Las clases restantes acapararon gran parte de mis pensares, distrayendome de las preguntas sin sentido que creaba mi ser.
Mika se había ofrecido a explicarme cuando yo no entendía muy bien. Se le dio bien darme la mano pues en realidad si la necesitaba.
Si bien había notado, Mika era más que una mirada relajada, como todos en la vida, tenía más que contar. Incluso aún más que lo que la portada decía.
Gracias a él, las clases se me pasaron casi volando y fue más que un alivio saber que podría regresar a casa.
-Quisiera preguntar que tal te sentiste en tu primer día, pero eres muy fácil de leer, hermano. -Sonrió con esa pereza que lo caracterizaba.
-Fue emocionante, gracias por la ayuda.
Ambos salimos del salón, ahora caminando como si yo ya conociera cada parte de la escuela.
Estar rodeado de gente me daba confianza para no ir tropezándome y distrayéndome con mis propias penas.
-Bien, tienes auto o quieres que te lleve? -Argumento justo cuando nos detuvimos en la salida.
-Lo llevaremos por supuesto -La voz cantarina de Emma inundó mi lado derecho.
Gire en su dirección, mientras observaba como una sombra le venía pisando los talones.
-Si no conociera el lugar , no habría asistido hoy -Sentencio Nerón con la seriedad a la que debía acostumbrarme. -Aquí la única duda es, dejaré que mi hermana te acompañe a casa?
Mikael esboso una sonrisa, llevando los brazos detrás de su cabeza y comenzando a caminar – Vamonos lentos.
-Yo puedo ir por mi cuenta, gracias aún así. -Le regalé una sonrisa a la pelirroja, la cual hizo un pequeño puchero pero al final accedió.
-Si tienes alguna dificultad…-Le empujo su mochila a Nerón mientras ella rebuscaba algo dentro- Aquí esta mi número y dirección.
Su apático hermano chisto la lengua y aún con la mochila de su hermana en manos, comenzó a caminar. El contraste entre los colores oscuros que llevaba el y la pequeña mochila de colores pasteles de Emma me hizo soltar una pequeña risa.
-Siempre es así. – Esboco una sonrisa – Al final, tenemos que acoplarnos unos a otros, aunque sea su hermana mayor ellos siguen creyendo que tienen más autoridad.
Los ojos casi se me salen de órbita al escuchar lo último. Como era posible que esa linda y pequeña pelirroja fuera la protectora de dichos contrarios.
-Entonces te vemos mañana? -Sonrio en su totalidad, observandome.
Quería hablar y preguntar más, pues la curiosidad me ganaba. Más tenía entendido que de eso podríamos hablar después.
Asentí con la cabeza y ella se abalanzó para darme un beso en la mejilla. El movimiento me tomo por sorpresa, pues yo no estaba tan familiarizado a tanta confianza, por lo que solo pude verla alejarse y adentrarse en una camioneta color vino.
Mika me despidió desde la parte trasera, mientras que Nerón arrancaba el auto, perdiéndose entre los demás coches que ya salían de la institución.
Vaya trío de familia!
(…)
Al llegar a casa, me fui directo a escribir algunos pensares que en mi mente rebotaban sin calma.
Mamá aún no llegaba del trabajo y la casa se encontraba en total silencio. Ese silencio pacífico que no quieres romper por nada del mundo.
Me senté en mi escritorio, tomé tinta y pluma; y finalmente mis dedos trazaron las palabras…
El primer día no es tan malo como algunos suelen decirlo, el primer día es inicio de toda la aventura que depara el destino.
Ya sea primer día de trabajo, escuela o haciendo alguna otra cosa. Era emocionante así como aterrador.
Muchas personas le temían al cambio que esto implicaba, pues salir de tu zona de confort nunca es fácil. Hoy puedo decir y asegurar que yo tome la valentía para salir de aquel circulo resguardado.
Puede que en el inmenso pasillo haya caminado al lado de quien pronto será mi amigo o enemigo. No supe distinguir, pues solo me dejé llevar por mi instinto.
Me equivoqué? Tal vez.
Nunca puedes conocer a una persona del todo, pero si se te da la oportunidad de acercarte y descubrirlo por ti mismo. Puede que te sorprendas…
Las palabras salían como si el texto como tal ya estuviera redactado en mi cabeza y yo solo lo plasmará. Así era y sería siempre.
La puerta se abrió y el sonido de pasos me interrumpió. Mi madre había llegado.
Grito mi nombre unas cuantas veces, dejando ver la emoción neutralizada por preguntarme. Aquella castaña de sonrisa enorme era más que curiosa. Sobre lo que fuera a pasarme a mi o al mundo, ella tenía que enterarse con todos los detalles para así dejar de atormentarse.
“Un mal hábito familiar” pensé terminando de bajar las escaleras.
Cuando finalmente la alcance, no le di tiempo a decir nada más pues me abalance a sus brazos, sintiéndome feliz por estas experiencias.
Sorprendida me acuno contra su pecho, acariciando mi cabello y susurrando que grandes cosas vendrían. Más nunca aseguró si serían buenas o malas...
(…)
P
aso una semana aproximadamente después del primer día y adaptarme a las diferentes personalidades de los hermanos Dusting fueron de las tareas más fáciles.
Con un poco más de confianza ya me dirigía a todos, Mika solía sacar alguna frase de película animada, mientras que Emma era la optimista del grupo y por otro lado Nerón parecía siempre enfrascado en su mundo, uno al cual yo no comprendía en su totalidad.
-Pueden creerlo? -Pregunto Emma en nuestro ya acostumbrado almuerzo, más nadie la estaba escuchando.
La susodicha dio un manotazo en la mesa, llamando nuestra atención -No puedo creerlo, llevo hablando media hora como estupida y ustedes ni en cuenta!
-Ah si, me parece genial. -Balbuceo Mikael el tono de burla.