Jung
Muchas veces siento que aún estoy atascado en aquel jardín.
Muchas veces aún me siento lleno de soledad, como si todo a mi alrededor floreciera, y las espinas me atraparan solamente a mí.
Espero que este sentimiento algún día simplemente se vaya.
Suelto un suspiro mirando al chico quien se encuentra dormido en la cama de al lado.
Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro, mientras él aún sigue así, en paz.
Suk siempre se ve afectado cuando ve a Min con Kwan, y verlo llorar provoca que mi alma se parta cada vez en más pedazos.
Me encantaría decirle la verdad, pero no puedo.
Es como aquella canción que pasa en mi cabeza constantemente, ya que la letra realmente me representa.
Siempre trato de mantenerme fuerte enfrente a él, aunque en realidad solamente estoy deteriorado.
Agarro mi teléfono levemente, fijándome la hora.
Aún faltan unos cuantos minutos para que la alarma suene, yo estoy despierto ya que no he podido casi dormir en la noche.
El llanto de Suk no me lo permitió, porque si bien lo hacía silencioso, aún cuando escuchaba un simple sollozo, sentía que me destruían por dentro.
Si tan solo supiera lo que causa en mí.
Me tomo el tiempo de entrar a la plataforma y corregir el capítulo que subiré hoy, Suk no lo sabe, pero soy esa persona que él siempre insulta por actualizar cuando está en clase.
Es divertido verlo enfadar y aún así se toma el tiempo de leer.
Aunque... tal vez deba cambiar el horario de actualización, ya que si bien puedo ver su reacción y emoción por todo lo que sucede, le puede afectar en las materias.
No quisiera que lo echaran.
Tengo miedo de perderlo otra vez.
Termino de corregir el capítulo y miro la hora, aún faltan unos pocos minutos antes de que suene la alarma.
Dejo mi teléfono encima de la mesa de luz y me acomodo, cerrando los ojos y esperando a que la alarma suena.
Cuando eso pasa, abro los ojos levemente encontrando la reacción de Suk, el chico bosteza mientras trata de acostumbrarse a la luz.
Tiene el cabello desarreglado, al igual que su pijama, pero lo hace lucir tierno.
Noto como se sienta en la cama y agarra su teléfono, apagando la alarma, y me mira a mí, esperando que apague la mía.
Agarro mi teléfono muy despacio y apago la alarma, para luego ver como Suk se vuelve a tirar en su cama, cerrando así los ojos.
Sonrío levemente mientras niego y me levanto, encaminándome a su cama.
—Suk, despierta, debemos ir a estudiar —Aviso, este maldice aún con los ojos cerrados y río.
Me siento a un lado de la cama y lo observo en silencio, aún manteniendo una sonrisa en mi rostro.
Aún no entiendo cómo no se ha dado cuenta de lo que siento por él, digo, si tan solo no estuviera tan atento a lo que hace o deja de hacer Min se daría cuenta.
Suk me tiene en la palma de su mano, y muchas veces cierra la misma sin nisiquiera darse cuenta.
A veces me hace daño sentir esto.
Lo comienzo a mover y el chico abre los ojos bufando, mantengo mi sonrisa y este parece ni siquiera inmutarse.
Río levemente tocando su cabello y moviéndolo levemente, Suk sigue bastante dormido por lo cual no dice absolutamente nada.
Me levanto y alejo de él, para así agarrar el uniforme.
Noto como Suk se levanta con un bostezo y se encamina hacia su armario, aún completamente dormido.
Sonrío negando y me encamino hacia el baño con el uniforme entre manos, recordando quién más está en esta habitación además de mí.
♡
Observo mi teléfono por última vez antes de entrar a clase, no actualizaré a esta hora ya que no quiero que terminen suspendiendo o algo a Suk.
El chico ya se encuentra realmente despierto y con la misma energía de siempre.
—¿No actualizaron tu novela? —Inquiero, él niega suspirando.
—Es raro, pero lo agradezco, aunque espero que actualicen más tarde —Admite, asiento con la cabeza.
Nos sentamos en los mismos lugares de siempre y esperamos que los demás entren al salón.
Cuando Min aparece por la puerta, noto como Suk le dedica una sonrisa, como si nada hubiera pasado la noche anterior.
No puedo culparlo, yo hago exactamente lo mismo con él.
Siempre le estoy mostrando la mejor parte de mí, porque tengo miedo de que si me quito esta máscara, solo se fije en la parte deteriorada.
A fin de cuentas le he estado ocultando la verdad.
Extraño los tiempos en donde eramos niños inocentes, los tiempos en donde simplemente disfrutábamos del jardín.
Los tiempos en los cuales lo malo de este mundo no nos afectaba porque no lo veíamos.
—Hola, Min —Saludo, el chico responde igual y nos disponemos a prestarle atención a la clase.
Recuerdo cuando comencé a acercarme a Suk, aún si saber que era él, sentía que lo conocía de algún lado, y la necesidad de estar a su lado se hizo presente.
Por eso cuando supe que le gustaba Min, y sentí mi mundo caerse en pedazos nuevamente, no quería simplemente dejarlo ir.
Mentí y le dije que fingiría ser algo suyo para que Min no sospeche nada, aunque eso me afectara constantemente.
Prefiero salir herido mil veces antes de verlo sufrir a él una sola.
Hoy tendremos la primera clase del club de música, por lo cual estoy de cierta manera alegre, ambos nos podremos despejar de absolutamente todo.
La música siempre te puede ayudar en los momentos difíciles.
Espero paciente a que la clase en la cual estamos ahora termine y el recreo comience, cuando eso sucede saco mi teléfono disimuladamente y entro a la plataforma donde subo mi historia, actualizándola.
Suk no se da cuenta ya que se encuentra hablando animadamente con Min, por lo cual aunque me encuentre a unos cuantos pasos lejos de él a fuera del salón, parece ni siquiera inmutarse.
Todo esto hasta que su teléfono parece vibrar y lo saca de su bolsillo, fijándose la notificación.
El chico sonríe mientras deja de prestarle atención a Min, quien al darse cuenta de qué se trataba simplemente se mantuvo callado, sabiendo que su amigo no le daría atención.
Noto a Kwan venir y hablar con Min Ho, aunque Suk parece tan concentrado en la historia que está leyendo en su teléfono que ni siquiera le afecta.
Una leve sonrisa en mi rostro aparece.
Sí, muchas veces siento que aún estoy atascado en aquel jardín.
Muchas veces me duele que me sonrías falsamente, sin iluminarme.
La cantidad de veces que he querido darte una nueva rosa sin antifaz no tiene límites, pero sé que eso no puede ser, porque soy espantoso.
Por eso prefiero usar una máscara, para verte una vez más, aunque no sepas quién realmente soy; aquel chico del jardín solitario, el mismo que te regaló flores un centenar de veces y que te hace sonreír y llorar con cada capítulo.
Y por más que estas espinas me estén atrapando e hiriendo, y este jardín sigue sintiéndose solitario, aún te quiero.