Moonman

Capítulo 3

Había despertado gracias a la alarma de mi celular… aun cuando me gusta ir a la escuela hay días que me gustaría levantarme después de las 6 de la mañana. Solo que hoy sería otro día… diferente, como todos los días que han pasado desde que MoonMan llego. Dos semanas exactamente han pasado desde entonces, días buenos y malos, he estado acercándome a mis amigos, cuando tienen alguna exposición los felicito o les digo lo genial que fueron. Pero no puedo decirles que los extraño, no ahora.

Mis padres regresaron a su habitual rutina. Trabajar todo el día solo para verlos a la hora de la cena, sigo sin cenar con ellos pues cada quien está más interesado en sus celulares que se les hace MUY difícil preguntarme que tal mi día, o tal vez a mi hermana, pero ella esta resultado como ellos.

  • ¿Hay familias normales? – Le pregunte a MoonMan quedándome un rato más en la cama. Él se quedó pensado un poco.

 

  • No lo sé, defíneme normal para ti… tal vez eso ayude. – ¡Pero que genial…! Pensé con sarcasmo.

 

  • Pues ya sabes… familias que se la pasan el mayor tiempo juntas, esas que se escuchan y procuren, las que están más al pendiente de ti y en vez de estar en sus redes sociales o juegos en el celular. – Sigo sin saber cómo hay tantos niveles en esos juegos… parecen infinitos.

 

  • Es fácil, pero eso no puedo llamarlo normal, quiero decir, no porque pasen más tiempo juntos se lleven bien o estén en buenos términos, no por escucharte significa que te entiendan… – Creo que tiene razón. – Y sobre tus padres… no es nada sencillo pagar medicamentos cada mes, gastos de dos casas y negocios, aunque no lo creas, tienen derecho de estar distraídos un rato, pero eso no quiere decir que deben ignorarte, pero creo que no la hacen, porque fuiste tú quien se alejó de ellos y también de tu hermana. –

 

  • Me gusta estar aquí… tengo tiempo para mí. ­– Si, me gusta conocerme, y estar sola ayuda mucho.

 

  • ¿Y cuándo tendrás tiempo para ellos? Tus padres sabrán, pero tú hermana no. – No sabía que decirle.

Aun fuera muy… pesado, tiene razón, pero no me gusta estar con ellos, no desde ese día. Las cosas resultaron complicadas para mí, en sus ojos se veía la tristeza, pero también la culpa y yo con eso no podía, en realidad me culpo a mí por verlos de esa manera, me consintieron por mucho tiempo hasta que yo les puse un alto, dar y dar no es amor, es compensar una falta… una falta que en meses, semanas, días o horas puede llegar a cumplirse sin regreso.

Me levante de la cama sin mucho humor, fui al baño para colocarme un pantalón de mezclilla y la camiseta de la preparatoria. Prefiero el azul que el rojo, pero la camisa deportiva tiene un estilo que… me gusta. Cuando salgo del baño, MoonMan comienza a untar mantequilla en pan tostado. Se ha convertido en mi héroe, si no me tardara mucho en estar lista, yo misma me haría un pequeño desayuno, pero uso mis 30 minutos que tengo para alistarme en eso… alistarme a un día más en la escuela.

Regreso a mi cama para sentarme en ella y ponerme mis vans negras favoritas, a pesar de tener muchos tenis de la misma marca, los negros se robaron mi débil corazón. Termine de ponérmelos cuando vi que MoonMan coloco los platos sobre la mesa y me espero para desayunar junto a él. Después de las primeros 3 días fue fácil acostúmbrame a su manera de comer. Me senté frente a él en la mesa, le dije un leve gracias y el asintió con la cabeza, el hizo su “rezo” como le empecé a decir mientras yo tomaba el primer pedazo de pan para comer. Esta caliente, pero muy suave, tenía tiempo sin tener el gusto de disfrutar solo de pan caliente con mantequilla. Uno de los placeres de la vida.

  • Hoy te toca deporte, ¿Llevas tu inhalador? – Pregunto un tanto preocupado, la semana pasada lo había olvidado, termine en la pequeña enfermería de la escuela con mis padres regañándome frente el director y enfermera.

 

  • Si… no te preocupes, está en mi mochila y lo llevare todo el tiempo conmigo en la mano durante la clase. – El me miro analizando mis palabras, seguí desayunando hasta que termine.

 

  • Está bien, igual ya sabes que estaré ahí, pero no puedo aparecer y desaparecer como si fuera un truco de magia, y también necesito que tengas cuidado cuando jueguen futbol, sé que te gusta jugar con chicos, pero ellos pierden el respeto en esa cancha como si fuera de vida o muerte. – Reí un poco, pero es cierto, los chicos son más idiotas cuando se trata del futbol y el amor a la camiseta.

 

  • Tendré cuidado y si me siento muy decaída, no jugare, lo prometo. – Y es una promesa real.

 

  • Bien… será bueno que te laves los dientes, se te hace tarde. – Mire el reloj que está colgado en la puerta de la entrada.

 

  • Rayos. – Me levante rápidamente de la silla y fui al baño para tomar mi cepillo de dientes, mojarlo un poco en agua y después le coloque la pasta, solo me quedaba un minuto antes de irme y siempre me tardo haciendo esto.




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