Los Generales de Urin
La noche llega mientras Sarah y Chris viajan con destino a la tierra, un viaje bastante reducido gracias a los cuatro caballos que impulsan el carruaje obsequiado por Leila.
—Puedes dormir un poco si deseas, yo me encargaré de guiarnos el resto de la noche—dice Sarah.
—Estoy bien no te preocupes, me gustaría preguntarte ¿Qué ha pasado en la tierra todo este tiempo? —habló Chris con curiosidad.
—Lo siento Chris, no te gustará la respuesta que te pueda dar—habla Sarah con melancolía.
—Solo ha pasado un mes, ¿De verdad es tan malo lo que puedas contarme? —dice Chris desconcertado.
—Perdimos, no pude defender la tierra…incluso pelearon a nuestro lado los países que no aceptaron el mandato del nuevo orden mundial—habla Sarah mientras desvía su mirada del rostro de Chris.
—¡IMPOSIBLE! ¿Perdimos incluso con el apoyo conjunto de toda la tierra? —habla Chris exaltado.
—Después de que ustedes atravesaron la brecha pensando que los soldados de Urin retrocedieron, las cosas empezaron a salir mal; a los dos días regresaron con un ejército inmenso el cual no logramos frenar…invadieron cada ciudad y lugar de la tierra a su antojo—Sarah pausa su relato para acariciar las manos de Chris—en el mes que se ausentaron intentamos defender las ciudades principales pero fue imposible, sus guerreros son imparables y ya no existe la tierra que una vez conociste, si en verdad existe el infierno pues ahora la tierra lo es.
—¿No queda nadie luchando por la tierra? —pregunta Chris angustiado.
—Aún quedan algunos ejércitos en pie, pero son muy pocos para aguantar otro ataque de Urin—Sarah suelta las manos de Chris y aprieta sus puños con ira— lo intenté, te juro que hice lo que pude, luche codo a codo con cada uno de ellos incluso mi don creció de una manera que nunca imaginé, evite demasiadas muertes, pero ya no puedo seguir luchando sola—una lágrima desciende por las mejillas de Sarah.
Chris quedó paralizado por unos segundos.
—Lo lamento… no estuvimos contigo cuando nos necesitabas—Chris abraza a Sarah intentando consolarla.
—No te lamentes, aunque ustedes hubieran estado el resultado hubiera sido el mismo, la única solución es que alguien nos ayude del otro lado de la brecha—habla Sarah mientras retoma la compostura.
—También te falle en eso Sara…—dijo Chris triste.
—Las cosas no salieron de la mejor manera en Edemia pero Leila me contó que Edward conseguirá un ejército en el reino de los esclavistas—Sarah habla intentando animar a Chris.
—¡Si! — exclamó Chris con entusiasmo
—El último punto de resistencia fue el lugar donde crecimos, él cuartel 51, fue el sitio donde se reagrupó el ejército más imponente y numeroso, para muchos la caída del cuartel significaba perder la tierra. Fui la encargada de dirigir el ejército, sabía que no podríamos solos así que decidí buscar un poco de ayuda.
—¿Qué clase de ayuda? —pregunta Chris interrumpiendo el relato.
—¿Recuerdas a Dante? — pregunta Sarah.
—Si…—responde Chris con desconcierto.
—Pues Dante me ayudó a proteger la tierra—habla Sarah con una sonrisa.
Chris mira a Sarah con severidad y no menciona ninguna palabra.
—Tenías que verme… por primera vez me sentí valiente y persuasiva como Edward—dijo Sarah con los ojos llenos de orgullo—nuestro primer encuentro no fue tan amigable, Dante no estaba muy contento de verme— la sonrisa de Sarah se convierte en un rostro de molestia—los guardias lo torturaban todos los días, su rostro estaba lleno de cicatrices, los malditos le habían mutilado los dedos meñiques; le ofrecí un poco de comida e intenté entablar una conversación pero me miraba con desprecio y no soltaba ni una sola palabra, no hablo hasta que le mencioné que Urin había tomado casi todo la tierra.
—Sarah…—dijo Chris, pero fue interrumpido por Sarah.
—“Morirán todos”, fue lo que me dijo Dante y después se quedó en completo silencio y le dije: “Tu gente ya escogió, escogió que te pudras en la cárcel y lo siento mucho…déjame curar tus heridas por favor”
— Él mató a mucha gente Sarah—dice Chris.
— Nosotros también lo hemos hecho, pero eso no cambia que merecemos ser tratados con un poco de dignidad, su semblante se quebró y vi un hombre abandonado y herido aun así me pidió perdón por lo que había hecho, fueron sinceras cada una de sus palabras—Sarah se detiene un momento para ver la cara de arrepentimiento de Chris— pedí su ayuda para proteger la tierra, él aceptó, pues tan solo quería un lugar al cual llamar hogar sin embargo sabía que no podía confiar en él, pero su ayuda era fundamental para poder resistir el ataque.
Estuvo conmigo en las primeras filas de la batalla y en mi mente pensé que en cualquier momento me traicionaría o tal vez me dispararía por la espalda con alguna de sus dos armas.
—Fuiste muy valiente Sarah—habla Chris con orgullo por las hazañas de Sarah.
Editado: 22.05.2022