Min Ho
—¿Qué? —Suelto, sintiendo mi corazón latir con fuerza, por lo cual aparto la vista.
Me había olvidado que lo que tiene de idiota este chico lo tiene de buen físico.
—Que si soy tan lindo —Repite, suelto un bufido y me encamino hacia el banco que hay a su lado, para dejar la caja allí.
—Ni te creas —Respondo, Kwan sonríe y me levanto para mirarlo.
—¿En serio? Porque el sonrojo que hay en tus mejillas dice otra cosa —Avisa, mi corazón vuelve a latir con fuerza mientras me dispongo a negar.
—Es porque hace calor, idiota —Inquiero, Kwan asiente.
—Tienes razón, por eso estoy sin camisa, ¿acaso me quieres acompañar? —Cuestiona, niego haciendo una mueca y él ríe.
—Solo venía a traer esto —Digo, señalando la caja—. Nos vemos.
—Como digas —Responde.
Al salir, aún siento mis mejillas arder. No me gusta la personalidad de este chico, sin embargo, su físico sí me llama la atención.
Pero, si tuviera que ponerlo en una balanza, su personalidad me sigue chocando mil veces más. He visto como rechazaba a muchas personas, que si bien no es obligación que esté con estas, ni siquiera lo hacía de forma amable.
Siempre siento que se cree superior a los demás, y eso me molesta, por lo cual no entiendo cómo le puede gustar a Suk.
A diferencia de mí, este chico tiene mucho mejor físico, es más moreno, de ojos negros y cabello igual, aunque no lo tiene muy largo, siempre lo ví usando alguna que otra bandana.
Tal vez no se puso ninguna hoy porque era el comienzo de clases.
—Min —Me saluda Suk, apareciendo delante de mí cuando por fin estoy afuera de los vestidores—. Estaba por venir cuando me dio hambre y terminé en una cafetería, ¿viste a Kwan?
Me dispongo a asentir luego de suspirar, señalando hacia los vestíbulos, sin embargo, mi amigo no se mueve, se queda delante de mí en silencio.
—¿No vas a ir a verlo? —Cuestiono, él niega.
—Seguro se está cambiando o algo, es su privacidad —Responde, río por debajo.
—A veces no te entiendo, porque pensé que si te gustaba y te decía que estaba allí adentro serías el primero en ir —Acuso, Suk niega.
—Supongo que aún no conoces todo de mí —Se dispone a responder, niego con la cabeza riendo—. ¿Te vas a inscribir?
Hago una mueca y mi amigo lo nota.
—Oye, si te inscribes, vas a estar más cerca de Kwan, ya que creo que él también se inscribirá. Tendrás más tiempo para cumplir con tu misión —Recuerda, alzo el ceño.
—¿Qué era...? —Inquiero.
—No te hagas, sabes perfectamente que debes ayudarme a estar con él, hazte su amigo y háblale de mí, no sé —Hago una mueca y noto como el chico une la palma de sus manos, pidiendo por favor que lo haga.
Suelto un suspiro asintiendo.
—Está bien, lo haré —Digo, mi amigo sonríe feliz y me abraza.
Niego con la cabeza riendo y noto como Kwan pasa por la lado nuestro, con una remera del equipo sin nombre ni número puesta.
El chico ni siquiera nos mira y se dirige a hablar con el entrenador del equipo suelto un suspiro mientras me separo de mi amigo y también voy hacia allá.
—Hola —Me dice a mí a penas me ve, noto que al pasar eso la mirada de Kwan recae en mí también—. ¿Ya dejate la caja dónde te pedí?
Asiento con la cabeza.
—¿Dónde puedo inscribirme? —Cuestiono, Kwan alza el ceño mirándome.
—¿Tú? —Inquiere, como si hubiera dicho una broma.
Asiento mirándolo, con la mandíbula apretada, conteniendo las ganas de golpearlo.
—Bueno, puedes firmar aquí —Inquiere dándome una libreta—. Y luego probarte la talla que quieras, te la llevarás a tu habitación por ahora sin nombre ni talla, oh, y habrá una semana de adaptación y luego una prueba.
Asiento con la cabeza mientras me dispongo a firmar la libreta que el chico me entregó, poniendo también mi clase y el año que curso.
—Bien —Dice sonriente—. Entonces ambos son nuevos aquí, espero que se lleven bien si pasan la prueba.
—Claro, Ahn —Responde Kwan—. Yo no me llevo mal con nadie.
Alzo el ceño y lo veo darse media vuelta, me despido del chico llamado Ahn y me encamino detrás de Kwan.
—Hey —Lo llamo, el chico se gira—. Eso es mentira.
—¿Disculpa? —Cuestiona, sonrío forzadamente.
—Tú te llevas mal con alguien, conmigo —Le recalco, él sonríe de costado acercándose en un poco.
El hecho de su acercamiento me agarra desprevenido, está bastante cerca de mi rostro, por lo cual ni siquiera me muevo un poco.
—¿Por qué? ¿Te gusto y no lo quieres aceptar? —Cuestiona, bufo alejándome.
—Definitivamente te patearé el trasero en el campo —Respondo, Kwan hace una mueca con un tanto de drama mientras se toca el pecho.
—Estaré esperando —Admite—. Aunque creo que será otra cosa lo que haré con el tuyo.
Antes de poder responder, el chico se da media vuelta y se va, dejándome estupefacto.
Mis mejillas arden y noto como mi mejor amigo se acerca a mí con el ceño alzado.
—Y... ¿ya le hablaste de mí? —Inquiere.
♡
Saco los cuadros de BTS de mi maleta y comienzo a ponerlos encima del mostrador al lado de mi cama.
A diferencia de mí, Suk se encuentra acostado en la cama, sin hacer absolutamente nada.
Me gusta ordenar las cosas con música de fondo sonando, y mi mejor amigo lo sabe, por lo cual no dice nada mientras ordeno mi ropa y comienzo a ponerla adentro del armario.
—¿Estás esperando a que arregle la tuya también? —Cuestiono, Suk ríe.
—Pensé que no lo dirías, amigo, ¿podrías hacerlo? —Inquiere.
Hago una mueca pensante y luego respondo.
—Nop —Digo—. Aún no puedo creer que no hagas las cosas por tú mismo.
—Oye, eso es mentira, yo hago cosas por mí mismo —Se excusa—. Pero creo que todos estamos deacuerdo que ordenar no es una de estas.
—Pues tendrás que hacerlo, porque no lo haré por tí —Respondo.
—Tengo hambre —Admite, suelto un suspiro mientras pongo la camisa del equipo adentro del armario también.
—¿Quieres que vaya a comprar algo? Pero ponte a limpiar tú también —Pido, Suk asiente.
—Un placer hacer negocios contigo —Responde.
Sonrío mientras río un poco y salgo de la habitación.
Al estar afuera, simplemente bajo las escaleras del primer piso y me encamino hacia la salida de la residencia.
Hago exactamente la misma acción de siempre cuando llego a mi bicicleta y comienzo a pedalear hacia donde creo que se encuentra una cafetería.
Llego y me adentro allí luego de dejar la bicicleta afuera. Una chica que conozco a la perfección me atiende.
—¿Trabajas aquí? —Le cuestiono a mi prima, Suni, ella asiente.
—Sí, cuando no estoy en la Universidad ayudo a mi amiga a hacer horas aquí —Admite, señalando a la otra chica que se encuentra en una de las mesas haciendo pedidos—. Y... ¿qué necesitas primito?
—Pues... dame dos batidos de leche rosa y algo para comer —Pido, ella asiente mientras se aleja.
Antes de que pudiera hacer algo más, los problemas, o bueno, el problema llega a mí de forma inesperada.
—Hola, mi nombre es Hyo, ¿quieres ser mi novio? —Cuestiona el chico que aparece a mi lado.