Mundo mágico. Regalando sueños

32. MI PEQUEÑA HADA

Había una vez una pequeñita hada que nació de una flor. Se llamaba Linita, porque tenía el vestido rosa, al igual que sus zapatos que nunca se los quitaba. Porque los zapatos rosas le daban sueños bonitos con angelitos. El hada de los sueños era amiga con las hadas de los dientes.

 Linita la acompañaba a recoger los dientes de los niños, y la ayudaba a repartir los regalos que al otro día cogían los niños y se ponían contentos.

Un día Linita se asombró al mirarse al espejo, vio que había crecido, y no solo eso, tenía una hermanita menor. Y ya tenía que ir a la escuela.

Un día su hermanita pequeña, también le toco ir a la escuela. La de Linita, que era más grande, quedaba al lado de la de su hermana.

 La hermanita un día le preguntó.

—¿Por qué yo no voy a la escuela de grandes   contigo.

—No vienes porque eres pequeña, ahora soy grande. Tú eres bebé y yo, cuando lo era, fui a esa escuela. 

—¿Oh, sí? No lo sabía

—Sí, cuando era bebé yo jugaba con mis amigos, ahora te toca a ti, yo iré a jugar con los míos.

Y así ambas niñas se fueron a jugar con sus amiguitos y fueron muy felices. En la casa Linita jugaba con su hermanita menor. Y también eran muy felices.

 Así amiguito, si tienes un hermanito menor a mayor, quiérelo y cuídalo mucho. Puede que el hadita Linita te visite en las noches.




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