JungKook.
Sentí una extraña atmosfera cuando bajé del auto esta mañana, luego de que Jin me dijera que era hora de usar el automóvil que me regaló por mi cumpleaños. La gente comenzó a notarme, a saludarme con respeto, incluso, a hacerse a un lado cuando estaban en mi camino.
Fue una sensación bastante extraña, pero que me hizo consiente de algo: Ya no soy el mismo de antes. Es curioso, porque siento que, en realidad, no hay nada nuevo en mí, sólo esta verdadera personalidad que poseo, y que dejé a un lado por querer que me aceptarán.
Es verdad, se ha reconocido mi verdadero estatus en la sociedad, y tal vez eso haya sido, lo que provocara el cambio en mis compañeros de clase. Caminé por los pasillos, donde las chicas que antes no me daban ni un vistazo, ahora me dan sonrisas coquetas, donde los chicos que se reían al verme, hacen un asentamiento de cabeza, viéndome con respeto.
Me eché a reír, al mismo tiempo que sacudía la cabeza, pasando una mano por mi cabello. Cuanto cambian las personas, cuando saben quién eres en realidad, sobre todo, si puedes causar un impacto positivo o negativo en sus vidas. Fui directamente a mi casillero, abriendo la puerta y guardando algunas cosas, para prepararme para la primera clase.
–H-hola, JungKook –me llamó Hee-Young.
–¿Qué se te ofrece? –pregunté sin mirarla, concentrado en lo que hacía.
–Yo sólo… quería hablar contigo.
–Lo estamos haciendo ahora.
–Necesitamos hablar de esto en privado –ordenó, haciéndome cerrar los ojos.
No sé qué es lo que necesita escuchar para dejarme en paz, no sé qué más necesita para ver que ya no estoy interesado en ella. Giré, mirándola por primera vez desde que me habló. Sus ojos tenían un pequeño velo de arrepentimiento y duda. Qué raro, no creí que ella tuviera una mirada así, pero la vida da muchas sorpresas.
–Si vienes a disculparte por todo lo que pasó, no lo hagas, no quiero escucharlo –aclaré, confrontándola.
–Debes escucharme, JungKook –suplicó –. Yo no sabía nada, no tenía ni idea de quien eras, del gran prestigio que tenías, ¿cómo podía amarte si no eras honesto?
–¿Vas a usar esa carta? ¿De verdad? Es mi vida, Hee- Young, y hago con ella lo que se me dé en gana. No tenía ninguna obligación de decírtelo, al contrario, me hizo muy bien ocultarlo, así pude ver quién eres en realidad.
–¿C-cómo querías que fuera honesta, si tú no lo fuiste? De haberme dicho la verdad desde el principio, todo habría sido diferente –me reprochó, haciendo que soltará una risa seca.
–Claro que iba a ser diferente. El prestigio, fama y fortuna de mi familia es enorme, ¿cómo no ibas a hacer de todo para conquistarme y obtener todo ese poder?
–¿Y Jhoath no lo hizo? Ella era la única que conocía tu secreto, ella logró hacerlo, al saber todo el poder que recaería en ella –insinuó.
–Jhoath no es igual que tú –aclaré de modo firme –. Ella sabía mi secreto, no lo niego, pero no por eso me trató diferente, no por eso, se ganó mi afecto.
» Ella logró hacerme ver lo mucho que valgo, no como el Heredero de Empire, sino como JungKook. Ella me mostró que el amor que pude tenerte era tan tóxico para mí, que sólo arrancándolo podía salvarme, y eso hice.
–No te creo. Tú me amas, JungKook, ese tipo de amor no se va de la noche a la mañana.
–Lo hace, cuando te das cuenta de que ese amor sólo lastima, hiere y mata. Pude amarte mucho, pude haberlo dado todo por ti, por una sonrisa tuya, pero lo echaste a perder con tus engaños, mentiras y manipulaciones –confesé.
Vi su mirada bajar un poco, tal vez por la vergüenza, pero aún tenía la barbilla alzada, negándose a romper con esa imagen de altives y soberbia, negándose a dejar ver su debilidad.
–JungKook…
–No, no quiero oír disculpas y arrepentimientos que no son sinceros. Todo acabo entre nosotros desde hace mucho tiempo, Hee-Young, y eso no lo vas a poder cambiar –la corté.
–Señor Jeon –llamó una voz femenina, haciendo que fijará mi atención en la secretaria del Director, que nos veía apenada –, el Director lo manda a llamar.
–Ahora voy, muchas gracias –contesté, tomando mi mochila y cerrando mi casillero.