Mundos Diferentes

Casa de Thomas

—Me llamo Dylan, ¿y tú eres? —preguntó Dylan con una sonrisa curiosa, pero su voz sonaba un poco nerviosa.

—Me llamo Alicia, soy amiga de Charlotte. Por cierto, vine a decirte que si vamos a visitar a Thomas después de la escuela —me observó con detenimiento, sus ojos brillaban con una mezcla de preocupación y algo más que no pude identificar.

—Sí, claro, por eso te estaba buscando —respondí rápidamente, sintiendo una extraña mezcla de alivio y ansiedad, como si el tiempo apremiara.

—Bueno, los dejo. Al rato te veo, Charlotte —me dio un beso en la mejilla, pero sentí que había algo en su gesto que me dejó con una sensación extraña. ¿Qué pasaba entre ella y Antony?

—¿Thomas es tu novio? —preguntó Dylan, su voz sonaba un poco más tensa, como si no estuviera seguro si quería saber la respuesta.

—No, él es mi mejor amigo. Lo que pasa es que tuvo un accidente y está en casa recuperándose —respondí, con un nudo en la garganta, recordando el momento del accidente. Ver a Thomas herido había sido devastador.

—Ah, muy bien —dijo Dylan, su rostro suavizándose, pero sus ojos no dejaban de escrutarme.

La campana sonó, cortando la conversación y recordándome que tenía que regresar a clases.

—Vamos o llegaremos tarde y no me dejarán pasar —dije con urgencia, apretando mis cosas contra mi pecho mientras caminaba apresurada hacia el salón. Literatura, mi materia favorita, me esperaba.

Llegamos a clase. Me senté en mi lugar habitual, y Dylan se sentó a mi lado. Miré a la maestra, sintiendo una mezcla de gratitud por estar en una clase que me gustaba tanto, pero también algo de incomodidad por la tensión entre nosotros. La maestra nos permitía leer lo que quisiéramos, usar audífonos y centrarnos en lo que nos apasionaba, pero algo en mi interior me distraía.

De repente, me acordé de la hermana de Dylan y, sin poder evitarlo, le pregunté:

—¿Dónde está tu hermana?

—No lo sé, me parece que se sentía mal y se fue a casa. Es que ella no puede dormir, y todo ese rollo —dijo Dylan, un poco triste, rascándose la cabeza con nerviosismo.

—Ah, muy bien —respondí, notando cómo su tono había cambiado.

No me había dado cuenta de que la maestra nos estaba observando hasta que me habló.

—Señorita Charlotte, ¿algo que tenga que comentar? —su voz era firme, pero no pude evitar sentirme atrapada, como si me hubiera pillado en el acto.

—No, lo siento —respondí rápidamente, mi rostro enrojeciendo de vergüenza.

El timbre sonó, y mi corazón dio un salto. Tenía que encontrar a Alicia.

La encontré hablando con Antony. Algo estaba pasando entre ellos. Lo supe por cómo se miraban, por cómo se reían con esa complicidad que no pude ignorar. Alicia nunca había sido tan cercana con nadie, y mucho menos con alguien como Antony, nuestro eterno enemigo. Si Thomas se enteraba de esto... Alicia no podría perdonarse.

Me acerqué a ellas, mi estómago se retorcía.

—Alicia, disculpa, he interrumpido algo, pero ¿ya nos vamos? —mi voz temblaba un poco, sin saber si debía mencionar lo que había visto.

—Ah, sí, ya iba a buscarte. Solo que me encontré con Antony y me distraje, lo siento —dijo Alicia, sonriendo nerviosa, pero no pude evitar notar algo extraño en su mirada. ¿Qué estaba pasando entre ellos?

—Vamos, pues —respondí, sin querer presionar más, pero mi mente no dejaba de pensar en lo que había observado.

—Sí, claro —dijo Alicia con una sonrisa forzada, antes de despedirse de Antony. Sus palabras fueron rápidas, casi apresuradas.

Nos dirigimos a mi auto. El motor rugió al encenderlo, y un silencio incómodo se instaló entre nosotras. Necesitaba preguntar algo que me rondaba en la cabeza.

—Alicia, ¿verdad que te gusta Antony? —mi voz era suave, pero no pude evitar la tensión en mis palabras.

—¿Qué? ¡¿Cómo se te ocurre pensar eso?! Sabes que si eso pasara, me mataría Thomas —respondió Alicia, un poco sorprendida, pero algo en su rostro me decía que no lo estaba tomando tan a la ligera como debería.

—Sí, pero sé que te gusta porque te conozco. Tal vez tienes miedo de que yo se lo diga a Thomas, pero no deberías preocuparte. Tarde o temprano íbamos a crecer y empezaríamos a enamorarnos de alguien. A veces los sentimientos son los que deciden con quién debemos estar, no nuestros amigos. Yo te apoyaría si fuera así —dije con sinceridad, mirando al frente mientras conducía, el corazón acelerado por todo lo que se avecinaba.

—Gracias, Charlotte —hubo un silencio tenso, y luego, finalmente, Alicia habló de nuevo—. Sí, me gusta, pero no entiendo cómo lo sabías.

—Por favor, te conozco desde los tres años —respondí con una sonrisa triste. Era imposible ocultar lo que veíamos las dos en el otro.

—Sí, es cierto, no podría mentirte —respondió ella, riendo nerviosa.

De repente, la canción My Castle In The Sky de Our Last Night comenzó a sonar. Nos miramos y, al instante, comenzamos a cantar a todo pulmón, nuestra forma de liberar la tensión. La música nos envolvía, y por unos minutos, todo parecía un poco más ligero.

Llegamos a la casa de Thomas y toqué el timbre con el corazón latiendo con fuerza en el pecho.

La mamá de Thomas abrió la puerta, sonriendo amablemente.

—Venimos a buscar a Thomas —dije, mi voz ahora un poco más suave, mientras la ansiedad crecía por ver a mi amigo.

—Entren, creo que aún no se ha despertado. Ayer, por lo del accidente, durmió muy tarde y sigue dormido, pero ahorita le aviso que están aquí —respondió, invitándonos a pasar.

—Está bien —dije, respirando hondo.

La mamá de Thomas regresó 10 minutos después y nos dijo:

—Suban, está arriba, en su habitación.

—Muchas gracias, señora —respondí, con la voz un poco temblorosa, sintiendo el peso de lo que estaba por suceder.

Subimos las escaleras con paso firme pero nervioso. Tocamos la puerta de su habitación.

—Pasen —respondió la voz de Thomas, suave pero con un tono cansado.



#15601 en Fantasía
#8757 en Thriller
#3455 en Suspenso

En el texto hay: misterio, asesinos, amor

Editado: 01.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.