Papu es un niño menudito y travieso desde que estuvo en el vientre de mami, adora jugar, reír, correr, ¡ohh…si! es flash, en su mundo mágico él es el príncipe que gobierna un hermoso castillo, sus súbditos son sus amigos animales. El castillo tiene una pradera hermosa llena de flores silvestres y está rodeada de una valla mágica para que ni un intruso pueda ingresar.
—¿Las ovejas llegaron a su destino?—. Pregunta Papu a su general el gran perro que dirige las tropas.
—¡Guau…! Si mi príncipe, todas están listas para entregar su pelaje por usted—. Responde gran perro, feliz por haber cumplido la misión.
—¿Las señoritas gallinas otorgaron las bombas?—. Pregunta Papu a su brigadier de escuadra, la gran gatuna.
—¡Miau…! Si mi príncipe, ellas siempre estarán dispuestas a entregar las bombas diariamente si es posible dos cada una por su majestad—. Responde una enérgica gatuna.
En hora buena, solo nos falta esperar que llegue el rey mi adorado padre para recibir su entrenamiento. El cual consiste en trepar árboles, en el cual me ayudara a mi equilibrio, correr sin que me atrape fortalecerá mi velocidad; rodar por la colina para estar preparado a los ataques en tierra; y alzar vuelo con las cometas este último nos enseña a mantener al enemigo distraído ja ja ja, la vida en el palacio es extenuante, pero feliz.
—Gran perro cuidado esquiva a papá—. Sonríe el príncipe mientras gran perro se deja atrapar por el rey.
—¡Guau! ¡Guau! Ohhh mi príncipe lo siento, pero los brazos del rey son únicos, llenos de afecto y protección—. Menciona gran perro dejando que el rey acaricie su lomo.
—Gran gatuna baja del gran árbol únete a nosotros—. Sonríe el príncipe.
—¡Miau…! ¡Miau! Claro que si mi príncipe espera no te alejes—. Sonríe la gran gatuna estirándose, ronroneando para luego bajar de un salto y correr feliz a lado del príncipe.
El rey sonríe se siente feliz que su hijo el príncipe Papu gobierne bien el castillo mientras él sale de viaje formando más alianzas de paz. Luego de tanto entrenamiento el rey se recuesta bajo el árbol junto al príncipe quien tiene en brazos a la gran gatuna y a su lado a gran perro.
—Mi rey, mi príncipe— saluda la reina. Ambos se levantan haciendo una reverencia a la hermosa mujer que se acerca sonriente—traje un delicioso jugo de fresas silvestres; unos deliciosos huevos duros para saciar su hambre. En esta ocasión las señoritas gallinas nos consintieron con algunos huevos más, espero les guste y recarguen energía, luego de un día extenuante de trabajo y entrenamiento.
Las palabras de la reina suenan como música y su sonrisa es encantadora, el rey y el príncipe darían la vida por su reina la cual es la que otorga vida en el castillo.
—Gracias mi reina todo está delicioso—. Menciona el rey otorgándole un beso casto en su frente.
—Gracias mi reina, eres la mejor madre—. Sonríe el príncipe Papu, brindándole un beso en su delicada mano.
Felices la familia real, conversaban y reían. En eso la reina saca una canasta y les muestra unas hermosas bufandas hechas por ella; demostrando así que las ovejas hicieron un gran trabajo dejando su pelaje por ellos. Le entrega a cada uno una bufanda, hasta el gran perro y la gran gatuna, reciben felices tan lindo detalle.
Luego de un descanso, la familia real se siente dichosa, demostrando así que con amor y ayuda mutua todo se puede lograr, que aunque llegue la tempestad la familia unida podrá afrontarla y saldrán victoriosos porque la unión hace la fuerza.
Cuento escrito por la bella escritora
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Editado: 03.06.2023