El viento corría por mis venas, mi corazón latía con fuerza, mi cara llevaba una sonrisa, mis pies sentían la arena cada vez que la pateaba, mis brazos se movían al compás de las olas, mis ojos parecían cámaras grabando cada pequeño detalle y momento, almacenándolo en mi corazón, el canto de las aves me abrazaba y reconfortaba, el sol me saludaba con sus maravillosos rayos que me calentaban, era un día hermoso, un día feliz… un recuerdo más que me alegraba, pero no todo era felicidad, si ese día me fuera quedado con él… no estuviera muerto, pero ¿Por qué lo lamento? Si no era nada mío, solo un buen amigo aunque más de la familia, pero aun así duele, él amaba el sonido de las olas chocando contra las rocas, sentir la brisa recorriendo su cuerpo y besándolo al pasar, el agua fría que sus pies tocaban al caminar cerca del mar, que siempre lo quería ir abrazar pero ya no más, las nubes lloraron tu perdida a más no poder, las aves volaron para acompañarte, dulce niño, el sol no quiso salir porque no fuiste a verlo. Al pasar los días volví al mar, estaba tan silencioso que me dio pesar, la arena picaba, no había brisa la cual me cubriera con sus dulces brazos, no había nada sin ti, adiós dulce amigo.
#19000 en Otros
#5552 en Relatos cortos
relatos de vida, relatos cortos de muerte amor y amistad, reflexivo
Editado: 30.11.2020