-Brook! -Llamo mi madre por tercera vez en la tarde.
Me encontraba sentado en el sofá gigante de la sala, perdido en mis ideas y pensamientos como de costumbre.
Lo que sucedió en la escuela, después de ver a cierta chica, me dejó pasmado. Por lo que, el restante de clases Mika y Emma se empeñaron en hablar sobre los rumores que provocaba, mientras que Nerón se mantenía serio y expectante al igual que yo.
-Eh-ah! -Cantó una voz desde el librero - Brook, me escuchaste? -Dimitri sonrió, provocando que sus lentes redondos subieran con sus pómulos- He encontrado más significados! Sabes lo increíble que es?!
Me rasque la nuca y negué- Ni siquiera sabía que estabas ya aquí. Lo lamento.
-Disculpa aceptada. Pero en que tanto piensas?
-Es lo que pregunte yo, pero por cada tres palabras dichas, él parece desaparecer. -Bufó mi madre sentada en el piano.
Sonreí nervioso - Solo pensaba en los exámenes. Me preocupan un poco ya que no he tenido mucho tiempo para estudiar los temas.
Mi madre llevo ambas manos a las teclas, inundando la sala con melodías acompasadas.-Uhm, debe ser eso entonces...
-Buenas tardes familia! - Coreó otra voz masculina, entrando a la sala de estar e interrumpiendo la música.
Mi segundo mejor amigo se encontraba de pie, en el arco de la entrada, fresco y vestido con traje y corbata.
-Dónovan! -Dimitri saltó del librero, dejando los libros apilados - que tal el trabajo?
Mamá seguía inundando la sala de estar con notas delicadas mientras mis amigos platicaban en la entrada- Es bueno verte de nuevo, Dónovan -Argumento tocando las blancas.
-Un placer para mí regresar. -inclinó la cabeza en dirección a mi madre, caminando hasta ella para tomar su mano y besar el dorso, sacando la tonada- Dime, me necesitabas?
Mi madre asintió con una ligera sonrisa y dio una mirada rápida a mi ser - Los veré dentro de unos minutos chicos - Y sin más, se levantó del piano para llevarse a Dónovan a su estudio.
-A veces tengo envidia de Dónovan - Comento Dimitri dejándose caer a mi costado- Viaja todo el tiempo, es necesitado y nunca pasa de moda.
Suspiré- Un amigo en el colegio me ha dicho que ese tipo de personas se les denomina como Inolvidables.
-Que tipo de cosa es esa?! -Solto una risa - La definición no es la correcta para usarla en una oración parecida.
-Eso quiere decir que ni tu ni yo somos inolvidables? Me refiero a que, no te gustaría serlo?
-Probablemente en mi siguiente vida. En esta, me siento satisfecho de ser lo que soy.- Amplio la sonrisa- Pero dejemos de hablar de eso. Cuéntame sobre tus días afuera, sigues siendo el pequeño asustadizo?
-Para ser sincero sigue dándome miedo, pero prefiero tener miedo y actuar, que quedarme solo con la sensación. -Suspire - fue un poco difícil el primer día, me perdí entre tantos pasillos!
-En mi época, se contaban con la mano y los rostros eran todos conocidos.
-Hablando de rostros...-Comencé la plática, vislumbrando la puerta para cerciorarme que nadie entrara - Existe una chica...
-No, alto ahí. -Me miró alarmado - Hablemos afuera, estos temas son escuchados hasta por los sordos.
Asentí, siguiendo su caminar hasta el patio trasero de la casa. El se sentó frente a mi, disfrutando los rayos de sol que se colaban por las ramas del árbol gigante que cuidaba afuera.
-Una chica, eh?- sonrió- Brook, antes de que inicies tu relato, me gustaría saber que sentiste al verla...
Jadee de solo recordarlo - Sentí que nada de lo que me rodeaba tenía sentido, que las voces eran opacadas por sus movimientos y que yo...-Me tiré al pasto, sintiendo el césped debajo de mí como una gran almohada - que yo, tal vez, tenía un asunto pendiente con ella...
Dimitri sonrió tirándose a mi costado de la misma forma - Si, es lo que sospeché...
-A que te refieres?
-Un suceso que me marcó hace años atrás, comenzó así. -paso uno se sus brazos detrás de su cabeza - Era como si de tan solo verla, pudieras tocar hasta la más fina hebra de cabello...
-Si...algo así...-cerre los ojos, imaginando lo suave que podría llegar a ser aquello.
-Puedes proseguir. -Añadió codeándome una poco.
- Simplemente entro en la hora del almuerzo y casi media cafetería se lanza a preguntarle indirectamente quién era y que hacía ahí!. Los rumores iniciaron por la mañana, muchos hablando de ella como si la conocieran y otros solo suponiendo.
No quise creerlos, no hasta que lo viera.
-Ver para creer - Sonrió - Si, Dónovan se sentiría orgulloso de eso.
Asentí - Pero no imaginé que al verlo, me quedaría ciego. -Su risa inundó el silencio y cantar de las aves - Te juro que jamás imaginé que muchas cosas de las que escuché, fueran verdad.
-Fueron cosas buenas? Que escuchaste?
-Escuche que era nueva en la ciudad, tal como yo. Que su belleza era inédita, algo tan maravilloso y deslumbrante que parecías tener una pequeña chispa en las manos. Que busca una aventura y un compañero. Otros solo decían que se encontraba por moda y finalmente otros muchos decían conocerla ya, de otra escuela o rumores más lejos que aquí.
- Tal vez ella si consiguió ser inolvidable.
Me senté en un movimiento lento, procesando lo que me decía- Tu crees que pueda hablarle? Quiero decir, deseo acercarme pero no se la manera correcta para hacerlo.
-De verdad quieres eso? Haz pensado en lo que le dirás al tenerla de frente.
Tome a mi viejo amigo de los hombros, estampandolo más en el césped - Ni siquiera estoy seguro de lo que siento, Dimitri!
Una carcajada sonora volvió a inundar el ambiente, al parecer Dimitri siempre reía ante las preocupaciones de los demás, cosa a la que ya estaba acostumbrado.
-Estas tan enamorado... -Se coloco sobre sus codos, levantando un poco su torso de la hierba - Y las personas en ese estado cometen errores.