosas pero mi voz esta extraño desde hace 2 días, y no sé hasta cuándo estará así.
– Tranquilo, recuerda que soy alérgica a la mantequilla y que pase como 2 meses en cama cuando era pequeña.
– Si lo recuerdo...
– Tomás, ¿has hablado con Amy?... ella esta media triste por tu partida tan inesperada – suspira muy largo – al menos debiste avisar.
– Lo sé, me avisaron el día viernes y fue un caos en mi casa, ya que tenía que viajar el sábado, así que no me dio tiempo para avisarle a alguien, y no tengo ni Internet ni minutos en el móvil, así que básicamente tendrán que llamarme, hasta que pueda convencer a mi padre para que me mande un poco de dinero.
– Entiendo le diré a Amy que te llame entonces... ¿cómo son las cosas en Norteamérica?
– Bueno, no es nada del otro mundo, pero igual hay muchas culturas y se ve de todo, además de perfeccionar mi inglés – ríe ante esto, luego se escucha un ruido de que están tocando la puerta – al parecer viene el médico, tengo que colgar, adiós Mía.
– Cuídate Tomás, adiós.
Mía se quedó pensativa, sabe que Tomás necesita estar en otra parte para aprender más cosas, pero eso no era lo que le está molestando a ella.
Es sobre Teresa y su misterio de muchas cosas, sobre su actitud, su aroma, seria demasiada coincidencia como para que fuesen la misma persona, luego negó con la cabeza y decidió transformarse para despejar su mente.
Mientras paseaba, en vez de despejarse, pensaba cada vez más en Teresa y en Moonlight por lo que casi choca contra los edificios en más de una oportunidad, por lo que termino aterrizando en el parque que queda cerca de la casa de Amy, para así descansar un poco.
Se sentó en una banca que estaba en la parte central del parque, en donde había muchos niños jugando con sus padres y de pronto sintió algo que nunca había sentido: el sentimiento de tener hijos, luego movió la cabeza en negación... era bastante joven para tener hijos, al menos quería terminar de criar a su hermanito y ahí pensar en su persona.
De pronto vio a Teresa que estaba paseando sola, por lo que decidió esconderse en un árbol bien grande para que ella no lo viera.
Ella estaba con un vestido blanco con flores azules y su pelo lo tenía suelto... no sabía porque ella estaba ahí, pero se fijó que Teresa iba en dirección a un puesto de manzanas confitadas y compró una, comiéndoselo como si fuese lo más delicioso del mundo.
A Sunny al ver de la manera en la que comía Teresa la manzana confitada, bajó del árbol para comprar y probarla.
Se sentó atrás de Teresa y la probó... efectivamente era súper delicioso, pero lo extraño es que a Sunny no le gustaban las manzanas.
Decidió ir a casa, pero chocó con Teresa y notó que ella se sonrojo como tomate al verlo y luego se alejó un poco para tener espacio, o al menos eso pensó Sunny, pero Teresa salió corriendo escapando del lugar dejando a Sunny totalmente perplejo.
Por otro lado, Teresa corría hasta que se cansó y decidió caminar hacia su hogar, su liry apareció desde su collar.