Capture the look in your eyes
It's only a matter of time
Before it start fading
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La hora de trabajo había llegado a su fin. El cansancio recorría su cuerpo entero, pero su cabeza no podía pensar en cuán devastado se encontraba, porque otro pensamiento, o mejor dicho, recuerdo, lo estaba inundando.
Sabía que tomar aquel puesto podría ser complicado, pero jamás se le pasó por la cabeza que se complicaría a tan solo una semana de haber empezado.
"¿Él estará bien?" —Se preguntó mientras encendía su auto. Ya era viernes, así que por fin iba a descansar después de una larga semana llena de confusión.
—¿Ya se va? ¿Tan temprano? —Escuchó a su espalda, cuando estaba dejando su bolso en el asiento del copiloto. Su mente reconoció la voz que hablaba tras de él y su pulso empezó a acelerarse. No podía verlo a la cara, no después de todo lo que había pasado en ese día y lo injusto que habían sido con respecto al tema.b—¿No me va a hablar? —Volvió a preguntar el beta, soltando una sonrisa. —Muy bien. —El joven acomodó las asas de su bolso sobre sus hombros y dio media vuelta para volver al recinto de estudio.
—¿Estás bien? —Soltó, girando su cuerpo y enfrentando al joven que se detuvo de golpe cuando escuchó tal pregunta.
—¿Bien? Defina que es sentirse bien, haber si puedo darle una respuesta para nada sarcástica. —Heesoo mantuvo su mirada sobre la de Dojun y suspiró. Aun con toda la vergüenza del mundo, había buscado por todo el recinto al nuevo director para conseguir algún chance e intentar salvar a Minho del castigo que le otorgaron aún cuando ella había sido la víctima.
—Con respecto a lo que pasó…
—¿Le puedo pedir algo? —Le interrumpió, acercándose al alfa y quedando a escasos centímetros. A Heesoo no le importó nada a su alrededor, sólo quería poder ayudar a su nueva amiga y si debía enfrentar a aquel alfa, lo haría. Estaban en medio del estacionamiento, lo que jugaba a su favor, ya que muy pocas personas transitaban aquel lugar, a esa hora. Dojun asintió, cerrando la puerta de su auto. —Retírele el castigo a Minho. —Soltó de golpe. —Sé que intentan ser imparciales con respecto al problema —Continuó, mientras mostraba una sonrisa falsa—, pero es una completa mierda que la castiguen siendo una víctima, mientras el victimario está por ahí viviendo su vida como un día cualquiera, ¿no lo cree?
"Castigo" —Aquella palabra se incrustó en la mente de Dojun, en definitiva, porque no era un castigo como tal, preferiría llamarlo una "lección de aprendizaje", pero encontraba que el señor Seung, el jefe de carrera de medicina veterinaria, había sido algo irracional en cuanto a sus palabras. No había estado presente, pero la información que le llegó bastaba para saber que su actuar no había sido la mejor ni la más justa.
—No está en mis manos…
—Claro que está en sus manos. Literalmente llevas la puta corona sobre tu cabeza en este lugar. —Contestó de manera brusca, arrepintiéndose casi al instante, pero sin demostrarlo.
—Heesoo, tu vocabulario…
—¿Sabe? Déjelo. No esperaba nada de todas formas, como siempre. —Volvió a acomodarse la mochila y se giró para dejar atrás su intento de salvar a Minho.
—Espera. —Dojun caminó tras Heesoo hasta alcanzarlo. No necesitó dar más de cuatro pasos para hacerlo y lo detuvo con un agarre seguro, pero suave, hacia la muñeca del menor.
—No de nuevo. —Se burló el menor, recordando aquel día en que cruzaron palabras por primera vez, mientras sus ojos estaban puestos sobre la unión de sus cuerpos.
—Déjame ver qué puedo hacer. —Fue lo primero que soltó el mayor, sin saber porqué lo había hecho. Quería mantenerse al margen, ser un director discreto, ayudar en lo que podía y no excederse, pero ahí estaba, actuando por inercia para hacer lo imposible por ese chico.
El menor suspiró y de un jalón le demostró a Dojun que quería ser soltado, cosa que el mayor entendió, retrocediendo un paso en el proceso y soltó la delgada muñeca del beta.
—¿Va a hablar con el señor Seung? —Dojun asintió. —¿Ahora? —Volvió a preguntar el joven.
—El señor Seung ya se fue, lo más probable es que retome esto el lunes, pero prometo que será temprano. —Dojun apretó sus labios al terminar de hablar, aun sin saber por qué estaba haciendo todo esto.
Heesoo movió su cabeza de arriba a abajo y sonrió.
—Muy bien. —Fue lo único que dijo antes de volver a intentar irse.
—¿Estás bien? —Volvió a repetir la pregunta inicial. Heesoo rodó los ojos y volvió a encarar al mayor.
—¿Tanto le importa la respuesta? —Se burló Heesoo.
—Lo que pasó hoy no fue nada justo, por eso quiero saber cómo te encuentras… tú. —Aclaró lo último.
—¿Sabe que fue injusto y aun así no hizo nada? —Volvió a preguntar. —Que gran apoyo. —Soltó en forma de burla.
—Heesoo. Ya te dije que haré lo que pueda, pero esto definitivamente está fuera de mis manos.
—O usted es quien se está limitando a actuar en lo que pasó. —Contraatacó el menor, cruzándose de brazos. —Digo, no lo culpo. Esta mierda siempre termina así. —Heesoo rio al ver como el rostro de Dojun cambiaba un poco al escuchar la palabra "mierda", lo cual le generaba ternura y risa. —No espero algo mejor de la directiva, de todas formas. Todo termina cuando se señala a un culpable del “asunto”, pero como siempre, terminan tirando todo el peso de la culpa a la víctima, o casi siempre. En su mayoría cuando son betas. —Se encogió de hombros.
Dojun arrugó el entrecejo y miró hacia el piso. Se sentía como un niño siendo castigado y lo peor es que estaba siendo castigado por un chico menor que él.