Mundo no Verdadero

OCHO

Mundo de las Criaturas Extrañas 
 

Salté hacía la roca que estaba en frente de mí y seguí así hasta que terminé de cruzar el río. El viento chocando contra mi rostro, haciendo que mis mechones rebeldes que están en frente se muevan con frecuencia.

De pronto, detecte una presencia cerca de mi y tiré mi daga hacía donde supuestamente lo había sentido.

— Aún estoy joven para morir Moker, ¿no lo crees?– me devolvió mi daga en un movimiento ágil y lo atrape gracias a mis reflejos.

— Lo siento mucho Brais pero pensé que eras algún intruso del Reino de Hielo.

Brais me miró suspirando y se sentó en la orilla del río y yo hice lo mismo.

— ¿Te enteraste sobre el hijo perdido del Rey de Hielo?– eso atrapó por completo mi atención y dirigí mi mirada hacia Brais, negué con la cabeza.

— Bueno te contaré, es un poco largo. El Rey de Fuego hizo un plan con su asistente Kira, el plan consistía en hacer un sueño fantasioso a la hija de Elena– alce mi cejas pero el siguió—. El Rey se dio cuenta que Olivia vive en el Mundo mortal y que un par de hadas oscuras de nuestro mundo fueron cómplices sobre ello.

— ¿Aiden y Damián?.

— Exacto, luego de eso, al parecer la mente de Olivia no es muy fuerte, aún. Hizo que el hechizo sea más fuerte pero nosotros sabemos lo peligroso que puede ser eso– asentí.

— Puede llegar a perder el control de su mente– dije mirando hacía las montañas del frente.

— Lo sé pero el Rey de Hielo se enteró que en ese mismo día, antes que Olivia caiga en ese sueño, que había conocido a su hijo en el instituto que supuestamente fue.

Aparté mi mirada de las montañas y lo miré como si fuera que vi a mi peor pesadilla. Sorprendentemente eso no me lo esperaba.

— Esto es peor de lo que imaginé.

Maldije bajo para que no me escuchará.

— Pero mira el lado positivo, capturaron a esas dos bestias con alas oscuras.

— ¡No es por eso!– me levanté de golpe haciendo que el haga lo mismo—. ¡Nosotros somos de la misma raza Brais.... somos hadas oscuras!– dije casi gritándole haciendo que me ganará una mirada seria por parte de el.

— Lo sé y también sé que nuestra raza entra en la lista de los "5 razas peligrosas del Valle Achtung" pero nostros no somos puros, solo somos la mitad de esta raza.

Lo mire pensativo y asenti derrotado porqué tenía toda la razón, solo a los puros y malvados eran ejecutados o degollados.

Pero justo yo vengo siendo Príncipe de la realeza. Mi padre adoptivo falleció hace unas décadas y mi hermanastro mayor tomó el trono. El único ser puro.

— Cambiando de tema. Está chica... ¿Olivia?...– asintió asegurandome que ese era su nombre. Soy muy malo con los nombres.

— ¿Qué pasa con ella?– dijo mientras sacaba su botella de licor y empezó a beber.

— ¿Se confirmó que verdaderamente es hija de Elena– dije bebiendo el licor que me convidó Brais.

— Los rumores dicen que si se confirmó pero son solos rumores, algunos pueden ser ciertos o falsos.

Llevé mi mirada hacía las montañas de nuevo, pasó unos minutos, nadie hablaba pero en eso veo una botella en frente de mi.

— ¿Quieres?– Brais había puesto la botella en frente de mi porque vio que no le prestaba atención.

Asenti y bebí un poco. Al ser hadas oscuras, el alcohol no nos afecta tanto como los humanos.

Pasaron los minutos, la brisa hacía que se crearán pequeñas olas en el río y mi cabello se movía haciendo que mechones sé me pongan en mi frente. Solo se escuchaba eso y pude ver que Brais tenía la mirada al horizonte perdido en sus pensamientos.

Los bombos se escucharon de repente haciendo que nos levantaramos de un golpe. Sabíamos lo que se significaba.

Intrusos.

Compartimos mirada entre los dos y en un abrir de ojos, desplegamos nuestras alas y tomamos vuelo rumbo hacía la entrada del reino. Se sentía la tensión del lugar allí.

— ¡Tengo que advertirles!– se oyó un grito cuando comenzábamos a acercarnos al lugar. 

Pude divisar más de cerca que había como mínimo 8 guardias de la realeza. Uno de ellos tenía agarrada a una chica, sé ve que no es de esta zona. Su aura es violeta y poderosa. 

El valle de los dragones.

Pisamos el suelo y caminé hacía ella. Ella me miró y había confusión en su mirada, sé dio cuenta que era una hada oscura.

— Su majestad– hicieron una reverencia.

Hice un gesto con mi mano al guardia que la tenía agarrada y la soltó en un segundo.

— Príncipe Moker, ayúdeme por favor– habló desesperadamente que apenas la entendí.

— Solo dime Moker. Ahora dime ¿Cuál es la urgencia jovencita?.

Ella me miró, bajó su vista para uno de sus bolsillos de su chaqueta y en ella sacó una carta con la inicial S.

Frunci el ceño y abrí la carta. Tenía poco testamento asique ahí mismo lo leí.

Príncipe Moker del reino de las criaturas extrañas.

Le escribo esto porqué es la unica forma que tengo de comunicarme con usted. Pertenezco al Mundo del Hielo, Príncipe Sebastián, sé que entre nuestros mundo hay rivalidad desde hace siglos pero necesito que lea esto. 

Leí el resto del carta sin poder creer lo que me dijo él. Siendo nuestro enemigo, más bien el principe de ahí, sentí su confianza a través de sus palabras.

— ¿Quién le dio esto jovencita?– la miré y me miró con esos ojos negros profundos que tenía.

— El que escribió la carta.

Quedé estupefacto, no había mentiras en lo que había dicho. Era verdad.

— ¿Me permite saber su nombre jovencita?.

— Susan.

<•>

Olivia


Lo seguí, mi mirada estaba en el lugar que caminábamos. Cada vez estábamos más lejos del palacio y decidí no salir corriendo.

— ¿A dónde me estás llevando?– me atreví a preguntar y a romper el hielo que sé había formado.

— Al árbol Fenix Puro.

No entendí muy bien pero no dije nada más. Luego de unos minutos, a lo lejos, se podía visualizar un árbol extremadamente grande. Pero lo más a extraño que no había vida a su alrededor, estaba en el medio del bosque como si fuera importante en ese lugar.



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En el texto hay: romance, magia, sobrenarutal

Editado: 19.04.2024

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