Mundos Diferentes

Capítulo 2 — Amigos nuevos

 

 

Capítulo dos.

 

 

—¿Por qué lo dices? —Camina con tanta tranquilidad por toda la habitación, pasa sus dedos por el mueble sucio.

 

—No querrás saber a lo que le hacen a las chicas aquí.

 

Su voz se distorsiona a una muy delicada.

 

—¿Hacen… algo malo?

 

Ella ríe, pero parece que no tiene nada de gracia—Para ellos no es malo.

 

—Este es tu cajón de ropa, pero supongo que no tienes así que puedes usar de la mía.

 

—Claro.

 

—¿Me imagino que querrás bañarte, no?

 

¿Bañarme? Ay no, ¡no había pensado en eso!

 

—¿Darme un baño? —Levanto mi ceja.

 

—Si. Saliendo de aquí, sigues al final del pasillo y ahí encontrarás el baño. Yo me quedaré aquí.

 

Se sube a su cama y ve unas hojas que están arriba de ella, tomo la ropa que me dejó. Salgo del cuarto y las voces de niños se escuchan más fuertes que abajo. Llegó al final del pasillo y doy con una puerta que dice “Baño".

 

Entro, las baldosas son de color crema, el lavabo se ve limpio a comparación con otras cosas del lugar, el inodoro huele malísimo, y la ducha que tiene una tina huele a drenaje.

 

Cierro la puerta con llave, sabiendo que si no lo hago causaré problemas aquí.

 

Abro la llave y agua verde con café comienza a salir.

 

Arrugo mi cara con asco. Cinco minutos después, empieza a salir agua limpia, o eso creo.

 

Me despojo de mi ropa y una vez lista me meto bajo el chorro de agua, sosteniéndome de una agarradera que había. Y sucede lo que siempre me pasa cuando tocó agua, un centellar de luces resplandece de mi cuerpo, brillos comienzan a calar mis ojos y una suave melodía comienza a brotar por el aire.

 

Espero que no se den cuenta del otro lado de la puerta.

 

 

 

~*~

 

 

 

Después de unos treinta minutos después, salgo del baño con una toalla blanca en mi mano. Llego a la puerta que será mi próximo dormitorio y Mila sigue en el mismo lugar en que estaba antes de bañarme. 



—Tardaste mucho en el baño.

 

—Eh… si, no encontraba las cosas.

 

¿Cómo no podías encontrarlas si era lo único que había?

 

Sus ojos no dejan de mirarme por segundos, es obvio que ella no me cree.

 

—Claro… —deja salir un suspiro y se levanta de la cama— Vamos, no tardarán de servir la comida.

 

En el comedor – que era una mesa muy grande- se encontraban ya varios niños. Unos menores que yo y otros de mi misma edad.

 

Me siento al lado de Mila y una chica pelirroja le pregunta, —¿No has visto a Steve?

 

—Nop. —Contesta bebiendo de su jugo.

 

—Así que los rumores eran verdad…—Un chico con ojos oscuros, y tez morena se me queda viendo— Hay una chica nueva. —Sonríe.

 

—Cállate, Dereck. —Lo silencia la chica pelirroja.

 

—No estoy haciendo nada malo, Melody. —Voltea sus ojos— Y dime, chica nueva, ¿cuál es tu nombre?

 

—No lo recuerdo. —Creo que tendré que repetirlo hasta que yo me lo crea.

 

—¿Perdiste la memoria? —Levanta una ceja.

 

—¡Dereck! —Antes de que el chico pueda quejarse, entran dos señoras con bandejas, de las cuales creo que tienen comida.

 

Reparten los platos y casi quiero llorar.

 

¡¿SARDINAS?! ¡Oh por Dios!

 

—¿A-aquí comen sardinas? —Mi voz sale tan temblorosa del miedo. ¡Casi quiero vomitar!



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En el texto hay: ficcion, drama amor, amor pasion

Editado: 08.10.2019

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