Mundo espiritual

Preguntas

POV Elena

Después de lo acontecido en el día de ayer cuando vi a Rackham, mi mente no ha parado de pensar que algo sucede con este chico conmigo y no puedo pasar estas cosas por alto, pero tampoco sé qué debo hacer —simplemente debería preguntarle directamente—razono, pero después rechazo el pensamiento porque ¿qué le diría?, ¿me estas acosando?

—Elena, sal de tu ensimismamiento. Necesito que me hagas un favor—dice Beki entregándome en las manos una funda un poco pesada.

—¿Esto qué es? —pregunto abriéndola y veo que son libros.

—No lo habrás, déjalo como está—asevera Beki—son novelas que me prestó la hermana de Franklin y le dije que los llevaría hoy, yo no podré ir, por eso te pido que vayas, por favor.

—Bien, no tengo nada más que hacer por ahora así que, si iré, pero no te acostumbres—expreso tomando la gran funda en mis manos.

—Es en la tienda donde trabaja Franklin que tienes que llevarlo—articula y yo asiento con la cabeza.

Aviso a mamá que saldré y voy a la tienda de videojuegos que está a dos cuadras de la casa. Entro al lugar y lo primero que siento es como si me hubieran echado ají picante en todo el cuerpo—¿por qué me siento así? —pensé.

Pongo la funda con los libros en el recibidor incómoda —hola, ¿en qué puedo ayudarte? —dice el muchacho frente a mí, el cual, tiene en su suéter una pequeña placa que dice Franklin.

—Traje estos libros para tu hermana de parte de Beki—digo y escucho que la puerta se abre y entra un hombre de unos 40 años.

—Hey Franklin, ¿ya llegaron los nuevos vídeos de entretenimiento? —articula el tipo colocándose junto a mí.

—Sí, puedo traértelos ahora mismo—exclama Franklin y va a la parte de atrás de la tienda y regresa con tres cd en la mano y los pone en el mostrador delante de él.

Los miro, sólo por curiosidad y no puede ser, vi una chica en la tapa de la cubierta completamente desnuda y volteé el rostro de inmediato—son vídeos porno—deduje.

—Bien, chica si nada más era eso, te deseo buen día—articula Franklin fijando sus ojos sobre mí.

—Gracias, igual para ti—digo y salgo de ahí sin mirar atrás, entonces se me quita esa extraña sensación—podría ser el don de discernimiento de espíritu que se activó por haber cosas impuras en el lugar—pienso y siento un calor en mi pecho.

Por consiguiente, al llegar a casa busco en una libreta donde escribía cuando era más joven algunas enseñanzas de las predicas de cuando iba a la iglesia.

Lo abro y busco los escritos que hablan sobre la manifestación del Espíritu santo en nuestro cuerpo, lo leo y dice: si sientes un calor en el pecho es confirmación, una corriente en las piernas es que el Señor te llama a evangelizar, en la espalda quiere decir que él es tu protector y está contigo para cuidarte, en los brazos que te esfuerces y seas valiente, asimismo, si sientes en las manos un calor al orar, es muy probable que tengas el don de sanidad.

—Eso quiere decir que es una confirmación, por lo tanto, si era por eso que me sentía así—susurro sonriendo.

—Elena, acuérdate que hoy te llevaré al apartamento así que, espero que ya hayas empacado todas tus cosas—dice mi madre entrando a mi cuarto.

—Por supuesto, ya lo había hecho anoche—expreso levantándome para buscar mi equipaje.

Hoy me mudare a un apartamento no muy lejos de aquí que me brindara la independencia que había deseado desde que me gradúe y mi madre me llevará para despedirse y ver que todo esté en orden además de que ella está algo preocupada porque estaré sola.

Entonces, llevo las maletas al auto, tomo asiento en el lado del copiloto y mi madre conduce en total silencio.

Llegamos y salgo rápidamente para sacar las maletas. Busco las llaves en mi bolsillo y abro la puerta.

—Déjame ayudarte con las maletas Elena—exclama mamá.

Voy a la habitación y las dejo ahí e igualmente la que traía mi madre.

—¿Realmente podrás estar bien sola?

—Estaré bien, mamá—digo abrazándola.

—Muy bien, confiaré en tus palabras, pero sabes que te vendré a visitar y que puedes llamarme si necesitas algo.

—Claro—articulo acompañándola a la puerta.

Me da otro abrazo y se marcha después de revisar el refrigerador y llenarlo de alimentos para mí.

Regreso al cuarto y reviso mi celular, entonces veo un mensaje de Matthew.

Matthew en línea hace una hora.

Matthew: Elena, se me olvido decirte que, si él Espíritu santo está contigo ningún espíritu, ni cualquier mal, se acercará a ti, sólo tienes que mantenerte en santidad y no abrir puertas para el mal.

Lo sé porque si lees (Isaias 54:17) dice que ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. De modo que, si te hacen brujería, o a la casa o cualquier otra cosa no prosperará puedes estar confiada que Dios te protegerá de todo mal. 

Elena: muchas gracias Matthew.

Apago el celular con una sonrisa en mi rostro y me pongo a desempacar todas mis cosas para luego tomar una pequeña siesta.



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En el texto hay: espiritus, terror, demonios

Editado: 18.06.2021

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