Había despertado gracias a la alarma de mi celular… aun cuando me gusta ir a la escuela hay días que me gustaría levantarme después de las 6 de la mañana. Solo que hoy sería otro día… diferente, como todos los días que han pasado desde que MoonMan llego. Dos semanas exactamente han pasado desde entonces, días buenos y malos, he estado acercándome a mis amigos, cuando tienen alguna exposición los felicito o les digo lo genial que fueron. Pero no puedo decirles que los extraño, no ahora.
Mis padres regresaron a su habitual rutina. Trabajar todo el día solo para verlos a la hora de la cena, sigo sin cenar con ellos pues cada quien está más interesado en sus celulares que se les hace MUY difícil preguntarme que tal mi día, o tal vez a mi hermana, pero ella esta resultado como ellos.
Aun fuera muy… pesado, tiene razón, pero no me gusta estar con ellos, no desde ese día. Las cosas resultaron complicadas para mí, en sus ojos se veía la tristeza, pero también la culpa y yo con eso no podía, en realidad me culpo a mí por verlos de esa manera, me consintieron por mucho tiempo hasta que yo les puse un alto, dar y dar no es amor, es compensar una falta… una falta que en meses, semanas, días o horas puede llegar a cumplirse sin regreso.
Me levante de la cama sin mucho humor, fui al baño para colocarme un pantalón de mezclilla y la camiseta de la preparatoria. Prefiero el azul que el rojo, pero la camisa deportiva tiene un estilo que… me gusta. Cuando salgo del baño, MoonMan comienza a untar mantequilla en pan tostado. Se ha convertido en mi héroe, si no me tardara mucho en estar lista, yo misma me haría un pequeño desayuno, pero uso mis 30 minutos que tengo para alistarme en eso… alistarme a un día más en la escuela.
Regreso a mi cama para sentarme en ella y ponerme mis vans negras favoritas, a pesar de tener muchos tenis de la misma marca, los negros se robaron mi débil corazón. Termine de ponérmelos cuando vi que MoonMan coloco los platos sobre la mesa y me espero para desayunar junto a él. Después de las primeros 3 días fue fácil acostúmbrame a su manera de comer. Me senté frente a él en la mesa, le dije un leve gracias y el asintió con la cabeza, el hizo su “rezo” como le empecé a decir mientras yo tomaba el primer pedazo de pan para comer. Esta caliente, pero muy suave, tenía tiempo sin tener el gusto de disfrutar solo de pan caliente con mantequilla. Uno de los placeres de la vida.