Min Ho
Suelto un suspiro al momento que la luz del cielo cesa y la oscuridad nos rodea.
Observo a Kwan quien se encuentra acostado en su cama, con la mirada fija en el techo de la habitación.
La única luz que se encuentra encendida es la de la lámpara, como ya se ha vuelto una costumbre a esta hora.
Aún falta tiempo para que las puertas de la residencia se cierren, sin embargo, ninguno de los dos se mueve para salir, ya hemos cenado hace tiempo y ahora simplemente disfrutamos de la compañía del otro en silencio.
No hay tensión entre ambos, a pesar de estar en silencio el ambiente se siente agradable, lo cual agradezco.
Dejo de hacer la tarea y me fijo en el chico, el cual al notar mi mirada mueve la cabeza y se fija en mí, sonriendo.
—Y... ¿Dormimos juntos? —Inquiere.
Lo miro mal negando al instante y este ríe levemente.
—Te enfadas muy rápidamente, aunque estoy seguro que es lo que realmente quieres —Admite, volviendo a fijarse en el techo de la habitación.
Hago una mueca y vuelvo a negar.
—Tu seguridad a veces me choca demasiado —Admito, él ríe.
—En realidad no soy una persona segura —Responde, me mantengo en silencio y luego me observa sonriente—. Pero tú me haces sentir así.
Boom, ahí está otra vez, es como si me tiraran una piedra directo al corazón y la misma provocara que todo mi interior tiemble.
Mis mejillas agarran un tono carmesí pero trato de ignorarlo actuando con normalidad.
Suelto un suspiro y él sonríe.
—¿Te sonrojas tan fácil? —Inquiere, le echo la lengua y él ríe.
Nos quedamos hablando hasta más tarde, hasta que ambos decidimos que lo mejor es dormir, ya que deberemos levantarnos temprano por la práctica de fútbol.
Mañana habrá otra prueba más en el equipo, a decir verdad nos vienen analizando desde el comienzo, eso es bastante notorio porque cada vez que estamos allí la mirada del entrenador Ahn nos sigue a todos lados.
A pesar de estar tapado con las sábanas, y tener puesto mi cómodo pijama, no logro dormirme, el hecho de estar compartiendo habitación con Kwan me pone nervioso.
Siento que en cualquier momento se va a pasar a mi cama.
Abro los ojos levemente y noto que él está dormido, como si nada más importara en el mundo, lo miro mal por ello hasta que noto que abre los ojos.
—¿Por qué no te duermes? ¿Quieres que me acueste contigo? —Inquiere, bufo y me doy la vuelta, provocando que ría.
Cierro mis ojos con fuerza y trato de dormir.
No siento ningún movimiento en la habitación, por lo cual no demora mucho cuando por fin logro conciliar el sueño.
Solo espero que al levantarme, el simio humano que está en la otra cama no aparezca en la mía.
♡
La alarma de mi teléfono suena la hermosa melodía de una canción de BTS, mientras tanto la del chico a mi lado comienza a sonar una de su grupo latino.
Ambas canciones mezcladas chocan entre sí, por lo cual me despierto para apagar la mía.
Al hacerlo, miro a Kwan, quien aún sigue completamente dormido.
Bufo mientras me encamino a su lado y comienzo a pellizcarle el hombro, provocando que despierte con una mueca.
—¿Tienes a tu grupo latino a todo volúmen y aún así no despiertas? —Inquiero, Kwan hace una mueca mientras agarra su teléfono y apaga la alarma.
—Es que disfruto tanto de su música que creo que pertenece a mi sueño —Se excusa, lo miro mal y él sonríe levemente, a pesar de estar mostrándose realmente cansado.
Niego con la cabeza sonriendo y me dispongo a darme media vuelta, hasta que Kwan me agarra la mano.
Me giro alzando el ceño y este sonríe con los ojos cristalizados por el sol.
—Buenos días —Dice, niego riendo y me separo de él.
Me encamino hacia el baño para ponerme la vestimenta del equipo de fútbol y me cambio allí.
Al salir, observo a Kwan, quien está bostezando sentado en su cama, con la vestimenta del equipo en sus manos.
—Voy a buscar algo para desayunar —Digo, Kwan asiente con la cabeza.
—¿Necesitas dinero? —Inquiere, niega con la cabeza.
Le sonrío levemente antes de abrir la puerta del dormitorio.
Al momento que la misma se va a cerrar completamente, ya estando en el pasillo, decido hablar.
—Buenos días —Respondo, Kwan sonríe y cierro la puerta.
Llego a la cafetería donde trabaja mi prima en unos minutos.
Suni me sonríe enormemente al verme, y espera detrás de la barra a que haga mi pedido.
Luego de pagar el desayuno y llevarlo a mi habitación con Kwan, noto que el chico se encuentra sentado en una de las silla enfrente a una pequeña mesa que hay en el dormitorio.
Desayunamos en silencio y nos preparamos para irnos a la cancha.
♡
Suelto un suspiro frustrado cuando ya hemos corrido aproximadamente diez vueltas y no tengo ganas de hacerlo más.
Kwan a mi lado actúa como si estuviera divirtiéndose.
Maldito, lo odio a él y su figura realmente en forma.
—¿Ya te cansaste? —Inquiere, lo miro mal a pesar de estar en movimiento y niego.
—Estoy bien —Respondo agitado, Kwan ríe.
—Bajemos un poco la velocidad, ¿va? —Inquiere, le doy la razón y ambos comenzamos a ir más lento.
Terminamos de dar la cantidad de vueltas que nos dijeron y absolutamente todos comenzamos a arreglarnos para la tanda de penales que preparó nuestro entrenador.
Según entendí, los equipos de la otra vez vuelven a formarse, por lo cual estoy en rivalidad con Kwan.
Otra vez.
Nos hacen formar dos filas y noto que me toca contra Seung, el chico que la última vez me terminó dando una patada para que no haga el gol.
Suelto un suspiro y me tranquilizo a mí mismo mentalmente, él parece tan definido a un solo objetivo que a veces da miedo su tanta determinación.
Ganar, ganar y ganar.
Miro a Kwan, quien está delante de él, y este gira para verme, me regala un guiño con el ojo y ladeo la cabeza.
Kwan ríe y se pone a observar, al igual que yo, como comienza la tanda de penales.
Esta tanda tiene una diferencia a los verdaderos penales, deberemos hacer una competencia con la persona que tenemos al lado, es decir, primero seré portero y trataré de atajar el balón que lanzará Seung, y luego viceversa.
Quien logre meter un gol y que el otro equipo no lo haga se lleva el punto.
La tanda de penales comienza, dejando un empate bastante notorio entre ambos equipo, hasta que Kwan decide acabarlo al atajar.
Suelto un bufido de frustración y este me observa con una sonrisa, justo después de hacer el gol.
Me toca contra Seung, el chico se posiciona a disparar, pero justo en este momento una visita inesperada aparece.
—Hola —Dice un chico, mi mirada y la de todos recae en él.
Tiene el cabello largo y castaño, ojos negros como la noche y una sonrisa realmente linda, que aunque tenga una estatura promedio, parece un niño pequeño aún.
—Yongmin —Saluda Ahn, el chico se saluda a todos con una leve reverencia con la cabeza—. Chicos, él es mi primo, que no los engañe, parece tierno y bueno, pero es todo lo contrario.
—Eso es mentira —Avisa sonriente, miro nuevamente a Seung y noto que este tiene la mirada fija en él, como si estuviera completamente hipnotizado.
Abro la boca sorprendido y luego miro a Yongmin, quien se fija en nosotros.
—Y ¿van a jugar o...? —Inquiere, noto como Seung asiente con la cabeza y se fija en mí.
Si antes estaba fijo en un objetivo, ahora parece estarlo completamente más.
Aunque... cuando dispara, el balón termina golpeando el extremo derecho de la portería.
Noto como el chico alza el ceño para sí mismo y se toca la cabeza, como si no pudiera creer aquel error.
Me encamino a agarrar el balón y cambiar de posición, esta vez para disparar yo.
—¿Y... no te han expulsado o algo, chico problemático? —Inquiere Ahn.
Estoy a punto de disparar cuando el chico decide responder.
—¿Por qué lo harían? Si soy un Ángel —Admite, noto como Seung sonríe levemente mirándolo y decido disparar.
El balón entra a la portería a pesar de que el chico haya reaccionado, aunque no justamente a tiempo.
Salto con alegría mientras noto que este se encuentra realmente confundido para sí mismo, y se sienta en el suelo.
—¿Qué le pasa? —Inquiere Yongmin a su primo, Ahn responde por debajo.
—Tiene un serio problema con perder.
Estoy a punto de acercarme a Seung para preguntarle si está bien cuando el chico se me adelanta.
Yongmin se acerca a Seung, se sienta en cuclillas y le sonríe, a pesar de que este esta con la mirada decaída en el suelo.
—¿Qué quieres? —Inquiere Seung, mirándolo después de unos segundos.
—Ganar no siempre es lo importante, si así lo fuera, ¿qué es lo que realmente ganas? ¿satisfacción? Porque no creo que la ganes fijándote solamente en eso —Responde con sinceridad, le regala una última sonrisa y vuelve a pararse.
Este chico parece tierno, pero siento que es como dijo su primo, puede ser bastante problemático con la sinceridad que maneja.
Creo por un leve segundo que Seung va a responder de mala manera, aunque simplemente se mantiene en silencio, como si estuviera procesando todo lo que le acaban de decir.
Como si por primera vez en su vida, hubiera escuchado lo que alguien le dice.