¡morir o Vivir!

En busca de Kliment– Capítulo 24

(Mayida)

Desde el regreso de mis padres no he podido salir del castillo sin ser vista, la única manera era irme a la Región Groman por la noche, aunque las posibilidades de que Kliment sigue allí son muy bajas.

¿No tienes apetito?  - pregunta Yerik interrumpiendo mis pensamientos.

Lo siento, ¿sabes cuándo va a venir Alek con las tropas? - pregunté dejando al lado la comida.

¿Eso es lo que te preocupa?, lo único que sé es que regresaran mañana por la tarde- afirma retirándose de la mesa.

Yerik cambio desde su llegada después de su viaje a la Región Zerstörung, aún no se sabe el porqué.

Salgo del castillo cubriendo mi cara y mi vestimenta, veo cómo pasan a mi lado guardias sin poder notar mi presencia hasta salir del pueblo donde se encontraba mi caballo en las afueras, me subo a él y empiezo a hacer mi viaje a la Región Groman.

¡Ayuda! – empiezo a escuchar un grito desgarrador, me dirijo hacia este, hasta escucharlo más y más cerca, podía ver a un niño tirado al suelo lleno de sangre y a una mujer con una aurora muy sombría.

Sin dudar agarro mi arma quitándole el seguro y jalando el gatillo, dejando escuchar el sonido de un cuerpo sin vida cayendo hacia el suelo.

Tranquilo, vine a ayudarte- dije dirigiéndome hacia el niño para ver sus heridas, su cara estaba llena de raspones, podía ver el intenso rojizo de sus ojos en la oscuridad, podía ver el miedo reflejado en sus ojos, tan solo en pensar que había sido maltratado me daba lástima.

-P- por favor n-no me haga d-daño- dijo en un suspiro, podía ver como se quedaba sin hablar por el temor.

- ¿Cuál es tu nombre?  - pregunté acariciando su cabeza y secando las lágrimas en su mejilla.

-Me llamo Adal- dice el niño de ojos marrones.

Empiezo a escuchar trotes de caballos, podía ver como se asomaba Danery con sus tropas.

-Me empezaba a preocupar, pensé que te atacaron en el camino– dice con una sonrisa pícara, bajando de su corcel.

-Lo encontré en el bosque- respondo volviendo a ver al niño detalladamente, su cabellera era de color marrón, tenía unos ojos pequeños y una tez clara.

-Aparentemente no estaba solo – afirma viendo el cuerpo sin vida tirado en el piso.

-Esa mujer iba matar al niño– afirmo acercándome a mi caballo y subiendo con Adal.

- ¡Vamos! - ordena sin decir más.

Pude observar un gran muro, arriba de esta se encontraban soldados armados, al ingresar podía cruzarme con una multitud de gente, todos mantenían su mirada en mí y el pequeño.

Dejamos a los caballos en el establo, dirigiéndonos al palacio a pie, veo como se acerca una mujer mayor, con aspecto de pobre y aurora muy misteriosa.

-Mi señora, ese es mi hijo, pido que me lo regrese-dice mirando al niño y acercándose hacia él.

Podía sentir como temblaba el cuerpo del pequeño y como empezaba a agarrar mi mano con mucha fuerza.

-Me está diciendo que usted es la madre que dejó a su hijo en medio del bosque con una mujer para matarlo-  respondo colocando al niño detrás mío.

Yo soy su madre- dice acercándose hacia mí, dejándome ver las heridas que tenía en las palmas de su mano, a simple vista podía identificar que eran de látigos como si hubiera golpeado a algo o a alguien dejando heridas en su mano por el tacto que tuvo este, las marcas que tenía el niño en su espalda eran justamente de látigos.

-Usted fue despojada de ese cargo cuando lastimo a este niño, él se va a quedar conmigo está fuera de discusión – dije siguiendo mi camino con el pequeño Adal.

- ¡Él es de mi propiedad, y si lo quiere tendrá que comprarlo! –grito la mujer, no podía creer como una madre podría tratar de esa manera a su propio hijo, como es que este pequeño pudo soportar mucho y saber que en esta Región se dejaba estos actos imperdonables, me acerco hacia ella dejando al pequeño con un soldado, podía sentir como su mirada se mantenía en mí.

¿Cuánto quiere? – pregunte acercándome hacia ella, manteniendo unos centímetros de distancia.

-800 monedas- responde la señora estirando su mano hacia mí.

Le entrego el dinero y me retiro, podía escuchar los pasos de la mujer retirándose, agarro la mano de Adal para proseguir mi caminata.

El lugar estaba lleno de flores, como si se tratara de un campo, dejando un sendero para llegar al palacio, era inmenso.

-Esta va hacer su habitación- anuncia Danery abriendo la puerta del dormitorio, dejándome ver el extravagante cuarto.

Es hermoso, pero que no entiendes con “visita cautelosa”- hable realizando comillas con mis manos.

-Solo se vive una vez, de nada- responde Danery dibujando una sonrisa burlona en su rostro y retirándose del cuarto.

Región Zerstörung  

-Mi comandante, ¿se podría saber cuál es el propósito de su viaje a la Región Groman? - pregunta mi soldado a mis espaldas.

-Estoy buscando a alguien, a mi hermano – respondo subiendo a mi caballo.

- ¿Pero no quería al Rey Alek muerto? – interpreta mi soldado sin poder entender mis acciones.

No estoy buscando a Alek, busco a Lev – respondí en un suspiro, podía ver como la expresión de mi soldado aun no cambiaba, lo único que hice fue retirarme de ese lugar, comencé a cabalgar hacia la Región Groman.

Flashback:

Éramos tan solamente los tres, Alek y yo fuimos los hijos de la primera esposa de mi padre, después de un año de nuestro nacimiento él decidió tener una amante con la concubina, ella quedo embrazada dando a luz a un niño de ojos grises, con una cabellera pelirroja y una tez clara, le pusieron por nombre Lev, mi hermano menor.

Alek siempre fue el favorito de mis padres, yo era odiada por mi madre, ella creía que por mi culpa mi padre le fue infiel, ya que no fui lo muy hermosa que ella quería, no había ningún momento en que no me lo demostrara, mi único apoyo fue Lev. Alek y yo éramos mellizos, pero jamás tuvimos una unión, desde que mi padre se enteró que padecía de psicopatía, me llevaba frecuentemente al psiquiátrico para que me ayudaran y me mantuvo lejos de todos.



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En el texto hay: muertes, venganzas, traiciones

Editado: 04.03.2021

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