JungKook.
–¿Entonces? ¿Qué tal te va en tu súper mega entrenamiento con Jho? –me preguntó Tae, haciendo que dejará de tocar el piano.
–Bueno, ha sido mucho más intenso de lo que esperaba, pero es muy buena en lo que hace. Hace dos días volvimos a entrenar en el boxeo, y le gané.
–¿Y qué tan bueno es eso?
–Ella me ha ganado siete veces seguidas, esta es mi primera victoria –dije orgulloso.
– ¡Vaya! Entonces ella es muy buena peleando.
–No tienes ni idea, siento que ella le ganaría a cualquiera sin siquiera sudar. Jhoath es realmente asombrosa, y como tutora, es mucho más increíble, de verdad que sí.
» Pensé que ella se desesperaría al intentar enseñarme o algo así, sabes que a veces me suelo confundir, pero ella es tan clara en sus lecciones, que lo hace mucho más simple de aprender de lo que esperaba.
» No sabes lo impresionado que estoy de todo el conocimiento que tiene, de cómo es capaz de aprender sin ningún tipo de esfuerzo, ella hace que todo luzca más sencillo, y cuando le da ese toque personal, lo hace mucho más divertido –mencioné mirando a mi primo, que me observaba con una sonrisa pícara.
» ¿Qué? ¿Por qué esa sonrisa? –pregunté confundido.
–Por nada, es que nunca te había escuchado hablar con tanta admiración de una chica.
–No es cualquier chica.
– ¿Cómo es eso? Explícamelo.
–Es que ella es diferente, y no lo digo para sonar cursi y estúpido, es que en verdad lo es. Su dulzura, amabilidad, fuerza y determinación la hacen alguien muy especial. Ella es de esas personas que saben lo que quieren y no teme en luchar por eso, y eso lo admiro mucho, Jhoath me ha enseñado a...
– ¿A qué? –preguntó Tae cuando me detuve.
–A disfrutar la vida –contesté, consternado del modo en que hablé de ella.
–Bueno Kook, nadie puede negarte esa declaración, ella es como la vida misma hecha en persona, aun no conozco a nadie que no le guste estar a su lado o disfrutar de cinco minutos de conversación con ella.
–Sí, eso creo –murmuré, girando de nuevo al piano y volviendo a tocar esa melodía lenta que tanto me gustaba de Mozart.
–Ella es lo mejor que nos ha pasado en estos últimos meses, y creo que el más emocionado con eso es Jin –dijo Tae con diversión en su voz.
Fruncí un poco el ceño, algo confundido de su declaración. De reojo observé que estaba hojeando una revista de chismes rosas, bufando por algunos comentarios que mencionaban la aparente homosexualidad de él en sus artículos.
–¿Qué quieres decir con eso? –le pregunté, sin dejar de tocar.
–¿Qué? ¿Acaso no sabes porque ahora Jin parece tener una sonrisa más real?
–No, ¿tú sabes?
–Claro que sí, se encontró con su primer amor.
–¿La chica londinense? ¿Y ella que tiene que ver con Jhoath?
–Bueno, pues te va a dar un ataque al corazón cuando lo sepas...
–Tae –lo llamé a modo de reproche.
–No aguantas nada –murmuró, dejando la revista y recostando sus brazos del respaldo del sillón –. Su primer amor es nada más y nada menos que Lina, la hermana mayor de Jhoath –mencionó.
Dejé caer mis manos de manera pesada en las teclas del piano, ocasionando un ruido fuerte que sobresaltó a mi primo y mejor amigo.
» Tranquilo Kook, no es para tanto –dijo Tae acariciando sus oídos.
–¿Estás seguro de lo que me estás diciendo? –pregunté encarándolo.
–Por supuesto. ¿Qué Jhoath no te lo contó?
–No, se supone que hoy la vería, ayer se quedó con su hermana. No hablamos en todo el día, porque no quería ser inoportuno.
–Apuesto que hoy te lo comentaría, pero sí, Lina es su hermana y el primer amor de tu hermano –dijo emocionado, luego acarició su barbilla, como si estuviera pensando –. Si de casualidad ellos se casarán, ¿tú y Jhoath se volverían como hermanos o algo así?
–No creo que haya algo que diga que eso va a pasar.