"Un mal presentimiento"
En un abrir y cerrar de ojos me hallaba en el medio de una calle, la cual me resultaba familiar.
Seguía observando alrededor para recordar, tenia la certeza que había estado antes cuando quise ver la hora en me reloj, me lleve la sorpresa que no lo tenía en mi muñeca.
Algo extraño, siempre lo tengo, miré a arriba para por lo menos deducir el tiempo por la posición de la luna.
...
La luna estaba teñida de un color rojizo carmesi, el cielo despejado de estrellas todo el alrededor yacía en un silencio sepulcral.
Esto me estaba dando mala espina, nunca me ha gustado el silencio en su totalidad; no hay nada de movimiento, solo soy yo aquí en medio de una calle desierta.
Eso es extraño, conozco mi ciudad, es todo menos silenciosa; decidí moverme y buscar a alguien.
Todas las calles estaban con las luces apagadas y daban la imagen de estar abandonadas, eso era sobre todo tétrico , en una había una ventana con manchas de manos ensangrentadas eso me puso muy tenso.
No quería estar aquí, ahora solo trataba de buscar el camino a casa; pero cuando iba caminando , de pronto sin previo avisó se oyó una enorme explosión desde la lejanía.
Me giré asustado por el tremendo ruido que hizo, la explosión venía del centro de la ciudad; podía ver un humo verdoso que subía a la atmósfera.
Seguido de eso empecé a escuchar disparos, sirenas de ambulancias y ruidos extraños.
Estaba paralizado por el ambiente que se hallaba lejos, tenía que irme a casa cuanto antes.
Pero no podía moverme, mi cuerpo estaba estático como si esperara algún tipo de reaccion..
Empezaba a sudar de la nada, no me agradaba para nada los sonidos que escuchaba, de pronto oí un fuerte grito de una mujer, esto hizo que reaccionará y comenzará a correr.
A cada paso, la calle se alargaba aun más; haciendo que me provoque una ansiedad por llegar, no me podía concentrar muy bien por culpa de una alarma que retumbaba en mis oídos.
Estaba harto de ese sonido estridente que penetraba en mis oídos cada vez más fuerte, al punto a dejarme sordo; quería que todo se detuviera.
Tape mis orejas, mientras me concentraba en no escucharla, pero no sé detenía fue entonces cuando un fuerte sonido me saco de ese sueño.
[...]
Desperté muy confuso, por el sueño que acaba de tener, cuando giré vi en mi mesita de noche aquella alarma de mi sueño, ¡¡era mi despertador!!
Ya era hora de tener mi primera práctica de disparo con el arma, me levanté y me vestí para irme con papá.
Antes de salir de mi cuarto, voltee a ver a Hannah, aún seguía durmiendo; lo hacía de forma plácida y adorable, me dio un poco de enojo por esta situación que está pasando en el mundo.
La verdad, tengo algo de miedo al imaginarme el nuevo mundo que se aproxima; no sé que pasará, pero tendré que protegerla ante todo..
[...]
Papá me estuvo esperando en la cochera, con el auto listo para partir; fuimos a una zona afuera de la ciudad para practicar tiro.
Esta zona era perfecta, tranquila, espejada y agradable. Papá colocó latas y objetos para practicar, desde una distancia próxima.
Me enseñó como pararme, como disparar y como asegurarla; me explico que iban a hacer tres ejercicios el día de hoy, donde me pondría a prueba, el primer ejercicio era dispararle a las latas, lo hice en unos 5 minutos entre disparo y disparo.
El segundo ejercicio contaba de disparar unas láminas de puntería que imitaba la figura de una persona, esto en 2 dos minutos.
Papá tenía un cronometro donde media el tiempo de cada ejercicio; en ese duré 4 minutos en acertar los tiros en el centro.
El último era especial, papá me dio balas de goma, un pañuelo rojo y me colocó un chaleco; el también su puso el suyo.
Tercer ejercicio: papá y yo íbamos separarnos por el bosque, el objetivo era quitarle el pañuelo al otro; quien lo logré, gana el ejercicio.
Nos dispersamos cada uno a una dirección distinta, yo me fui por el sur y él, al norte.
Me puse a cubierto detrás de un árbol, pensé en una estrategia para ganar; primero tenía que anticiparme, papá de seguro estaba haciendo lo mismo, tenía que deducir que intentaría hacer, para jugar en contra suya.
Una idea que se repetía era que iba a tenderme una trampa, tendria que ver muy bien mi entorno.
Estuve allí, hasta estar seguro de que iba a hacer, mi idea era emboscarlo hacerle pensar que caí en su juego para ganar.
Pero primero tenía que descubrir que planeaba, me moví con mucho cuidado y cubriéndome en los árboles grandes para observar el terreno, y para ubicar a papá.
Tenía algo de nervios, papá siempre fue alguien impredecible, yo no comprendo sus acciones; el abuelo le enseño así.
El ha estado enseñándome poco, dice que aún estoy en formación.
Por lo que sé, en cuanto actitud, me parezco más a mi madre que a él, soy alguien amable, inteligente, carismático y amoroso con las personas, algo completamente diferente a papá.