Muñequita de porcelana

Avaricia

Después de despedirnos, cada uno tomo sus cosas, lo que no me percataba, era que todos estaban estáticos e inmóvil, como si vieran a un espanto, y no entendía; ya que me encontraba de espalda hacia la salida. Me giro para saber de que se trata y que tiene a todos de esa forma. Estaba el mismo hombre parado en el marco de la puerta con la misma mirada incrédula de hace unas horas atrás. ¿Quería decirme algo?, ¿Me odiaba tanto por parecerme a mi madre?, ¿Que era lo que tenía para que mirara de esa forma?, camina hacia mí, y los treinta pares de ojos que aún seguían aquí, solo estaban puesto en este hombre y yo, como si esperaban que en cualquier momento del techo caería una bomba y destruyera todo el lugar. Se posicionó frente a mi, a unos veinte pasos. Y ahora sí lo podía detallar muchísimo más que antes. Sus fracciones son tan varoniles pero atemorizantes, Lucia como un auténtico villano apunto de haber acechado a su víctima. Sus ojos tenían unas ojeras notorias y una que otra arruga medio asomada. Sus ojos eran redondos de colores grises, su cabello negro peinado hacia atrás; con unos cuantos cabellos rebeldes que le caían en la frente. Tenía una barba espesa y oscura, su tono de piel era tan pálida, muy palida como la leche que hacían contraste con el gaban que traía puesto. Mire a mi alrededor y todos seguían mirándonos con demasiada cautela, deseaba salir de este lugar lo más pronto posible o me iba a mear del nervio.

En mi visión apareció Madame, dándome el respiro y la tranquilidad que necesitaba para volver a la vida.

—ni se te ocurra acercarte, por muy jurado que seas, espero que no te interpongas en su camino.

Sigue mirándome, ignorando totalmente las palabras que Madame acaba de decir y esboza una risita burlesca dejándola con el habla en la boca mientras sale del salón, dejando una escena digna de alguien que le vales nada.

Si antes las personas estaban intrigadas por lo que estaba pasando, ahora estaban en fuera de lugar, porque hasta yo no sabía ni mucho menos entendía lo que acaba de suceder.

—¿Te hizo algo? —busca frenéticamente por todo mi cuerpo

—por favor, tía, detente, todos nos están mirando

Ella se gira lentamente al ver a todos los que se encuentran aquí, y vuelve tomar una postura de autoridad, mientras respira hondo al darse cuenta que estoy completa.

—la otra audición es la semana siguiente, así que tomemos nuestras cosas y nos largamos —la criada acata la orden tomando mi maleta y nos detenemos bruscamente por el llamado de Loty.

—¡Oh, por Dios!, es usted, ¿Madame Dumont?

Ella respira y sonríe, mientras asiente.

Loty y otras chicas se acercan para halagarla, pero se que lo de hace un rato la tiene intranquila, y más aun a mí, porque no tengo idea de que es lo que está sucediendo.

Cuando hemos llegado a la casa, no puedo evitar hablar. Son tantas cosas en un mismo día.

—se que te encuentras nerviosa, angustiada, y de paso con mal humor, por el mal rato de hace poco, pero me puedes decir ¿que es lo que está ocurriendo?

Respira como si exactamente quisiera evitar el tema.

—solo mantente alejada de ese hombre, ¿Me entiendes?

—¿Cómo quiere que entienda?, si no se que es lo que está pasando. Primero lo del diario de mi madre, luego Loty salió diciendo cosas que no entendía sobre nuestra familia y su pasado, es algo que yo desconozco, hasta un extraño sabe más cosas de mi vida que yo misma, y para añadir algo más, ¿En serio?

Su cara es de preocupación, y se me viene encima como si me hubieran echado sobre mi una maldición que se había guardado la humanidad.

—¿Que te ha dicho, esa chica, dímelo? —me estremece con sus brazos— ¿Que te dijeron?

Está histérica, más bien neurótica.

—¡Calma, tía, me estás lastimando

Se da cuenta de lo que está haciendo y comienza a disculparse.

—lo siento, yo de verdad lo siento, solamente no quiero que te me hagan daño, a ti no, ¿Okey?

—lo entiendo, pero necesito saber de, ¿que guerra hablan?, ¿Quien es ese hombre?, ¿Quien diablos son los Valoy?, ¿Por qué ese hombre fue el rival número uno de mi madre?

Comienza a caminar de un lado a otro.

—Lola, retirarte y asegúrate que nadie escuche esta conversación, ¿Me entendiste?

—si, señora.

Y con eso se va, dejándome sola con mi tía. Pasan unos dos minutos, para asegurarse de que nadie esté lo suficientemente cerca, y vuelve a mirarme.

—son demasiadas cosas a la vez, pero todo tomará su tiempo, porque lo sucedido, aún es la hora y sigue doliendo me como la primera vez. No sabías de estás cosas, por el hecho de protegerte. Ya no eres una niña pequeña y las cosas están tomando su lugar. Solo te puedo decir, los Valoy, son una familia despreciable; y nos declararon la guerra hace muchos años. En el mundo del ballet tienen mucho poder y también en la milicia, así que tenemos que ir con cuidado mientras compartimos los mismos espacios que ellos. Sobretodo de ese hombre, Malakai Valoy, siempre tan soberbio y ególatra, siempre quiso el lugar que ahora tiene, así que te pido que desde ahora que lo sabes, me mantengas al margen de todo. Entre más lo evites, mucho mejor serán las cosas para todo, ¿Me entiendes? —asiento— con el pasar de los días, te seguiré comentando todo lo que desees saber, ¿Okey, mi niña?




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