Capítulo 20. Fiesta de máscaras.

Jhoath.

–No voy a ir y punto –dije de manera firme.

–¿Por qué no? –preguntó Lina curiosa.

–No me gustan las fiestas, sabes que no es algo que me guste ir con agrado.

–Por favor, tienes que ir. No quiero estar sola en la fiesta, casi no conozco a nadie.

–No me engañes, vas a estar con Jin, él fue quien te invitó –señalé.

–Y a ti también, no creas que no vi la invitación en tu habitación.

–¿Qué? ¿Ahora me espías?

–Claro que no, fue pura casualidad –aseguró, pero por lo evasiva de su mirada, supe que no fue del todo así.

Al parecer, era el aniversario 58 de la empresa Empire, y tanto Lina como yo, fuimos cordialmente invitadas. Sólo encuentro un problema en todo esto: no me gustan las fiestas, las encuentro aburridas, pomposas y derrochadoras.

–Si tienes miedo de encontrarte a JungKook, no te preocupes, él no puede ir –mencionó Lina.

–No estaba pensando en eso.

–Mentirosa –me acusó, sacando su lengua de manera infantil, haciéndome reír.

Lina de verdad quería ir a ese baile, se ha pasado los últimos tres días rogándome, incluso, Kyun Ryu me dijo que era buena idea, luego de irse a Paris a terminar su campaña de modelaje. Suspiré con pesar, por esta vez, voy a ceder a los deseos de mi hermana.

–Está bien. Vamos al baile, seré tu chaperona –acepté.

–¡Sí! –celebró, lanzándose hacia mí para abrazarme y llenarme de besos –¡Muchas gracias, Jho!

–De nada.

–Vamos, hay que ir a comprar el vestido ideal.

–De acuerdo –concedí con una sonrisa.

Lina parecía una niña pequeña, una ternurita a la que le habían dado el mejor regalo de su vida. Me alegraba ver a mi hermana tan feliz, al menos ella estaba disfrutando de buen modo su vida, y del amor ni se diga, esta radiante de amor.

Fuimos a una boutique de ropa, donde Lina se puso a elegir varios vestidos. Largos, cortos, con vuelo, de dos colores, fueron demasiados. Se probó uno por uno, pidiéndome mi opinión. No dude en dársela, era algo que sucedía cada vez que compraba ropa.

Confieso que ir a comprar ropa no es lo más emocionante para mí, pero esa hermosa, tierna y encantadora sonrisa que tenía mi hermana, hacía que valiera la pena el dolor de culo que iba a tener más tarde, por pasar horas viéndola modelar cada vestido que llamaba su atención.

–Estoy en un dilema muy grande, no se cual escoger –se quejó, mirando el vestido café plisado que estaba usando.

–Todos se ven bien en usted, señorita –dijo la dependienta –. Creo que el vestido verde oscuro le quedaría mejor –sugirió, tomando la prenda que mencionó.

–Usa el azul marino con brillantes –sugerí, sin quitar la mirada de mi celular, donde estaba leyendo un correo.

–¿Hablas del que tiene ese gran escote en la espalda? –preguntó Lina.

–Así es.

–Señorita, es un corte muy arriesgado, no a todas se les ve bien –dijo la dependienta.

–Tiene razón, pero para buena suerte de mi hermana, posee un bello cuerpo que le permite usar esos cortes arriesgados, como usted les llama. El color azul rey y los brillantes, hacen que la piel de mi hermana brille, que luzca suave como porcelana, además, de que la hace ver más alta, hermosa y sexy.

» También, hay que notar que ese vestido se ciñe bien a sus curvas, dejando poca piel al descubierto. ¿Creo que es el vestido que mi hermana debe usar para verse hermosa? –cuestioné, alzando la mirada de mi celular hacia la chica –Claro, es el vestido ideal. Lina, debes comprar ese vestido.

–Por eso amo ir de compras contigo –aseguró, palmeando ligeramente mi mejilla, yendo a cambiarse.

Le sonreí de manera victoriosa a la chica, que sólo dio una mueca de disgusto, yéndose del lugar. Lo siento, no voy a dejar que hagas que mi hermana se vea mal. Seguí leyendo este inusual correo, cuando el grito de mi hermana me hizo saltar.

–¡Jhoath! ¡No vas a creer lo que encontré! –exclamó, llegando con un vestido en sus manos.

–¿Una rebaja? –pregunté con burla, haciendo que golpeará mi hombro.