Capítulo 15


 

Zed

—Es hora de irnos—avisa la señora Sonia. Ya todos están listos con sus mochilas para regresar a la mansión; en la noche los chicos decidieron que era mejor que regresaremos temprano. Todos nos bañamos en el lago, aunque fue difícil lograr que Tany y Zara salieran.

—Tú no te me vas a escapar, serás mi apoyo en todo el camino—expresa Roma, la miro y sonrió. Ayer mientras hablaba con Tyler llego ella, estaba cubierta de picaduras y rasguños, cuando preguntamos que le paso no conto que la señora Sonia quería una flor que se encontraba en un árbol, ella se subió para agarrarla y cuando ya está arriba vio una araña, se asustó y cayo. Además su perfume no la ayudo en nada, parece que los mosquitos querían probar a la morena de aroma vainilla.

— ¿Por qué? Yo no te tire del árbol—ella voltea los ojos.

—No, pero por burlarte de mí. Si no me hubieras jodido, no te habría correteado y me hubiera ahorrado la segunda caída—me hace las señas de corona. Puede que moleste un como a la madre naturaleza, pero yo no tengo la culpa de que cuando se lanzó para agarrarme yo me aparte y fue atrapada por el suelo—termine de joderme la pierna.

—Venga madre naturaleza, yo la arrastrare—le extiendo mi mano, ella la agarra. Entrelazo nuestros brazos; su cabeza queda a la altura de mi hombro, es modo una niña pequeña.

—Se te olvido que con mis un metro cincuenta y cinco te tire—algo que me sigue apenando.

—Yo estaba distraído y fuiste como un pequeño animal saliendo de los arbustos—ella iba a responder pero fue interrumpida.

—Ya chicos, vamos—volvió a repetir la señora Sonia. Comenzamos a caminar devuelta por el sendero. Clary y Tany van delante de nosotros y detrás nos siguen los demás. 
Fue bueno venir a este lugar, un solo día que me dio más paz de la que he tenido todos estos años.

La caminata duro lo mismo que la de ida, ya eran las 8:00 am cuando llegamos a la mansión; Roma nos avisó que iba a buscar sus cosas y despedirse de sus tíos para volver a reunirse con nosotros. En el camino Tyler se unió a hablar con nosotros y le ofreció llevarla cerca de la universidad de ella, ya que no queda de paso, Roma le agredió y acepto. 
Las cosas con Tyler mejoraron, de algún modo hablar con él me da un tipo de paz; la verdad no entiendo lo que me pasa cuando estoy cerca de él, puede que sienta una atracción pero las ignorare, no quiero envolverme en sentimiento y sensaciones que a larga me terminaran perjudicando más de lo que estoy. Decidí que lo mejor es ignorar, eso, y fijarme en él como un amigo, porque eso es lo único que puede ser. No negare que me alegre cuando me dijo que me llevaría a conocer los mejores lugares de la ciudad, sinceramente ya tenía planeado hacerlo solo, pero ir con alguien más evitara que me llegue a perder. Claro que a cambio pidió algo, aunque no creo que enseñarle a manejar la moto sea difícil, lo que si lo es compartir tiempo con él.

—Tierra llamando a Zed—Zara abanica su mano al frente de mi rostro.

—Dime.

—El desayuno está listo, después que terminemos de comer nos iremos.

—Está bien, vamos—me levanto del sofá donde estaba sentado y salgo con ella de la sala.

—La señora Sonia pidió que sirvieran el desayuno en la terraza—comenta. 
Cuando llegamos en la terraza veo que solo están Clary, Tany y Trevor. La mesa es circular y grande como todo en esta mansión; en ella hay jugo, pan, cereales y muchas comidas más. Zara se sienta en la silla que esta alado de Clary y yo en la que está junto a ella.

—Tyler y la Señora Sonia no desayunaran con nosotros—avisa Tany. Sin tiempo que perder cada uno comienza a preparar su desayuno.


 

Tyler
 

—Mi querido nieto, te pones más guapo con los años—mi abuela me saca de mis pensamientos. Después de regresar, me ensere en mi cuarto para preparar mis cosas.
 

—Y a ti los años no te hace efecto—la miro. Ella es una gran mujer, me cuido después de lo que paso, nunca me abandono.
 

—Alegra que hayas venido—sonríe—, también me gusta verte feliz, pero no me has contado como está tu padre.
 

—Sabes los problemas que tiene, trato de ayudar, pero él no me deja—no hay nada peor en la vida que ver como un ser amado se hunde, se pierde en un lugar donde es imposible de sacarlo y lo peor es que no se deje salvar. 
 

—Tyler eres un gran hijo, tu madre estaría orgullosa de ti—una lagrima se escapa de sus lindos ojos turquesas; perder a su única hija fue duro para ella, pero el dolor no la derrumbo. Ella me dio la esperanza de seguir adelante sin importar los obstáculos.
 

—En ocasiones lo dudo—y es la verdad. Todos estos años he sobresalido en todo para que mi padre estuviera orgulloso de mí y en cambio he recibido insultos; el día que le dije que estudiaría medicina y no administración de empresas como él quería me hizo sentir como una basura, pues decía que eso no me daría una estabilidad y respeto en mi apellido. 
 

—Escúchame muy bien, nunca dudes de tu persona, eres muy valiente, lo que has sufrido en estos años ha sido muy difícil, pero tú no te has dejado vencer y tenlo por seguro que tu madre está orgullosa. 
 

—Abuela tengo que decirte algo—no sé cómo se tomara la noticia.
 

—No me digas que tu padre te ha vuelto a lastimar—me culpo por haberle contado lo que paso en esa ocasión.
 

—Sofía me llamo—lagrimas comienzan a descender por sus mejillas, su mirada refleja tristeza y felicidad. 
 

—¿Qué te dijo? ¿Cómo está? ¿Volverá?—siento una opresión en el pecho, nostalgia por mi abuela, ella también sufrió por la partida de mi hermana. Lo peor es que no se despido, solo dejo una carta.