Min Ho
Miro al chico completamente confundido, él parece atónito, con la mirada pérdida en la completa nada.
¿Todo fue mentira?
Mi corazón duele, mientras recuerdo todas las veces que creí que el chico que realmente creía mejor amigo, la persona que nunca me mentiría, me aseguró estar enamorado de él.
También me siento realmente desepcionado con Kwan, tanto, que mis ojos no tardan en nublarse.
Me encamino hacia él, con la mirada alta, sintiendo mis piernas y manos temblar.
Cuando estoy enfrente suyo, él no me observa, como si tuviera vergüenza de hacerlo.
—¿Es verdad? —Inquiero con la voz dolida—. ¿Eres primo de Suk?
Kwan parece pensar si hacerlo o no, lo noto porque aunque su mirada no sea dirigida a mí sino más bien al suelo, hasta que por fin parece reunir el valor necesario para mirarme.
Cuando su mirada se clava en la mía, mi corazón duele.
—Sí —Suelta.
Abro la boca rápidamente, sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas, y toda mi vista completamente nublosa.
Doy un paso hacia atrás negando con la cabeza, y noto como la mano del chico no tarda en agarrar la mía.
—Déjame explicarte —Pide, niego con la cabeza zafádome de su agarre.
—No quiero hablar contigo —Aviso, noto como los ojos de Kwan se cristalizan también y niego con la cabeza.
No sentiré empatía, él no la sintió por mí cuando hizo todas aquellas mentiras.
La cantidad de veces que me molesté mentalmente por estar sintiendo algo que no debía por el chico, ya que al que creía mi mejor amigo le gustaba no tienen límites.
Y ahora me entero que todo es una mentira, ellos dos son primos, ellos me mintieron.
Aprieto mi labio inferior con mis dientes mientras me encamino al chico y cierro mi puño, dispuesto a golpearle su rostro.
Kwan no se mueve, incluso cuando ve que el mismo se dirige hacia él, como si estuviera deseando que haga aquello.
Cuando mi mano golpea el rostro de Kwan, creí que me sentiría mejor, aunque eso no sucede.
Solo hay más dolor.
Suelto golpes sin ninguna gana hacia su pecho, aunque los mismos no tengan verdadera fuerza, y lloro.
Lloro como si no hubiera un mañana, es allí cuando siento unos brazos agarrarme y alejarme del chico, el cual vuelve a tener su mirada perdida.
—Min, trata de calmarte, ¿sí? No hagas algo de lo que te vayas a arrepentir luego —Habla la chica, la observo y la ira crece nuevamente en mí.
—¡Tú que sabes de arrepentirse! —Grito, Yang Mi abre los ojos completamente por unos segundos, aunque luego parece regresar a su estado neutro—. ¡Estoy cansado! Todos me utilizan, todos me mienten, todos me hieren, incluso tú lo hiciste.
»¿Tienes idea de la cantidad de veces que me pregunté qué hice mal? ¿la cantidad de veces que me eché la culpa por todo lo que me dijiste? No, claro que no, porque no estabas ahí.
Creí que Yang Mi se defendería, diría algo para hacerlo, pero no, simplemente me observa, desafiante, con los ojos llorosos pero sin derramar ni una lágrima, esperando que todo lo que tensean soltadas hacia ella.
Suelto un bufido y me doy media vuelta, dispuesto a irme.
—Espera —Pide la chica, me giro y esta se encamina hacía mí lentamente—. No sé qué es lo que pasó entre Kwan y tú, y lamento si dije algo que no debía de decir, pero hay una chica allí que realmente cuenta con que estés presente.
Yang Mi señala el cinema y mi vista va hacia allí, mientras trato de calmarme.
Es cierto, Jai, Mali y Suni cuentan conmigo.
—Ella pasó horas y horas de sus días entrenando, esperando entrentener a todos sus amigos y los presentes en esa sala. Si no quieren estar cerca de Suk, Kwan y mío lo entiendo, pero por favor, no le prohibías la sonrisa a una chica con tu presencia.
Asiento levemente con la cabeza viéndola y ella sonríe levemente de costado, aunque su sonrisa parece dolida.
Miro a Kwan de reojo y noto como aún se encuentra en el mismo lugar de antes, con la mirada aún perdida.
No digo absolutamente nada más y me adentro en el lugar, dirigiéndome hacia los baños.
Al mirarme al espejo me doy cuenta de lo tan mal que me encuentro, mis ojos se encuentran llorosos, mis mejillas completamente rojas y mi labio tiene una pequeña cortadura.
Suelto un suspiro mientras me encamino hacia el lavabo y mojo mi cara con agua.
¿Por qué lo hizo?
¿Por qué lo hicieron?
Un montón de recuerdos con ambos chicos comienzan a pasar, y aunque me guste mucho Kwan, el que más me duele es Suk.
¿Qué le hice? ¿desde cuándo comenzó esto?
Creí que eramos mejores amigos que se contaban absolutamente todo, pero en este momento el chico pasó de ser una parte importante de mi vida, a ser un completo desconocido.
Ambos lo hicieron.
Suelto un suspiro tratando de que las lágrimas dejen de salir de mis ojos y me encamino a secarme el rostro.
Cuando ya me veo un poco mejor, y trato de controlar mis emociones, salgo del baño.
Camino por el pasillo que va hacia el salón donde se está haciendo el concurso, más no entro completamente.
Miro hacia arriba notando que Jung se encuentra hablando animadamente con Suk, quien se encuentra sentado en la escalera sonriente a su lado.
Suelto un suspiro regresando la mirada al escenario, hasta que noto pasos cerca de mí.
Miro hacia el pasillo de la entrada y Kwan me observa desde su lugar, aunque luego al hacer contacto visual noto como baja la mirada y pasa delante de mí, para luego así subir las escaleras.
Le observo desde mi lugar y noto las reacciones: Suk le mira con una sonrisa hasta que la misma va desapareciendo a medida que Kwan no parece responder de la misma manera.
Cuando Suk parece preguntarle algo, Kwan asiente con lo cabeza, logrando que el chico entre en un transe bastante grande.
Suelto un suspiro mirando hacia el escenario y escuchando como los conductores hablan.
—Ahora vamos con las chicas —Habla el conductor, la mujer asiente.
—Así es, nuestros jueces ya han estado yendo a verlas posteriormente cuando dimos la pequeña pausa luego de que terminaran de cantar los chicos —Dice ella—. ¿Están listos?
Todos gritan eufóricos, por lo cual sonrío de lado.
Si no fuera por Jai, Mali y Suni, ya estaría lejos de aquí.
Solo espero que ellas tampoco me fallen, porque estoy cansado de que las personas lo hagan.