Muros del Pasado

Capítulo 16

PV Will

Me encontraba en la puerta del colegio de mis hijos apoyado en mi amado SUV. Tenía la sensación desde que desperté esta mana, de que algo me tiraba con más fuerza que otros días a venir hasta este lugar. Estaba viendo como mis dos revoltosos corrían hasta la fila donde les esperaban sus amiguitos de clase, cuando el grito eufórico de una niña llamo mi atención.

  • Mami, mami, mira cuantos niños de mi edad voy a poder hacer muchos amigos nuevos.-grito una niña castaña de ojos grandes tirando del pantalón de su madre.
  • Sí, mi amor aquí vas hacer muchos amigos.-le contesto la mujer haciendo que mi pecho vibrara solo con escuchar su voz.
  • Me acompañas hasta mi fila mami.-le rogo la pequeña agarrando el bajo de su camiseta azul de tirantes.
  • Claro que si cariño.-le contesto revolviendo el cabello de la niña.

Fije mis ojos en la propietaria de aquella voz tan melódica para mis oídos. La vi caminar lentamente detrás de la niña de cabello castaño que corría con una sonrisa tan radiante en su rostro infantil. Estaba seguro que había visto a esa pequeña antes, pero ahora mismo no conseguía saber de dónde. En ese momento un llanto conocido para mí se escuchó por todo el lugar haciendo que mis ojos se pusieran a buscar a la propietaria. Cuando encontré a mi pequeña Alexia tirada en el suelo con un golpe en la frente y a su hermano agarrando a otro niño por la camiseta listo para pegarle un puñetazo. Sin pensarlo dos veces me incorpore para ir hasta mi hija, pero algo hizo que me detuviera en seco. Mi alma en ese momento se encontraba embobada de ver la escena que mis ojos estaban grabando como un espejismo en mi mente.

De rodillas delante de mi pequeña llorosa, se encontraba mi diosa, la madre de mis hijos, la mujer que desde el primer día ha gobernado todo mi ser. Alex se encontraba prácticamente sentada encima de sus gemelos mientras que sus piernas estaban totalmente pegadas en el suelo. Alexi, se encontraba mirando fijamente a los ojos de la mujer que le dio la vida sin saber realmente que era su madre quien le había ayudado a levantarse. Una de las fantasías y sueños de mi pequeña, era que su madre estuviera con ella para ayudarla a levantarse del suelo al mismo tiempo que le decía palabras bonitas.

  • Ya paso mi pequeña, tranquila mi niña solo ha sido un rasguño.-le dijo tiernamente besando el golpecito que tenía en la frente de nuestra pequeña.
  • Gracias por ayudarme señora.-le agradeció Alexi sonriendo tiernamente.
  • Mami, se ha hecho alguna herida.-le pregunto la niña que había visto hacia tan solo un momento.
  • Tranquila Sele, ya la revise y solo tiene el golpecito de la frente.-le contesto a la niña tocando con sus dedos índices las naricillas de las dos niñas.
  • Me alegro que ese niño no llegara a hacerte daño, yo me llamo Selene García, ¿quieres ser mi nueva amiga?-se presentó la niña de grandes ojos marrones agarrando firmemente la mano de mi hija.
  • Yo también estoy feliz, yo me llamo Alexia Valcárcel y este es el tonto de mi hermano Duncan, si quiero que seamos amigas.-le sonrió mi niña abrazando a la otra pequeña.
  • Te llamas igual que mi mama, verdad mami.-comento Selene mirando a la mujer que amaba con ojitos tiernos.
  • Si mi amor, tenemos el mismo nombre.-confirmo Alex levantándose suelo, mirando a nuestros dos hijos con incredulidad y felicidad al mismo tiempo.
  • Duncan, ¿tú también quieres ser mi amigo?-le pregunto la niña entusiasmada a mi hijo que miraba seria y fríamente la escena sin hablar.
  • Por mí no hay problema.-contesto Duncan algo seco sin lograr despegar sus ojos de su madre.
  • ¿A qué clase vais vosotros dos?-pregunto Alexia con ferviente interés.
  • Estamos en 5 años A.-contesto Alexi relajada.
  • Igual que yo mami, ya tengo dos amigos en mi nueva clase, ya no seré el bicho raro de la clase por ser más pequeña que el resto.-comento Selene abrazando a mis hijos.

En estos momentos yo era un simple espectador, alimentándome de esa agradable conversación que estaba invadiendo mi pecho de algo tan cálido que no quería perderlo otra vez. Lo que no podía comprender era esa mirada de incredulidad que se plasmaban en los ojos del amor de mi vida. Era como si estuviese viviendo un sueño del que no quería despertar. Mis ojos siguieron todos sus movimientos al levantar su mano izquierda. Llevaba con ella aquel reloj que le regale antes de marcharme de su lado aquel día. Como podre perdonarme el haberla dejado sola cuando el peligro acechaba, cuando estaban buscando mi tendón de Aquiles.

  • Bueno niños ya basta de cháchara, vayan a su fila que van a llegar tarde a clase y eso que están en la puerta.-les ordeno Alex a los tres niños con voz seria.
  • Hasta luego, te amo mami.-se despido la pequeña Selene tirándole un beso a su madre.

Los ojos de Alexia me estaban haciendo sentir un grandísimo impulso por estrecharla entre mis brazos y no dejarla ir a nunca más. Sus ojos no brillaban como era lo normal, sus ojos estaban algo apagados y parecía que algo le faltaba a su alma para estar en paz.

  • Travis, gracias por cuidar a mis hijos en nuestro lugar, gracias por darles el amor que a mí me prohibieron darles.-menciono sin despegar la mirada del lugar donde estaban los niños.
  • No tienes por qué darlas.-le conteste sin saber que decir.

Porque me ha confundido con mi hermano, vale que somos gemelos, vale que con esta chaqueta no podía ver el tatuaje que se encontraba en mi hombro izquierdo, pero ella nunca nos había confundido antes, ni si quiera cuando el tatuaje como en esta ocasión se encontraba tapado.

  • No sabes lo que he vivido desde aquel día que me apuñalaron, llevo cinco años creyendo que mis hijos habían muerto al igual que Will por culpa del desgraciado que me tiene presa.-menciono con un tono de voz que me tenía totalmente consternado, pude ver como el teléfono que tenía antes de desaparecer se encontraba entre sus manos.




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