Juan luego de entender la situación que enfrentaban, le preguntó a Nauj como podían hacer para lograr su objetivo. Por dónde empezar. Nauj entonces le plantea su idea, tampoco que él era un experto en viajes interdimesionales, pero algo más que Juan entendía claramente.
—Bueno mira Juan, no digo que vaya a ser sencillo, pero tampoco creo que sea imposible. Yo pienso que deberíamos hallar un especialista en física cuántica que nos pueda ayudar a encontrar la forma de que yo pase al multiverso seis, o sea a mi multiverso, al que pertenezco, de hecho hasta quizás sepa como crear un agujero de gusano…o no, pero alguna mejor idea tiene que tener de cómo hacerlo al menos…
—Mmm… ¿Y qué te parece si empezamos llamando al propio Centro Atómico? En definitiva ellos siguen teniendo funcional en esta realidad, como decís vos, el famoso TENDER ¿no?, nuestra propia “Máquina de Dios”. Alguno de allí debe poder ayudarnos —Juan se mostraba confiado.
—¡Pero claro Juan! ¿Cómo no se me ocurrió?, tenés razón ya mismo llamemos al centro a ver que nos dicen. —Nauj de verdad se había sorprendido, sobre todo por no haberse dado cuenta él mismo en principio.
Juan subió a su habitación a buscar su notebook para poder conseguir vía web el teléfono del centro, Nauj mientras tanto tomaba mate ansioso y acomodaba la libretita de Juan, como para estar pronto a tomar notas de ser necesario. Juan volvió con la notebook y se puso a buscar el sitio web del centro atómico, le llevó 15 segundos “googlearlo” y encontrar el teléfono (gracias Internet, pensó), Nauj lo anotó en la libretita, Juan tomó el teléfono y llamó decidido.
—Buenos días, Centro Atómico Constituyentes, en que podemos ayudarle —dijo una voz de señorita amablemente.
—Buenos días señorita, quería comunicarme con algún especialista en física cuántica por favor —Juan sonó totalmente serio.
—¿Perdón? ¿Qué necesita? —esta vez sonó sorprendida la voz al otro lado del teléfono.
—Mire, yo sé que puede sonarle raro, pero necesito comunicarme con un físico cuántico, allí tienen ¿no?
—Si claro señor que tenemos pero, ¿por qué motivo sería? —impasible pedía más información la dulce voz.
—Mmm… las verdad es que necesitamos hablar con uno para ver la forma de…como se lo explico, la posibilidad de, de crear un agujero de gusano, ¡si, eso es! Por eso necesito hablar con alguien, me entiende ¿no, señorita? —Juan dudo bastante, pero no le quedó otra que decir la verdad, o por lo menos no se le ocurrió una mejor explicación que dar.
—C-claro…si, si le entiendo señor, en seguida le paso. —se escuchó una musiquita de fondo y la comunicación fue pasada a otra área.
—Buenos días, acá el Dr. Who al habla, con quien tengo el gusto (risas de fondo). —era el área de mantenimiento y maestranza.
—Eh, buenos días señor Ju, perdón, doctor Ju, yo, nosotros en realidad, estábamos necesitando hablar con una especialista cuántico porque tenemos un pequeño problema de…de dimensiones podríamos decir, —Juan había escuchado las risas de fondo, y ese nombre no le sonaba muy serio, pero bueno, perdido por perdido que otra cosa le quedaba, había que jugarse— nos preguntábamos sí podrían ayudarnos en algún sentido, no sé, ¿creando una brecha interdimencional por ejemplo? O algo así, cree que se podría doctor…
—¿Una brecha interdimencional dice? (fuertes risas de fondo) —repreguntó el Dr. Who.
—¡Si, si! —Juan se ponía contento puso el altavoz del teléfono para que escuchara Nauj también, quizás no era tan mala la situación después de todo.
—Bueno mire, no habría ningún problema, podríamos empezar con una inversión inicial de alrededor de U$D 100.000 (dólares), como para comenzar a juntar el equipo, luego armaríamos un convenio de confidencialidad, y ahí ya entraríamos de lleno en el proyecto con otros…digamos U$D 200.000 (dólares) más y si, calcule que en cinco o diez años ya estaríamos viendo los primeros resultados, ¿Qué le parece eh? (descostillantes risas de fondo se escuchaban).
—Ah, inversión inicial dice, bueno la verdad pensábamos en algo más austero, muchas gracias. —Juan mientras seguía escuchando cada vez más fuertes las risas de fondo, colgó el teléfono defraudado.
—No te preocupes Juan, boludos vamos a encontrar en todos lados, tranquilo, mirá acá encontré otra base nuclear conocida, allá en mi mundo es muy renombrada la Central Nuclear Embalse de Córdoba. Probemos ahí ¿sí? —Nauj vio la desilusión de Juan en su triste cara, intentaba levantarle un poco el ánimo. Sin esperar a que Juan le contestara agarró el teléfono y marcó el número de la central.