My dueño y señor

7 parte 1

Narrado :*Victoria*:

    En los 19 años de vida que tengo nunca me había sentido tan cansada y agotada como hoy. No sé si los demás piensen igual pero creo que el entrenamiento de mi tía Fina fue demasiado exigente. Mis pobres músculos me piden a gritos un poco de descanso, ya que todavía me arden por el gran esfuerzo físico al que fueron sometidos. Sin mencionar que mi estómago está rugiendo más que 50 leones juntos por el hambre que tengo.

    —Bueno, chicos. Esto es todo por hoy —esas palabras fueron música para mis odios. —Mañana comenzaremos la lucha cuerpo a cuerpo. —Termina de decir y varios chicos se le acercan para preguntarle algo.

    —¿Qué pasó con la fiera vikinga? ¿Acaso se fue de vacaciones? —se mofó Hugo, uno de los compañeros que peor  me cae.

    —No le hagas caso, Viki —me dice James. —Tú eres la mujer de hierro, porque ninguno de nosotros hubiese aguantado este entrenamiento con el estómago vacío.

En eso le daba la razón. Nadie aguantaría tanto esfuerzo físico sin desayunar.

<<De no ser por el batido y la galleta que me dio Matteo me hubiese desmayado a mitad del entrenamiento>> —es lo primero que pienso.

    —Hoy fuimos más ágiles, rápidos y fuertes que Viki porque no desayunó, pero mañana otro gallo cantará. Así que prepárate, Hugo, porque te aseguro que Viki te pateará el trasero —Hugo solo se encogió de hombros ante las palabras de James y se fue sin decir nada.

    Francamente dudaba que eso fuese posible, porque ciertamente mi rendimiento bajó por haber tenido el estómago casi vacío pero también debido a que estoy fuera de forma.

    —¿Eso es cierto,Viki? —la voz de James me trae a la realidad nuevamente.

    —¿Qué?

    —¿Margarito, te dio de su batido especial? —volvió a repetir la pregunta estupefacto.

    —Sí y tam…

    —Te lo dije, churri —me interrumpió Ian, asustándome porque no me di cuenta en qué momento se acercó a nosotros. —Por eso hay que ir a preparar las bicicletas, hoy seguro llueve —añadió animado.

    —¿De qué están hablando? ¿Por qué les sorprende tanto que Matteo me haya dado de su batido? ¿Qué tiene eso de extraño? Y más importante ¿qué tiene que ver las bicicletas? —pregunto.

    —Que él no deja que nadie, ni siquiera su novia, pruebe de su batido especial. —Me explica Ian y mis ojos se abren de la impresión.

<<¿Esto quiere decir que le importo más que su novia?>> —me pregunto.

    —¡Ian, James! —mi tía Fina llamó la atención de todos con su grito.

    —¡Si señora! —pronunciaron al unísono los gemelos.

    —Como tendrán el resto de la tarde libre no quiero ni una sola queja de ustedes dos, así que nada de travesuras.

    —Como ordene, señora. Le prometemos que nadie nos cachará esta vez —respondieron los dos y a mi tía no le quedó de otra que rodar los ojos.

    —Victoria —cada músculo de mi cuerpo se tensa al oír esa horrible voz.

    —¿Qué quieres con mi prima, sucia alimaña? —dice Ian, interponiéndose entre Kevin y yo.

    —Solo quiero platicar un momento con ella.

    Mi padre no exilió a Kevin y a toda su familia porque yo se lo pedí, ya que no me parecía justo que su familia pagara por los errores de él, pero me prohibió dirigirle la palabra a cualquiera de la familia Moore.

    —Tú no tienes nada de qué hablar con ella —interviene James.

    —No hay problemas, chicos, veamos qué quiere.

    —Me gustaría que hablásemos a solas.

    —¡Ni en tus sueños, desgraciada cucaracha!

    —Tranquilos —detuve a mis primos antes de que agarraran a Kevin a golpes. —Vayan a la mansión y yo los alcanzo en un momento.

    —Pero…

    —Yo puedo cuidarme sola —dije y para que sonara más amenazante troné mis nudillos en su cara.

    —No creo que al tío cosi le agrade está decisión —gruñe Ian.

    —De mi padre me encargo yo —ellos me observaron con el ceño fruncido y se fueron como dos niñas berrinchudas.

<<Genial, ahora estaré en problemas con mi papá>> —pienso, porque conociendo a los gemelos como los conozco sé que irán inmediatamente con mi padre.

     —¿Qué coño quieres? —espeto molesta en lo que las fotocopias se encuentran lo suficientemente lejos para no escuchar.

    —Quería preguntarte que harás... —no lo dejé terminar.

    —Obviamente iré a devorarle toda la comida que se me ponga enfrente. —Él esboza una enorme sonrisa ante mi respuesta. Sonrisa por la cual años atrás me moría por ver cada día.

    —Me refiero a más tarde, son… —miró su celular— las 2:10 pm.

    —Dormir —digo de manera natural y escucho como a alguien se le escapa una gran risotada.

'¡BRUTA, ÉL TE ESTÁ INVITANDO A SALIR! —grita mi loba antes de que giré la cabeza y observe, a Matteo "muy concentrado" en su celular a unos pasos de nosotros.

    —Creí que ya todos se habían ido —musitó Kelvin y vuelvo mi atención a él.

    —¿Algún problema? —le pregunto a mi ex y él niega con la cabeza.

    —Se me olvidaba que contigo debo ser  más directo —tomó aire. — ¿Te gustaría ir a cenar conmigo esta noche?

'Dile que sí' —sugiere Kira.

<<Claro que no. No quiero estar ni a un metro de distancia de él>>.

‘Quizás haya cambiado y no sea el mismo patán de siempre. Además es el momento perfecto para comprobar si ya dejaste de quererlo’.

    —¿Cenar tú y yo? —otra vez la risa de Matteo llega a mis oídos.

'Claro tonta quién más'.

    —A menos que quieras invitar a alguien más. —Dice él muy calmado.

'Está es la oportunidad que estábamos esperando. Di que sí'.

    —¿Adónde iremos? —me apresure a decir antes de arrepentirme.

    —Si es por la ropa no te preocupes, usa algo casual.

    —De acuerdo.

    —Estaré en la puerta de la mansión a las 7 —dice y planta un beso en mi mejilla antes de irse.




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