Capítulo 7

Liam

Desde la última vez que vine todo era diferente, y tiene sentido porque las cosas no son iguales toda la vida, siempre hay un constante cambio. Hablar con la mamá de Emily fue agradable, siempre fue agradable hablar con ella, solamente que ahora era diferente porque yo ya no era un niño pequeño y malcriado, aunque con ella jamás fui malcriado o algo parecido. 

En ese momento sentí demasiada confianza como nunca. Luego mis oídos escucharon salir mi voz algo que ni siquiera yo sentía que fuese real.

—Tengo un tumor. —Ella iba a decir algo pero yo la interrumpí—. Emily.

Luego de pronunciar su nombre, vi como se desmayaba y antes de que cayera al piso, corrí a agarrarla entre mis brazos.

—Emily. —dijo su mamá.

Luego me indicó que la llevará a una habitación, la puse en la camilla. Al lado de la camilla había una silla y me senté en ella, y observé a Emily. Su mamá también se quería quedar pero tenía cosas que hacer, así que yo me encargue de cuidarla.

Ella se veía distinta a como era de niña, ahora parecía un poco más triste, y su sonrisa que tenía de niña era más inocente y sincera, lo que trataba de decir era que sentía que habían pasado cosas las cuales se habían llevado a esa niña inocente que conocía.

Luego de una hora ella despertó, y lo primero que vio fue claramente a mi.

—¿Qué pasó? —me preguntó tocándose la cabeza y sentándose en la camilla.

—Te desmayaste. —le dije, no sabía qué más decir aunque una pregunta estaba dando vueltas en mi cabeza—. ¿Qué pasó?

—Recuerdos, —me miró, y sus ojos transmitían nostalgia—. de los cuales quisiera olvidar. Hay recuerdos que son bonitos, y hay otros que te torturan. 

—Sé cómo se puede sentir eso, pero recordar lo vivido te puede hacer madurar de una cierta forma, sea bueno o malo. —suspiré—. ¿Quieres irte a casa? 

—Si, por favor.

Hablamos con su mamá un rato y luego nos dirigimos a su casa, esta vez tomamos un taxi.

Hay cosas que he vivido y no me han hecho madurar o reflexionar de una cierta manera, pero al enterarme que tengo un tumor, a cambiado una cierta parte de mi mentalidad, y no se si es el tumor el cual me está afectando, pero fuese lo que sea, creo que me está haciendo bien.

Cuando llegamos, ella quiso ir directo a su casa, la acompañé hasta la puerta y luego nos despedimos. Cuando llegué a casa de mi abuelo, le conté lo que había sucedido, y conversamos un poco sobre el tema.

—¿Quieres descansar? —me preguntó.

—No me vendría mal una pequeña siesta.

Mi abuelo me indico cual iba a ser mi habitación en este tiempo el cual iba a estar con él. Quería saber que le había pasado a Emily, pero se que debía descansar y creo que yo también. Luego de tener una larga siesta, me dirigí a bañar, cuando termine llamé a Olvier. 

—¿Qué tal? —me pregunto.

—Pues todo bien.

—¿Y ella?

—Fantástica —dije recordando como me mostraba la ciudad.

—¿Solo eso? 

—Más que eso. Me hubiese gustado estar más tiempo con ella.

—¿Pero qué pasó?

—Tenía que ver a un amigo, y luego de hablar con él se desmayó. —dije un poco entristecido—. Aunque sigo con la intriga de que paso, y quizás ese ¨ese amigo¨no sea solamente eso.

—Quizás te equivocas.

—Espero hacerlo. ¿Y tú? ¿Qué tal?

—Vino…—estaba dudando entre contarme o no— Jhon.

—¿Y qué quería ese imbécil? —dije enojado. Luego por mi mente pasó la idea de que le hubiese hecho algo—. Espera ¿Te golpeo?

Se quedó en silencio y lo entendí —Esperaba encontrarte. —dijo con una voz un poco cansada—. Y me dijo que si te veía te iba a matar, por lo que le hiciste.

Antes de venir acá fui a una estación policial y lo denuncié por venta de droga, fueron al lugar donde dije que se vendía y atraparon a unos cuantos de sus trabajadores. Y aparte de eso, lo están buscando. Así que para este punto él ya me debe desear todo el mal que pueda existir. 

—Espero encontrarlo para darle su merecido. No me da miedo su estúpida amenaza. —dije enojado.

—No hay que hacerle caso.

—Lo siento.

—No es tu culpa que me golpee o que sea un estupido. Disfruta estar por allá.

—A ella la sentí… diferente, no es la misma que hace unos años. Siento que le quitaron la sonrisa dulce e inocente que tenía.

—Debes entender que al pasar de los tiempos todos cambiamos. 

—Tienes razón.

—Si no estás convencido, anda a buscarla y no sigas siendo un imbécil. Y devuélvele esa sonrisa que tanto te encanta.

—Gracias, mañana hablamos. 

Él cortó la llamada.

Vi la hora y era demasiado tarde, así que decidí buscarla mañana temprano. Iba a intentar de todo para volver a traer a la antigua Emily. 

***

Estaba en la puerta de su casa. Iba a tocar pero la puerta se abrió.

—Hola. —me dijo.

—Eh…hola. —dije un poco nervioso, y rascándome la nuca.

—¿Qué se te ofrece tan temprano? —dijo con el ceño fruncido pero con una sonrisa en la cara.

—Pues ayer me quedé preocupado por como estabas. —dije un poco nervioso. Y no sé porque andaba tan nervioso—. No quería venir a molestar tan temprano…

Antes de que pudiese decir algo más, me puso la mano en el brazo.

—Estoy bien. No te preocupes mucho. —me dijo—. Pero gracias por el gesto de venir temprano, y preocuparte. —pensé que lo decía con un poco de sarcasmo pero en su tonalidad no se noto nada, así que lo decía sinceramente—. ¿Quieres acompañarme a un lugar?

Acepte. Luego subimos a un taxi y nos dirigimos a un lugar con muchos árboles. Estar con ella era tranquilo, aunque aún tenía muchas dudas sobre ella pero no quería recargarlo de dudas que en este momento creo que no importan.

—¿Y a dónde vamos exactamente? —dije curioso.

—Es un lugar especial y secreto para mí. 

Cuando llegamos vi un pequeño arroyo. Yo no era un chico de naturaleza o que me gustara algo por lo normal, pero este lugar sentía una libertad y tranquilidad inexplicable, no estaba seguro de si era el lugar o era la persona la cual me acompañaba que me hace sentir de esta forma.