Alfa

El estar caminando por aquel lugar habría sido algo atemorizante, pero tenía que mantener la calma, todos estaban esperando a que hiciera el primer movimiento brusco para tener pretexto de ponerme una bala entre ceja y ceja, sin embargo, no les iba a dar ese gusto. Por fin me dejaron en una sala de interrogación hasta que entró una mujer con cara de pocos amigos, era como si su sola presencia gritará maldad, se sentó frente a mí mientras cruzaba sus piernas y abría una carpeta con mi nombre.

-Bueno, bueno pero que tenemos aquí si no es más que el mismísimo sujeto 45, esto debo de admitirlo es una sorpresa totalmente, no esperaba encontrarme con alguien como tú por acá y menos que te entregaras, ¿Así que me dirás a qué viniste? Por qué no creo que solo hayas venido así porque así-

- ¿Qué puedo decir? Extrañaba estar encerrado en un lugar como éste.

-Me gustaría decir que te creó, pero tú y yo sabemos que esa no es la razón-

-Efectivamente, vine a negociar-

- ¿Tú? ¿Negociar? Jajajaja por favor no me hagas reír, desde cuándo los ratones negocian con las cobras-

-Desde que los ratones son uno de los tesoros más importante de las cobras-

Se arregló las gafas mientras se quedaba viéndome con ojos asesinos.

- ¡Ja! Escuché que eras un descarado, pero no creía fuera verdad, vamos dime ¿Qué quieres a cambio? -

-La libertad de unas personas de mi grupo-

-Cariño sabes que eso no puede hacer, una vez es capturado sabes el proceso de infección para buscar inmunes-

-Sí, pero ¿Qué es más importante? ¿Un grupo insignificante o un inmune de cual ya sabes que tienes un 90% asegurado-

La mujer se quedó pensando lo que le dije parecía ser lo estaba pensando.

-Muy bien, vamos a ver a tu grupo de amigos-

Salimos del cuarto, el ambiente parecía estar bastante tenso afuera, todos me venían con cara de querer asesinarme, no los culpo, continuamos hasta que llegamos al cuarto donde estaban los capturados, tanta pobre gente, muchas de ellas eran familias desesperadas.

- ¿Bueno dime quienes son los que se salvan? -

Señale a mí familia que estaba toda reunida en la esquina del hangar.

-Muy bien lleven a los sujetos c-35, c-36, b-19, b-20 y b-21 al cuarto de interrogatorios, te daré unos minutos para que te despidas de ellos- 

Fui conducido por Angie hasta el cuarto donde iba a ver si mis padres, necesitaba que ellos se asegurarán de sacar a mi familia de allí, una vez entre mi madre me vio y salió corriendo hacia mí.

-Ángel, no, también te capturaron-

- ¿Dónde está Alice? ¿También la capturaron? -

Todos estaban preocupados por los demás y no los juzgaba.

-No ellos están bien-

-Entonces ¿Qué estás haciendo aquí? -

-Acabo de negociar su libertad-

- ¿Qué? -

-Soy un tipo de inmune demasiado raro, ellos me necesitan, por lo tanto, si me quedo ustedes son libres...-

Sus rostros inmediatamente quedaron desfigurados de la tristeza.

-... siento haberles guardado el secreto, perdón-

-Ángel…-

-Muy bien se acabó el tiempo-

-Adiós-

- ¡No, no, no, Ángel! -

Salí de la habitación dejando allí a mi familia quienes comenzaron a ser escoltados fuera del cuarto, los podía oír gritando mi nombre, pero ya no había marcha atrás, era una pequeña manera de expiar mis pecados, cuando por fin llegamos la sala sabía lo que ahora seguiría, ver todos esos implementos médicos hacían que mi cuerpo temblara, me pusieron sobre camilla de metal, sujetaron con fuerza mis brazos, piernas y cabeza.

- ¿Ya sabes lo que sigue? -

Comenzaron a palpar mi abrazo y empezaron a taladrar.

- ¡AAAAAAAAAH! -

Narra Martín

Nos habían llevado a una celda separada de los demás, se nos había dicho que nos dejarían ir en la mañana, sin embargo, lo único que me molestaba era el hecho escuchar como mi mejor amigo estaba siendo torturado, me molestaba saber que lo último que había hecho fue golpearlo, me molestaba que me había dejado llevar por la ira y el dolor, me molestaba no haber entendido por todo lo que había pasado me molestaba demasiado, ví a un guardia pararse frente a la celda y no me aguante así que me abalance para intentar sujetarlo pero este se retiró antes de que pudiera llegar a tocarlo.

- ¡Malditos juro que los voy a asesinar, no son más que unos cobardes que se esconden bajo tierra mientras dejan que muchas más personas mueran arriba! -

-Perdón-

Pronto reconocí la voz era la de Jason, sin pensarlo dos veces este les disparó a varios de los hombres y otro soldado le disparó a los restantes, cuando solo quedaron dos se quitaron el pasamontaña y pudimos ver que eran Angie y Jason, todos quedamos sorprendidos por lo que veníamos.