La luz de la luna me hizo despertar apenas. Mi cuerpo se sentía cansado pero ya había dormido demasiado.
A lado de la cama, justo en la mesita, hay un reloj que indicaba que eran las diez de la noche pasadas. Si que había dormido mucho.
Que raro que Elián no haya aparecido... ¿Sé habrá quedado dormido? Sinceramente creo que sí.
Estaba por acostarme de vuelta para reconciliar el sueño, hasta que escuché pasos que se detenía en la puerta de la habitación. Luego de eso, nada más pasó.
Fruncí el ceño y una voz se escuchaba detrás de la puerta y lentamente me acerqué.
Pegué mi oído en la puerta para tratar de escuchar lo que pasaba y oí una conservación.
Esa voz... era de Elián y una chica más que no reconocía de quién podría ser esa voz, pero no le tomé importancia.
—Así que ¿jugaron con su mente? —habló aquella voz femenina.
—Así es, y eso me preocupa. Sé que la mayor parte de lo que le hicieron ver, no fue real. Sin embargo, algunas sí pero no pude lograr averiguar cuáles son y eso me preocupa que sea mucha información para ella —murmuró.
Hubo un silencio por unos segundos y pensé que iban a entrar pero no fue así.
—Tienes que decirle que él viene por ella y lo más seguro que la llevará de vuelta al Reino de fuego —se quedó callada por unos segundos—. Todos sabemos que, él que cruza la barrera, no recordará casi nada cuando vuelva y lo sentirá como que todo fue un sueño. Es lo mismo que ella está sintiendo ahora.
—Lo sé, pero también se metieron a su mente para crear personas falsas de aquí y sabemos que no es así. Solo lo real, fue cuando estuvo en el Reino del Fuego. Tú misma lo viste.
Quedé estática al escuchar eso.
Entonces, ¿Quiénes son las personas que me hicieron creer que existen?.
—Solo fueron algunas personas. Sebastián y sus supuestos amigos. Luego, John y Susan son reales pero no son de este mundo.
Llevé mi mano a mi boca sorprendida. Esto no podía estar pasando.
—Esto será muy duro para ella. Por eso, la medicina que le di, contenía una poción poderosa para proteger a su mente ya que quedó vulnerable ya riesgo de que pueda ser nuevamente manipulada por ella.
¿Ella? ¿Quién es ella?
Me irrita no saber todo y sentir este sentimiento de incertidumbre.
Me alejé al no querer saber más sobre mi miserable vida. Me sentí muy mal por aquella nueva información.
Esto es muy confuso. Mi mente quedó dañada. Genial.
Me sentí otra vez cansada. Por fin, me acosté y no tardé mucho en quedar dormida y olvidar un poco de mi vida.
Espero saber todas las respuestas a este gran problema sin salida...
Automáticamente quedé dormida apenas cerré mis ojos hundiendome en la oscuridad.
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—¡Mami, mira estás bellas mariposas! ¡Son muchas y de distintos colores! —se acercaba más de cerca hacía ellas con una gran sonrisa inocente en su rostro.
Intentó tocar una pero se alejó rápidamente y voló más alto para que la pequeña niña no la tocara.
Ella no se iba a rendir. Quería una mariposa como mascota y lo iba a conseguir a toda costa.
La mujer la miraba mientras bebía su típico café con leche por las mañanas. Miraba a la niña intentando atrapar una mariposa.
Sabía que no se iba a rendir y eso hizo que sonaría con orgullo. Era igual a ella.
La pequeña se le acercaba a su madre con un frasco con una mariposa dentro en sus manos y se lo mostraba con una sonrisa radiante.
—Mami, mami, pude atrapar una mariposa. ¡Si pude! —daba saltitos de alegría poniendo el frasco cerca del rostro de ella.
—Sabía que lo lograrías, mi amor. Ahora vete a guardarla en tu cuarto para que no se escape, pequeña Olivia —tocó la punta de su nariz con su dedo provocando una pequeña risita de su niña.
Corrió a toda velocidad hacia el palacio y suspiro negando con la cabeza con una sonrisa.
Ay, esa pequeña revoltosa.
Desperté de golpe sentándome en la cama y con mi respiración agitada. Demoré un momento en poder distinguir dónde estaba y qué hora era.
Es aún de madrugada. Fruncí el ceño al intentar recordar el motivo de mi despertar arrepentido, hasta que lo recordé.
¿Qué fue ese sueño? ¿Fue verdad o mentira?...
Toco mi frente y sentí un poco de sudor. Por inercia, paso el dorso de mi mano en esa zona.
Todo es muy extraño. Eso se sintió real, como si fuera un recuerdo antiguo y, lo peor, que mi cerebro ya no debe de funcionar por mucha información que recibió de golpe estos últimos días, ya esto sumandole de este raro sueño.
A este punto moriré por dolor de cabeza e información sin fin.
Dirigí mi mirada por toda la habitación en busca de mis cosas hasta que logré visualizar en el escritorio la espada brillante de color rojo. Me acerqué hacía allí y pase mis dedos sobre ella, mordí mi labio inferior al pensar en el plan que tenía en mente.
Espero que funcione mi plan de escape a estas alturas de la noche. Estoy en el segundo piso y no es mucha la altura, así que si podría saltar al árbol que está a menos de dos metros de la ventana de mi habitación. Preparé todo en un pequeño bolso toda la comida que me vino a dejar hoy temprano Elián, no me gusta mentirle a él pero es por una buena razón.
Según yo, claro.
Reí con lo que pensé mientras preparaba unas sabanas unidas para lanzarlas al árbol. Luego de que estaba listo todo, le dejo una nota Elián disculpándome con mi huida y explicándole el porqué lo hice y a donde me dirigía para que no se preocupara por mí, y que luego volveré como le prometí.
Una vez listas las sabanas y arrojarlas al árbol, preparé muy bien mi mochila a mi espalda junto con la manta amarrada a mi cintura. Me subí a la ventana mientra tomaba impulso y no mirar hacía abajo.
Editado: 19.04.2024