El dolor que sentía me hacía débil creí agonizar mi tenía claro que estaba pasando , aún creía estar volando pero luego ese dolor tan fuerte pulzandome todo el cuerpo, me decía todo lo contrario; estába en el suelo mis ojos cerrados con fuerza las lágrimas me empañaban los ojos cuando trataba de abrirlos me retorcía en el suelo con mucho desespero ahora que me habían quitado todo me sentía al descubierta y vulnerable. El peso familiar en mis hombros había desaparecido, aquella flecha habida atravesado ambas alas y a su vez las había arrancado de la manera más despiadado posible. Esta vez todo parecía irreal, todo giraba entorno a mi dolor la oscuridad me acompaña y hacia que sientiera más frío temblaba de dolor, miedo y desconcierto entonces grite, grite tan algo y fuerte como puede y lo hice hasta quedarme sin voz, hasta que mis pulmones no soltaron ni un poco de aire más y hasta mi garganta ardió. Una sombra merodeaba por le lugar oyendome gritar y viedome revolcar en el suelo. abrí los ojos de golpe me encontré con los ojos de Beatriz inyectados de sangre si nariz rota y múltiples golpes en si rostro, con la lis que me ofrecía la luna eso era lo único que pido apreciar. Se veía faltan u con mucha ira. Entre jadeos constantes quise preguntar porque estaba allí o porque lo había hecho ¿Por qué mis alas?, Pero antes de dejar soltar alguna palabra.
– Sus ojos se volvieron blanco no tenían iris y puso su dedo en mi entrecejo, múltiples imágenes abarcaron mi mente como un torbellino de ideas, momentos en los que no estuve y aún así veía que ocurría y a cada persona que estuvo allí, recuerdos que ni eran míos mi cabeza se de atrás con tanta fuerza que quede tendida en el suelo. Cerraba mis puños don fuerza y oía rechinar mis dientes, solo quería que se detuviera pero podía, golpeaba la área y enterraba mis uñas al suelo frio...
Por dónde detuvo y en mi cabeza solo hubo paz.
– Lo que había en mi mente, eran más que simples recuerdos que no me pertenecían, era la verdad. Nunca existió Henrry mi los exterminadores era una excusa para quedarse con la gema, manipuló o guardianes inocentes y aquel hombre solo había sido preso de su amor y condenado a ibedecerle junto con los demás. Ella fue la primera en encontrarme el día que tropecé con el sujeto, desde Entonces solo siguió oculta, espiando jamás hubo una misión a la cual acudir, solo esperaba el momento para poner si ola. En marcha. Y yo, siempre fuí una pierda en su zapato esa era la pague de esta historia que faltaba por eso nada encajaba, la realidad me golpeó de
repente, entonces ella asesinó a mis padres, a mi familia.
Su tono de voz era severa y no vaciló mucho antes de hacerse escuchar.
– ¿Porqué? ¿Porqué? ¿Porqué? Si todo iba marchando bien mi ola, pero tenías que entrometerte.
– Henrry, ¿solo fue una distracción? -dije con mi vos rota-
No respondió a mi pregunta, solo omitió mi intervención.
– ¡Mira lo que hicieron conmigo! -grito señalando su rostro- los brujos ahora están contra mi, casi me asesinan -gruño-
– ¿Porqué haces todo esto? -le había hecho esa pregunta varias veces, en segundos cambié la pregunta, casi en un hilo de voz porque aún estaba débil y dolía cada parte de mi.
– ¿Porque simplemente no me desapareciste y asunto arreglado?
– ¡Por que por alguna razón no podía saber dónde estabas! Aunque creas que si. Después de internar extraer la gema, creí que habías muerto, y así no me sirves para nada, contigo muerta la gema pierde su poder. Ya no gritabas ni te revolcabas si siquiera gemías, te deje ahí, con una buena cuadrada. Volví, y horas después te lleve a un cementerio allí alguien podría encontrarte y simplemente enterarte, pero sobreviviste por obvias razones. Y jamás hubiera sabido dónde estabas, sino te hubieran topado con Evans jamás lo hubiera sabido; tiempo después me enteré que como portadora de la gema eso anulaba mi poder en ti.
–Yo cree a los exterminadores, yo maté a tu familia y a Emili, yo hice que ellos atacasen para quedarme con la gema, pero como es obvio tú estabas ahí.