—Porque ellos son los siete Pecados Capitales. Ankar representa la Gula, Dorean representa la Pereza, Verdeman representa la Soberbia, Anzure representa la Lujuria, Krisdell representa la Envidia, Epitekal la Avaricia y Zermman la Ira.
—Zermman, igual que el caballo de Magnus.
—¿Por qué creen que lo nombró así? —Bruce sonrió orgulloso—. ¿Acaso no lo vieron pelear en el campo?
Dimitrio continuó:
—Llegó un tiempo en donde Magnus y yo grabamos las figuras de las constelaciones en las paredes del bunker.
—Por lo visto, eras muy allegado a los dos Mandatos —Samira lo observó detenidamente.
—Dimitrio —Kharo se preparó para su ataque—, ¿por qué no estuviste con nosotros cuando Hécate estaba falleciendo?
El vampiro se mordió la lengua.
—Estaba viviendo en Vermont, cuidando a Keila. Ese día, cuando Magnus pereció, yo regresé a mi cabaña. Me sentía tan mal que no me di cuenta y Keila descubrió que era un vampiro, peleamos y segundos después la maldita de Poliska apareció para proponerme lo que sería mi más grande pesadilla.
—Dimitrio, ¿en qué momento llegaste tú al palacio? —pregunta Kerry.
—Algunos años después de que Magnus fuera rescatado por Zacarías.
—¿Zacarías te transformó?
El vampiro lo piensa, vuelve a limpiar otro libro y lo coloca de nuevo en el estante antes de responder la pregunta.
—No. Mi padre de conversión fue Magnus. Hace muchos años mi padre biológico me echó a la calle y no tuve otra alternativa más que valerme por mí mismo. El frío y la falta de comida me hicieron enfermar. Estuve a punto de morir, pero entonces Magnus llegó y me mordió.
—Cielos, es tanta información que apenas puedo entenderla —Doguer se frotó la cabeza.
—¿Creen que los príncipes del infierno jueguen un papel en todo esto?
—Si las constelaciones estuvieron en la visión de Niar, lo más seguro es que sí. Dimitrio —Kharo lo vuelve a ver—, ¿qué sabes de Poliska?
—Absolutamente nada. No puedo decirles ni hablarles de ella porque no sé nada. Cuando yo llegué al palacio, esa loca ya llevaba años viviendo ahí. Incluso les puedo asegurar que cuando Magnus pisó por primera vez la sexta tierra, ella ya estaba ahí. No se sabe de dónde vino o si llegó con Zacarías. Para mí Poliska es un misterio.
—Si llegó antes que Magnus, eso significa que… Joder, ¿Cuántos años tiene Poliska? —Alejandro se llevó las manos a la cabeza.
—No lo sé. Al principio pensé que era la “querida” de Zacarías.
—¿La qué? —todos lo voltearon a ver.
—Ya saben —Dimitrio se encogió de hombros. Ya para ese momento casi terminaba de sacudir todos los estantes—, la consorte con “derechos” sin la necesidad de un compromiso fijo. ¿Es que ya nadie está actualizado?
—¿Cómo murió Zacarías? —de pronto, todas las miradas le pertenecieron a Scott—. Dijiste que no me lo contarías a menos que…
—Un día —Dimitrio lo interrumpió—, simplemente se despidió. Dijo que estaba listo para marcharse, que la sexta tierra ya no lo necesitaba más y que ahora las futuras generaciones de vampiros quedaban en excelentes manos. Dijo que nos quería, que habernos conocido a Magnus y a mí fue lo mejor que le pudo haber pasado. Dijo que los griegos le arrebataron mucha felicidad y esperanza, pero que el palacio se las había devuelto. Besó las ramas de sus queridos Árboles Danzantes, y después de eso… no dijo nada más y se fue. Ni Magnus ni yo lo volvimos a ver.
—Te pregunté cómo murió…
—Se suicidó —soltó Alexa y la expresión fúnebre del vampiro se lo corroboró—. El primer Mandato, el artífice y creador de la sexta tierra, el vampiro más poderoso de todos los tiempos. Nada ni nadie podría matarlo, más que él mismo.
—Al día siguiente —Dimitrio continuó con su relato—: cuando Magnus estaba siendo coronado, su expresión estaba destrozada igual que la mía. Hécate deseaba convertirse en el Mandato de Mortum, había hablado mucho de ello e incluso alardeado, pero ese día se arrepintió de su deseo. El colocar a un nuevo Mandato en el trono de Mortum significaba que Zacarías nos iba a abandonar.
»Sin Zacarías en el palacio, yo no encontré sentido para quedarme. Me fui y dejé solo a Magnus. Él se dedicó a dar órdenes y a gobernar. Supongo que tiempo después se sintió solo y fue cuando trajo a Bruce al palacio.
—Es por eso que te duelen esos recuerdos. ¿Te arrepientes de haberlo dejado?
—Me arrepiento de no haber disfrutado más mi vida con ellos. Era tan feliz y no lo supe hasta que los perdí. Quizá si hubiera estado más tiempo con Hécate no habría conocido a Poliska. Quizá si hubiera estado más tiempo con Hécate… ahora no tendría esa necesidad de abrazarlo y decirle cuánto lo extraño.
—La espada —dijo Kerry—. No te hizo ningún daño cuando Poliska intentó degollarte.
—Porque esa espada yo se la regalé a Magnus. Hace muchísimos años, Zacarías se molestó porque alguien al parecer había hurtado todas sus joyas valiosas y las había fundido para hacer una espada. Fui yo, jijiji. Pero todo valió la pena cuando vi el gusto de Hécate al empuñarla.
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Editado: 07.05.2024