Me dejo en las ramas de ese Árbol con mi corazón en el puño. Vigilaba cada siseo del viento por los árboles a la distancia. Recordé aquel fatidico dia en el que me encontraba en una situación similar tratando de no morir por hipotermia.
Escuchaba ramitas romperse y respingaba cada que ocurría.
Si no pasaba nada me quedaría quieta pero si algo remotamente peligroso aparecía a la vista no estaba segura de seguir al pie de la letra su instrucción.
El dilema consistía en no saber de donde nos trajo específicamente, pero por la similitud de los árboles, el tipo de vegetación se parecía al bosque en las cercanías de mi continente.
Los ruidos del bosque me gritaban a algo o alguien muy cerca.
Aguante la respiración cuando tres personas aparecieron debajo del árbol de un lado. No eran comunes, la niña de ojos azul hielo, el tragaformas que nunca se desprende de su piel escamosa y Uriel estaban en el centro vestido de militar con fachada humana.
Todos habían desenfundado sus armas y la cara del cazador se había apoderado de Uriel, aun tenía unas marcas amoratadas en el cuello y en lo blanco de sus ojos las venas se habían roto.
-Uriel, volvamos al cuartel te he dicho que no vi nada hace un kilometro- regaño Ailee a Uriel.
-Creí ver... Ah ¡ Ya no importa! Volvamos el Supremo vendrá en minutos, hay que movilizarnos antes que él - dijo con ronquera Uriel.
Ambos asintieron y comenzaron a dar la vuelta. Entonces ocurrió... Axis se dio cuenta de algo peculiar en el árbol de junto. Dejó su Rifle en la espalda y sacó un cuchillo muy chico de doble filo y del otro bolsillo de su cinturón sacó un frasco, lo estrelló en la base del árbol, mi árbol.
Vi cómo las marcas en triángulo desaparecian. Axis alzó la vista con el cuchillo saliendo de su mano listo para clavarse con precisión en mi pierna. Ya estaba en pie pero no lo esquivara por mas que me moviera en mi reducido espacio. Claro el cuchillo no me atravesó y luego del destello blanco de mi escudo, me vi arrojada atrás, eso si lo previ así pude ir acomodando mi cuerpo para no caer de espaldas. Media voltereta me hizo caer sin tanta complicación en mis dos pies.
-¡Capitán!- llamó Axis de forma innecesaria. El esplendor del escudo le daba a los más cercanos la ubicación de nuestra posición.
-¡Axis!¡ No dispares!- llegó precipitadamente Uriel apuntando a Axis a la cabeza y tras ver que no tenía arma en mano la bajo.
Nos miramos por un corto instante.
-¿Donde esta el celestial?
Axis y Ailee ya tenían sus pistolas desenfundadas buscando.
-No está aquí... por el momento- alcé el mentón como Eurus solía hacer para demostrar superioridad.
Era complicado si tenía miedo pero no tanto. No como debería. Lo ocurrido en el castillo de la reina me dejo con la fortaleza.
-¡Tenemos que hablar!- me gritó dando dos pasos enormes en mi dirección y yo retrocedí agazapada lista para correr gritandole a Eurus.
-No- le conteste.
-¿Como diablos se te ocurrió irte con un celestial? ¿Acaso no sabes que te quiere matar?-me gritó con expresión de loco.
-¡No es el único! Al menos él fue capaz de impedirlo- le defendí tan enfadada como él.
-¡CLARO! Se me olvidaba tu confianza en el. ¿Cuanto llevas de conocerlo? Cinco días seguro te apantallo con su porte de imbécil. ¿POR QUÉ NO CONFIASTE EN MÍ?- Su elevación de voz era abrumadora. Daba paso tras paso, acorralandome.
-¡Ah! se me olvidaba, como fuiste tan cálido y acogedor en tu pequeño laboratorio para drenarme la sangre. No te reconoci eras otro. ¡Eres otro!- la bilis me salió por la boca.
-Si lo fui pero no creí que te la tragaras. Fue una farsa me podían monitorear de cerca, todos te buscaban.Si mi padre te encontrace te despacharia de inmediato- me confronto, desde que iniciamos a gritarnos se escuchó inmensamente triste. No me deje llevar. Ya le había dado suficientes oportunidades.
-Deja te esclaresco la memoria Uriel- dije con desprecio- Lei el reporte. ¡Me pondrian a dormir y me sacarian la sangre ese mismo dia!
Lo desecho con un movimiento fortuito y bufo.
-¿Se te ocurrió que era un plan?- sus ojos me reprochaban muchas cosas.
-No- solté bajandole a la intensidad de mi voz- obviamente no, fuiste muy eficaz en tu fachada, capitán- dije con sorna.
Bajo los brazos derrotardo, luego se desprendió de su cinturón, cargado de armas, desabrocho los bolsillos accesorios. Incluso aquella arma tan peculiar que hirió a Eurus.
-Capitán- regañaron los dos achichincles leales.
Se despojó de toda arma. Le dedique una mirada cautelosa.
-Nunca en toda mi existencia quise otra cosa más que ser humano¿ lo sabías?.
Respingue sin querer.
"El tragaformas que desea ser humano, Se las historias de todos. ¿Quieres saber la tuya?" Asi me había tentado el fauno.
Sacudí la cabeza para borrar el aterrador recuerdo.
-No, siempre supuse eso- seguía atacando sin embargo la acusación no se metió bien en mi voz .
Asintió y dio otro paso el cual no retrocedí con la misma distancia.
-Soy el primogénito de un militar, para nosotros la guerra continua.-Esas eran palabras de Eurus- es terriblemente peor que el ejército único. No puedes abandonarlo le perteneces de por vida. Mientras pasas a la madurez puedes ir con los humanos y yo encontré en ese lugar las dos personas mas especiales, deseaba estar con ustedes todo mi paso con los humanos. Lo desee con fervor, les tome a ustedes dos un cariño inapropiado.- se le cerró la boca de pronto como si quisiera decir mas pero se resistio.
-Eso no me explica mucho.-rezongue
Bajo la cabeza como un niño regañado dando otro paso, yo no me moví.
-Mi naturaleza te arrastro de algún modo a mi. En la fiesta solo estaba paranoico, Un nuevo celestial cayó a la tierra en coordenadas cercanas, era todo lo que sabíamos , el especimen pronto entraría al radar pero aun no sabiamos quien era. Te secuestraron y la localización fue inmediata poco después eras de pronto un objetivo- le oía abrumado.
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Editado: 29.09.2020