Mi corazón ardía, entre mis venas llevaba la adrenalina que desde hace años no sentía, mi cabeza está despejada como si de un lienzo se tratara, ya no está marchitada y ensuciada, mis lágrimas no salieron en meses, se escondieron para no verme, mi sonrisa brilló como nunca, el tiempo se llevó mi tristeza y me trajo con él la alegría, mis fantasmas internos se despidieron con un beso en la mejilla mientras me decían "Adiós dulce niña".
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relatos de vida, relatos cortos de muerte amor y amistad, reflexivo
Editado: 30.11.2020